Hoy se cumplen los primeros 15 días del aislamiento social decretado por el gobierno del presidente Martín Vizcarra. Existe un consenso favorable respecto a la pertinencia y las decisiones que viene tomando el Ejecutivo para enfrentar esta pandemia. Sin embargo, no podemos dejar de señalar que, si bien es positivo aplaudir ciertas medidas, la emergencia nacional no debe quitarnos la perspectiva de evaluar en su real dimensión lo que está ocurriendo sin caer en la tentación del linchamiento ni del endiosamiento.
La semana pasada este Diario publicó una encuesta elaborada por Ipsos Perú, en la que la popularidad del presidente Martín Vizcarra alcanzaba el 87%. El 83% aprueba el desempeño del Gobierno frente al coronavirus, el 95% aprueba el aislamiento social, el 96% aprueba el toque de queda.
Las críticas a la pertinencia del sondeo y a su metodología en tiempos de cuarentena no tardaron, por lo que el presidente de Ipsos, Alfredo Torres, aclaró que “cada encuestador hizo cuatro entrevistas por WhatsApp entre sus vecinos. No se usó un call center”.
Los resultados del estudio catapultan la popularidad del mandatario, por lo que es necesario ir con pies de plomo ante cualquier tentación populista.
En este contexto, resulta preocupante ver cómo ya se viene ventilando el hecho de que el coronavirus también afectaría el cronograma electoral. Como sabemos, en abril del próximo año debemos tener elecciones presidenciales.
Una nota aparecida en este Diario el martes pasado daba cuenta de que los partidos políticos tienen problemas para adecuarse a las normas sobre elecciones primarias, comités y otros.
El 24 de marzo, Jorge Rodríguez Vélez, magistrado del JNE, refirió que, ante una eventual prolongación del estado de emergencia, se requiere tomar una decisión sobre la ejecución de las primarias que, en la práctica, implica el despliegue de una elección general.
El estado de emergencia se ha prolongado hasta el 12 de abril y según el JNE el 11 de abril es el plazo máximo para aprobar el cronograma electoral de cara a los comicios del 2021.
Si bien la prioridad es afrontar la emergencia del COVID-19, sería una excelente señal democrática que tanto Ejecutivo, Parlamento y JNE lleguen a un acuerdo de no afectar los plazos electorales. Siempre se pueden hacer excepciones y modificaciones. Caso contrario, la suspicacia de pescar a río revuelto estará latente.
A la fecha ya se cuentan 852 personas infectadas por el coronavirus, y mientras no se aumente el número de pruebas, no sabremos a cabalidad cuántos contagiados hay.
El presidente Vizcarra ha tomado las decisiones oportunas, aunque aún hay mucho por corregir, por ejemplo la entrega del bono de 380 soles, y se debe extremar la fiscalización a los gobiernos locales.
Como decía la semana pasada, no le hemos ganado a nadie y seguramente estamos en el camino correcto, tal como lo están haciendo Colombia y Estados Unidos, donde se ha aprobado un paquete de ayudas económicas de 2 billones de dólares.
Pies en la tierra, presidente Vizcarra, la historia es el mejor juez, no se deje entusiasmar por el aplauso fácil. Su período termina el 28 de julio del 2021 y como usted dijo: Ni un día más.