Daniel Urresti consideró que el “Metropolitano ha colapsado con menos de medio millón de pasajeros”. Agregó que contrato debe ser revisado. (Foto: Juan Ponce/ El Comercio)

hizo oficial su precandidatura a la Alcaldía de Lima hace una semana y media. El ex ministro del Interior irá con Podemos Perú, el partido de José Luna Gálvez. El general EP en retiro afirma que el ex congresista no tiene responsabilidad por la administración de Luis Castañeda Lossio e indicó que cumplirá el fallo judicial del Caso Bustíos, así le sea adverso.

— Usted ha sido ministro del Interior. ¿Cuáles serán las medidas concretas que aplicará para reducir la inseguridad en Lima?
A pesar del reclamo de los ciudadanos, lamentablemente tenemos un alcalde que no le interesa [la seguridad]. Él tiene sus prioridades, que tal vez son dictadas por las empresas y no le importan las necesidades reales de la población. La única manera de tomar decisiones sobre la seguridad ciudadana y el transporte es recuperando el principio de autoridad. El próximo alcalde deberá tomar medidas que pisarán muchos callos y que van a estar en contra de los poderosos. Tuve la suerte de haber sido ministro del Interior por casi un año, pero fui un ministro diferente, que estuvo en las calles y que recorrió de palmo a palmo las zonas más peligrosas de la ciudad.

— Durante su paso por el Ministerio del Interior, usted dirigió algunas operaciones policiales. ¿Ese es el estilo que busca implementar en una eventual gestión municipal?
No, no considero que eso sea necesario. Debido al recorrido que hice en los sitios donde opera la delincuencia, pude rápidamente darme cuenta de que la Policía Nacional requiere del concurso permanente del alcalde de Lima y de los alcaldes distritales. El alcalde no puede crear una policía paralela, el alcalde no puede hacer un trabajo paralelo al de la policía, la labor del alcalde es complementar a la policía, ser el socio estratégico de la policía y del Ministerio del Interior.

— ¿Y tiene alguna medida concreta?
Estamos desarrollando una serie de programas. Uno de ellos es el de patrullaje cercano. ¿En qué consiste? La Policía Nacional ha perfeccionado el plan cuadrante, pero este solo se aplica en San Borja, San Isidro, Miraflores y La Molina porque tienen patrulleros y una buena cantidad de serenos. Pero si vas a San Martín de Porres, Los Olivos o Comas, ahí no funciona. Por ejemplo, San Juan de Lurigancho necesitaría tener un total de 320 vehículos para ejecutar este plan, pero solo tiene 50.

— ¿Y cómo piensa ampliar este plan cuadrante?
La Municipalidad de Lima tiene un presupuesto fuerte, recolecta anualmente un promedio de S/3.000 millones, pero la mayoría de estos recursos están destinados al cemento y obras que no son efectivas. En el 2017, solo se destinó el 4,8% para seguridad y se ejecutó el 2,7%, casi nada. Nosotros queremos reorientar este presupuesto, lo que nos permitirá en los primeros seis meses adquirir 2.000 camionetas y 2.000 motocicletas que se requieren para que la policía haga efectivo el plan cuadrante. Estos vehículos –tendrán GPS y el mismo sistema de comunicación que los patrulleros de la policía– se los vamos a entregar, a través de la firma de convenios, a los alcaldes distritales. La operatividad de estas unidades será responsabilidad directa de la policía y el manejo administrativo de las municipalidades. Con esta sola medida vamos a lograr que la policía y el serenazgo puedan llegar al lugar en el que se cometió un delito en los primeros dos o cinco minutos de ocurrido el hecho. También tendrá un efecto disuasivo porque una cosa es ir a robar sabiendo que el patrullero más cercano está a 40 minutos y otra es que esté a tres cuadras.

— ¿Es necesaria una autoridad única de transporte?
No importan las medidas que se puedan inventar. ¿Una autoridad única? Eso es lo de menos porque si eliges a un pelele para que se haga cargo, no pasará nada. Lo que se requiere es recuperar el principio de autoridad. Hemos consultado a expertos y con la actual situación se pueden implementar tres medidas: darle a la ciudad una señalización adecuada, que todos los semáforos estén sincronizados y hacer cumplir las normas de tránsito.

