(Foto: Congreso de la República)
(Foto: Congreso de la República)
Mario Mejía Huaraca

La congresista (Fuerza Popular) ha acusado al presidente del Congreso de la República, , de un presunto maltrato verbal que se habría producido luego de la sesión de un pleno.

Él lo ha negado y ha respondido que sería incapaz de faltarle respeto a una mujer. Este es el más reciente episodio de una historia de desencuentros entre la bancada naranja y el disidente congresista.

​No hace mucho, el 30 de enero del 2019, hubo un áspero roce con Luz Salgado luego de que Salaverry anunciara durante el pleno que solicitaría a la controlaría una auditoría a las contrataciones realizadas al Legislativo desde la gestión de dicha ex presidenta del Legislativo hasta el momento. 

"Jamás he visto, ni en las peores épocas, esta clase de amedrentamiento personal. Si con esto pretenden que me calle no lo voy a hacer, no tengo temor a que se haga todo tipo de investigaciones”, dijo la parlamentaria y pidió que se conceda una interrupción a Carlos Tubino, vocero de , pero Salaverry se negó, alegando que no se permiten interrupciones en tiempo adicional.


Otra fuerte desavenencia entre Salaverry y Salgado se produjo el 21 de diciembre del 2018, cuando en una sesión de Consejo Directivo, la última le increpó al primero por el presunto mal manejo del debate sobre la formación de nuevas bancadas. 

"Congresista Salgado, aquí no estamos en el local del partido y usted no actúa como secretaria general. Respete usted al presidente del Congreso. Respete usted. Aprenda a respetar", le respondió el actual titular del Parlamento.

La incomodidad de la bancada fue en aumento luego de que el presidente de la Mesa Directiva autorizara el registro de nuevas bancadas parlamentarias y dijera que las sentencias del Tribunal Constitucional (TC) "son vinculantes y de obligatorio cumplimiento".

La situación más álgida sucedió el 8 de enero de este año cuando la bancada fujimorista presentó una moción de censura contra Salaverry luego de que el día anterior sus miembros se retiraran de pleno en protesta por la forma en que él condujo la sesión. Se argumentó que era "por sus reiteradas infracciones al reglamento" y por "hacer un uso abusivo de su cargo".

Al día siguiente Salaverry oficializó su renuncia a la bancada de Fuerza Popular. "Te presentan una moción de censura, te dicen que eres traidor, que uso rodilleras, sabiendo lo que eso significa. Yo no puedo, por dignidad, seguir perteneciendo a una bancada que piensa eso de mí", declaró. Él se encontraba con una licencia que solicitó desde octubre del 2018.

Otro choque significativo se dio el 30 de octubre cuando Rosa Bartra, durante la sesión del pleno en la que se acordó desclasificar el informe final de la Comisión Lava Jato, exigió a viva voz el uso de la palabra  para cuestionar esa medida. "Puede usted gritar toda la mañana si usted quiere”, le dijo Salaverry y no le dio permiso para intervenir.

Minutos después de ese incidente que causó malestar en la bancada naranja, Luz Salgado se acercó a Salaverry, le dijo algunas cosas y lo invitó a conversar fuera del Hemiciclo. Los gestos del parlamentario eran de fastidio. Cuando retornó le comentó a Yeni Vilcatoma: "Me tiene harto, me tiene hasta aquí".

Luego de que el pleno aprobara el 7 de diciembre el proyecto de ley que incorpora el delito de financiamiento ilícito de organizaciones políticas al Código Penal con los votos de Fuerza Popular y el APRA, Salaverry calificó dicha norma de “nefasta” y consideró que “le hace un daño terrible al país”.

Uno de los primeros distanciamientos entre Salaverry y la bancada de Fuerza Popular se evidenció el 13 de agosto con respecto a la ley de publicidad estatal. Él se mostró a favor de realizar modificaciones a la norma que recién había sido aprobada. “Ninguna ley está escrita en piedra y todo es perfectible”, expresó.

Luego, la entonces vocera de Fuerza Popular, Úrsula Letona, dijo que su bancada no se había planteado aquella posibilidad. “Coincido con Salaverry en que toda ley es perfectible, pero en el caso de esta, la posición de la bancada fue apoyarla como está y hoy no hay acuerdo distinto”, dijo.

El 26 de agosto la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, dijo que no se debería de poner plazos al Parlamento para que apruebe las reformas constitucionales planteadas por el Ejecutivo y que eso se podría "hacer tranquilamente el próximo año”.

“En el Congreso existe la voluntad política de todas las agrupaciones para poder sacar adelante estas reformas hasta antes del 4 de octubre. Ese ha sido otro de los acuerdos que adoptó la Junta de Portavoces”, declaró Salaverry días después, anunciando que apoyarían el referéndum para que salga en el tiempo solicitado por el Ejecutivo.

Cuando el entonces primer ministro César Villanueva planteó la cuestión de confianza al Parlamento (que luego se aprobó), también hubo un desencuentro de posiciones.

Eso sucedió el 24 de setiembre. Salaverry señaló que la medida “hacía referencia a los dos ejes de política de Estado” y que estos a su vez trascendían a las cuatro reformas constitucionales, tal como había indicado el Ejecutivo.

Eso no gustó a los legisladores naranjas y Letona comentó que “la cuestión de confianza planteada no se refiere a proyectos de ley. Hay que empezar a decir las cosas con su nombre, pero además con su apellido, porque es absolutamente falso que la cuestión de confianza haya sido otorgada respecto de proyectos de ley”.

Vale recordar también que el 3 de octubre, el mismo día en el que el Poder Judicial revocó el indulto a Alberto Fujimori, en el pleno del Congreso miembros de Fuerza Popular mostraron carteles que decían “No más rencores”, “Basta de odios”, “Fuerza Keiko” y “Alberto Fujimori fuerza”. Salaverry les invocó que retiraran los carteles, pero los congresistas naranjas respondieron que no iban a retirarlos. 

El 9 de octubre hubo otro incidente. Cuando la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales tenía previsto votar los informes en contra de Héctor Becerril (Fuerza Popular) y del entonces fiscal de la Nación Pedro Chávarry, seis congresistas de Fuerza Popular se retiraron de la sesión dejándola sin quórum.

Salaverry no se quedó callado y escribió en su Twitter: “Hoy tenían que debatirse y votarse varias denuncias en la Subcomisión. Esto se frustró por la falta de quórum.  Este tipo de actitudes afectan la imagen del Congreso”.