(Foto: Poder Judicial)
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Redacción EC

Dos testigos claves afirmaron ayer en el juicio oral del Caso  que la cúpula de , cuyo cabecilla era Abimael Guzmán, aprobó la ejecución del atentado terrorista de 1992 en Miraflores.

En la audiencia realizada en la Base Naval del Callao los testigos nombrados con los códigos A1JEEDT-B-005 y A1J055463 declararon ante la Sala Penal Nacional ocultos detrás de un vidrio polarizado y con su voz distorsionada por cuestión de seguridad.

El primero de ellos, quien militó en la organización terrorista Sendero Luminoso entre 1992 y 1994, manifestó que el Comité Central analizaba, aprobaba, dirigía y evaluaba toda acción de gran magnitud.

El segundo testigo que fue miembro del Comité Regional del Huallaga de Sendero Luminoso también reiteró que la cúpula dirigida por Abimael Guzmán estaba al tanto de todas las acciones subversivas y que ninguna de estas se ejecutaba sin su consentimiento. 

Este último refirió, incluso, que Sendero Luminoso se alió, entre los años 80 y 90, con cárteles del narcotráfico, uno de los cuales era liderado por Demetrio Chávez Peñaherrera "Vaticano", a los que brindaba seguridad para que trafiquen cocaína en la zona del Vraem (valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro).

Sin embargo, Guzmán ha negado que él haya ordenado el atentado de Tarata y asegura que se trató de un “error”, pues el objetivo del ataque era un banco cercano.

Para la próxima audiencia, a realizarse el 5 de diciembre, está citado como testigo el congresista Marco Miyashiro para que, en su calidad de ex integrante del GEIN, explique en qué forma la cúpula senderista planificaba y ordenaba sus acciones terroristas.