— Hace unas semanas El Comercio inició la campaña de . Uno de los casos que reveló fue el de La Nueva Estrella, empresa que tiene una deuda de casi S/8 millones, incumple su ruta, opera con una flota pirata y no responde ante accidentes. En una eventual gestión suya, ¿qué medidas concretas tomará para evitar este y otros casos?
Para empezar, yo no soy ningún pelele, voy a pisar los callos que sean necesarios. Vamos a construir inmediatamente tres megadepósitos en el norte, sur y este de la ciudad. ¿Eso demora? No. Cuando no quieres robar [en] estas obras, se pueden hacer rápidamente y a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A ellos se les puede encargar el proyecto. Estos tres megadepósitos permitirán sacar de circulación 300 mil vehículos, entre ellos coasters y combis. Una vez que estas unidades estén en los depósitos, vamos a romper la cadena de la cutra. Generalmente, los dueños prefieren esperar al remate de estos autos y comprarlos por medio de terceros por S/8.000 o S/10.000 en lugar de pagar los S/100.000 para sacarlos. Pero eso no será posible en mi gestión porque todo se irá al chatarreo una vez que sean de la municipalidad.

— El 1 de agosto, la gestión de Castañeda deberá decidir si renueva o no las rutas que tienen las empresas de transportes, entre ellas La Nueva Estrella. Si llega a ganar la elección, ¿revisará este proceso?
Todo será revisado: los permisos para las líneas y los contratos de concesión del Metropolitano y de los peajes […]. Yo no tengo temor de enfrentarme a estos grupos de poder.

— ¿Cómo podría revisar los contratos del Metropolitano sin que esto termine en un nuevo arbitraje?
Nadie conoce los cálculos que hicieron los concesionarios para señalar que con 300 buses articulados y 293 alimentadores, se puede transportar a 750.000 pasajeros. Eso es falso porque el servicio del Metropolitano ha colapsado con menos de medio millón de pasajeros. ¿Has visto cómo están las colas? Las estaciones no tienen capacidad para albergar esas colas […] Otro punto es que los concesionarios, que tienen ya ocho años operando, no cuentan este tiempo como parte de la concesión porque no toda la infraestructura está concluida, falta un tramo de 12 kilómetros que va desde El Naranjal hasta Carabayllo. Se suponía que los 12 años de concesión se cumplían en el 2022, pero ellos dicen que si entregan este año las obras restantes, terminará en el 2030.

— Usted es crítico de la gestión de Luis Castañeda Lossio en la Municipalidad de Lima, pero postula por el partido de quien fue una de las personas más cercanas al alcalde, el señor José Luna Gálvez. ¿Eso no es una contradicción?
No, porque yo no pertenezco al partido [Podemos Perú], iría como invitado. Acá la crítica se tiene que hacer al sistema actual, que no le permite a una persona corriente poder participar en política […]. Seguro algunos dirán por qué no forme mi partido. Estamos hablando de un mínimo de US$2 millones [para el proceso de recolección de firmas]. Yo no los tengo y cómo se consigue eso. Ahí entran Odebrecht, OAS, la minería ilegal, el narcotráfico, y así es cómo nacen partidos comprometidos con la mafia. Yo no haré eso. En el caso del partido Podemos Perú, yo he investigado a su dueño, al señor Pepe Luna, y no tiene una sola denuncia en la fiscalía y en los procesos que alguna vez le abrieron ha quedado absuelto. La gente dice que él es el financista de Castañeda, bueno, está bien, es un dicho, no hay nada que esté probado.

— Si Castañeda está en la Municipalidad de Lima y ha hecho una gestión tan mala, como usted lo afirma, ¿parte de la responsabilidad no es de Luna?
No lo creo porque el señor Luna se ha dedicado en los últimos años a construir su partido, no ha estado con Castañeda.

— Es posible que no haya tenido influencia en esta tercera gestión de Solidaridad Nacional, pero en las dos anteriores…
Bueno, en aquellas [Castañeda] tuvo una gestión destacada porque yo lo que estoy criticando es esta última gestión.

