A lo largo del 2017 se generó una crisis política que terminó con la renuncia de PPK en marzo de este año. Martín Vizcarra ha asumido el cargo y asegura que priorizará la reactivación económica. (Archivo El Comercio)
A lo largo del 2017 se generó una crisis política que terminó con la renuncia de PPK en marzo de este año. Martín Vizcarra ha asumido el cargo y asegura que priorizará la reactivación económica. (Archivo El Comercio)
Gustavo Kanashiro Fonken

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló una cifra que dará que hablar por una largo tiempo: después de una temporada en constante reducción, la tasa de a nivel nacional aumentó y no por poco. Subió un punto porcentual, demostrando que se contaron, estadísticamente hablando, unos 375 mil pobres nuevos en el 2017, año en el que se registró una crisis política que terminó con un abrupto cambio de presidente con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

En cuestión de horas, estas cifras generaron reacciones desde todos los ámbitos políticos. Por un lado, salió el ex mandatario Alan García a acusar a los gobiernos de Ollanta Humala y PPK de paralizar políticas económicas contra la pobreza, mientras que desde el Congreso de su lado y apuntan al Ejecutivo como el culpable. En medio de todos los señalamientos, el jefe de Estado Martín Vizcarra exhortó al trabajo en equipo para .

"Hubo problemas en varios niveles, en uno de ellos el excesivo ruido político que inevitablemente espantó a la inversión. Eso es responsabilidad compartida entre el Ejecutivo y el Legislativo", comentó a El Comercio el gerente general del Instituto Peruano de Economía, Diego Macera.

En su opinión, que hayan surgido problemas en el sector empresarial no libra a los políticos de su responsabilidad en el aumento de la tasa de pobreza. "Hubo cosas a corto plazo que no se avanzaron, como la ley de expropiaciones que se quedó en el Congreso y que hubiera permitido avanzar obras públicas", añadió.

Macera consideró que el problema de más peso fue la percepción de un Gobierno débil ante una oposición que no daba tregua. "El sector privado vio que no se iba a trabajar reformas importantes como la laboral, que la debilidad iba a complicar la generación de competitividad. Con un panorama así, el apetito por invertir en el Perú fue nulo", añadió.

- Sin partidos ni visión -

El economista Pablo Secada consideró que, a corto plazo, se ha registrado una falta de visión en diferentes niveles, tanto en el Gobierno como en el Congreso, para promover reformas que mantengan un crecimiento sostenible y combatan la pobreza.

"Lo que permitió al Perú reducir los índices de pobreza todos estos años ha sido el 'catch-up' después de las grandes reformas que se dieron entre 1990 y 1994 para salir de la crisis de los ochentas. Llegaron las computadoras, la carreteras, los celulares, pero en todos estos años no se impulsó el segundo motor, que es la convergencia", señaló Secada, en referencia a la falta de iniciativas para reducir las brechas de pobreza.

El economista y empresario consideró que, pese al clima tenso entre Gobierno y oposición, se pudieron haber trabajado en diversos niveles para crear equipos capaces de sacar adelante propuestas de reactivación económica a la espera de una gran reforma política. "El bajón en productividad y en escaso crecimiento no se combate en un año, sino a lo largo de varios gobiernos [...] Por eso se requieren instituciones que permitirán sacar adelante reformas", indicó.

A eso le sumó la situación actual del Congreso que, pese a tener exponentes con quienes se puede sacar adelante proyectos de reactivación económica, está "capturado por quienes buscan favorecer autoridades de su jurisdicción para obtener una tajada del presupuesto".

"Necesitamos instituciones, dentro de ellas partidos políticos. Son estos los que vuelven estables las necesidades de la población y evitan que haya preferencias individuales. En paralelo, se debería empujar el trabajo en reformas pequeñas pero sostenidas, y esto lo deberían impulsar grupos o líderes políticos. Sin ellos, no hay manera de enfrentar a quienes paralizan al país por beneficio personal", concluyó.

- Por la reactivación económica -

Pablo Secada destaca la necesidad de promover la institucionalidad, mientras que Diego Macera espera que el Gobierno actual aproveche el entorno internacional positivo y proceda a destrabar proyectos importantes como Tía María o Quellaveco, o a potenciar el proceso de reconstrucción del norte.

Mientras tanto, para el analista político Luis Benavente, la prioridad debe ser la reactivación económica luego de la llamada de atención que son estas cifras del INEI.

"Estos datos le ponen una luz roja al Gobierno y a la oposición. Ahora que están trabajando mejor, deben buscar una agenda conjunta impulsada por la reconstrucción y el resurgimiento económico", comentó en declaraciones a El Comercio.

Así como Macera, Benavente destacó las condiciones favorables, tanto a nivel económico como político, que deberían permitir superar los obstáculos que paralizaron al gobierno de PPK. "El sector construcción, afectado por Lava Jato, podría destrabarse y volver a generar empleo para todos los que se quedaron sin trabajo por la crisis y la caída de varias empresas que tuvieron vínculos con Odebrecht", consideró.