Fernando Vivas

De Keiko Fujimori había certeza de que se tomaría muy en serio la preparación para el debate. Si es su costumbre ensayar y prever hasta los giros de las entrevistas; cómo no iba a hacerlo para una cita en la que se jugó la vida política. De Pedro Castillo había dudas, hasta hace unas semanas, de qué tan en serio se tomaría este ritual de la democracia. Pero, tras la mala performance de su equipo en el debate técnico del domingo 23, decidió ponerse las pilas.