— ¿Cree que las dos primeras gestiones de Castañeda en Lima fueron destacadas?
En las dos primeras gestiones de Castañeda la coyuntura era diferente y él parece que conectó con las necesidades de la población y orientó los recursos y acciones a solucionar esas necesidades. En esta última administración, Castañeda le ha dado la espalda al pueblo. La ciudad grita por seguridad y por una mejora en el transporte, pero Castañeda está mirando hacia otro lado y haciendo lo que le conviene.

— Durante la última campaña presidencial, usted cuestionó que César Acuña utilice sus universidades como plataforma política. ¿No cree que el señor Luna Gálvez ha hecho lo mismo?
La situación de las universidades hoy es diferente gracias a Dios. Con la reforma universitaria sabemos que las universidades tienen que calificar en la Sunedu. Es decir, tienen que demostrar un mínimo de infraestructura y requisitos [de calidad], si no van a tener que desaparecer.

— ¿La situación de Luna no es comparable con la de Acuña? ¿Eso es lo que intenta decir?
No es que no se pueda, se podía comparar antes de tener la reforma de la educación, antes de tener en claro que la Sunedu era el ente que iba a exigir que tengan un estándar de calidad, ahí podíamos compararlo. Ese es un negocio de Luna que me tiene sin cuidado. Si él puede darle el estándar que se requiere a una universidad, en buena hora y lo felicitaremos y si no tendrá que cerrarla y dedicarse a otra cosa.

— La ex alcaldesa de Lima Susana Villarán fue su compañera de fórmula en su breve precandidatura a la presidencia por el Partido Nacionalista. ¿Cree que su gestión al frente de la capital tuvo un saldo positivo?
Lo que yo puedo rescatar de [la administración de] Susana Villarán es su deseo de mejorar el transporte y su enfrentamiento con los grupos de poder que, finalmente, lograron doblegarla. Rau Rau y compañía salían a despotricar [contra ella y la reforma]. ¡A ver que me hagan eso a mí, eso es lo que estoy esperando, que quieran imponerme condiciones a mí! ¡Vamos a ver si se atreven! También rescato que trató de ordenar el sistema del mercado mayorista [el desalojo de La Parada].

— ¿La administración de Villarán ha sido mejor a la última de Castañeda?
No, creo que la gestión de Villarán tuvo demasiados grupos de poder en contra, incluyendo al mismo Castañeda. Para mí hasta antes de que salga lo del [presunto] financiamiento de Odebrecht y OAS a la campaña por el No, el comportamiento de Villarán era transparente. No tiene un solo signo de riqueza exterior, se moviliza en taxi y eso a mí me convenció.

“Si me condenan, la campaña se acaba y me voy a la cárcel”

— ¿Por qué los limeños deberían votar por usted, cuando enfrenta una acusación por el asesinato del periodista Hugo Bustíos?
Tengo 11 años en el tema, ocho años de investigación y más de tres años de juicio oral. Mi juicio oral termina en menos de un mes. Y eso me pone en una situación muy diferente a la de otros candidatos, como la de Enrique Cornejo, él recién será investigado por Odebrecht. He presentado pruebas documentales, no dichos, y no tengo dudas de que me van a absolver. Pero en el supuesto negado de que me condenen, la campaña se acaba y me voy a la cárcel y punto.

— ¿Cumplirá el fallo si es que le es adverso?
Es normal que a la lectura de sentencia no asistan las personas, sino que se escapen. Yo te aseguro que el día de la lectura de sentencia estaré presente ahí porque yo no me corro. Como militar he sido preparado para ser prisionero de guerra, así que a mí la prisión no me asusta para nada. Si voy a prisión de una manera que puedo considerar abusiva e injusta, no hay problema. Desde ahí seguiré luchando en la Corte Suprema o los estamentos que correspondan. Pero eso no va a suceder.

— Para que quede claro, si es sentenciado, ¿usted retirará su candidatura?
Por su puesto, ni qué dudarlo, pero eso es remoto. Pero en el extremo de que eso suceda, sí por supuesto que la retiraría de inmediato.