(Foto: El Comercio)

Han transcurrido 26 años, un mes y 23 días desde el 16 de julio de 1992, fecha en la que el grupo terrorista  volcó todo el odio e insania de sus acometidas en la calle Tarata, en el corazón de Miraflores. 

Un coche-bomba con 400 kilos de anfo y dinamita explotó alrededor de las 9:20 p.m. El saldo final fue devastador: 25 muertos, 155 heridos y daños en más de un centenar de edificaciones.

Aunque el cabecilla de la organización terrorista, Abimael Guzmán, fue capturado en una residencia de Surquillo dos meses después y, con su caída, devino la de la mayoría de los altos mandos de Sendero Luminoso, los responsables del brutal ataque no habían recibido condena. Al menos hasta hoy.

Abimael Guzmán Reynoso, Elena Iparraguirre, Óscar Ramírez Durand 'Feliciano', Osmán Morote Barrionuevo, María Pantoja Sánchez, Laura Zambrano Padilla, Florindo Flores Hala 'Artemio', Margot Liendo Gil, Edmundo Cox Beuzeville y Florentino Cerrón Cardoso fueron sentenciados a cadena perpetua luego de encontrárseles culpables de la autoría mediata del atentado.

Asimismo, se les impuso un pago de dos millones de soles al Estado peruano y otros dos millones de soles, de manera solidaria, a las víctimas y sus deudos.

Solo dos de los doce procesados quedaron sin condena: Elizabeth Cárdenas Huayta fue absuelta tras haber cumplido una pena de 15 años de cárcel, mientras que la condena a Moisés Límaco, quien viajó el 11 de junio de este año a Francia y aún no ha retornado, quedó en reserva por estar prófugo.

De otro lado, todos los procesados quedaron absueltos por el delito de tráfico ilícito de drogas, sentencia con la cual la defensa legal de los procesados dijo sentirse de acuerdo.

Tuvieron que pasar 9.553 días para que más de un centenar de víctimas y deudos sientan el respaldo de la justicia. No habrá olvido, pero esta condena tal vez aporte a que algún día logre sanar la herida.