Milton von Hesse: "No vamos a tomar un sol del tesoro público"
Gerardo Caballero

Horas antes de inscribirse como afiliado del Partido Nacionalista, anunció a El Comercio que sería presentado como precandidato a la presidencia de la República y que de sus aspiraciones. Señaló que cuando renunció al Ministerio de Vivienda ya había conversado de esta posibilidad con el presidente Ollanta Humala. 

—¿Y cómo así decidió finalmente ser precandidato? 
Esta semana recibí una carta del Partido Nacionalista, firmada por el vocero de la bancada y los principales líderes: [lee la carta, fechada el 19 de octubre, en la cual lo invitan a afiliarse al Partido Nacionalista Peruano y presentar su precandidatura]. Esta carta fue muy importante y me hace tomar la decisión. El presidente me convoca para saber mi decisión y le dije que acepto el reto. Como soy hombre de una sola camiseta, me inscribo en el partido. 

—Se dijo que usted iría en una plancha presidencial con Pedro Pablo Kuczynski... 
No. Absolutamente. PPK ha sido mi jefe en el Ministerio de Economía. Le tengo un cariño enorme y respeto. Sin embargo, he trabajado para este gobierno no solo técnica, sino también políticamente. He sido una persona de mucha confianza del presidente. Hemos desarrollado una relación de confianza y lealtad.

—¿Usted habla con el presidente sobre temas de política y coyuntura? 
Sí, con la confianza que hemos desarrollado, me permito a veces darle mi opinión sobre la coyuntura política. Sin embargo, él es el que toma las decisiones sobre la base de distintas opiniones y la suya propia. 

—Tendrá que reconocer que el señor Daniel Urresti y usted tienen perfiles distintos. 
Lo que te puedo contestar es lo que ha pasado. Recibí una invitación del presidente de la República y de los congresistas. Tenía que conversar con mi familia. Entrar a política en el Perú es sinónimo de estar dispuesto a tirar barro con ventilador a todo el mundo. Yo no lo voy a hacer. Hablemos de propuestas concretas, técnicas y posibles. 

—Hablemos de propuestas: ¿cuál cree que es ahora el principal problema del Perú? 
Creo que son dos: yo me compré la propuesta de inclusión entendida como el derecho de la gente a tener el piso parejo cuando sale a la vida. Si tú no te nutriste de niño, no pudiste tener una educación de calidad, en tu hogar no había agua potable, ¿cómo vas a competir conmigo, que sí tuve todo lo demás? Eso es lo primero. 

—¿Y lo segundo? 
La segunda gran prioridad es crear la institucionalidad que asegure que esos servicios funcionen. ¿Por qué hay todavía muchas personas que no tienen acceso al agua? Porque la institucionalidad ya no da para más: las empresas prestadoras están colapsadas en su modelo. 

—¿Y la seguridad ciudadana? 
Cuando yo hablo de servicios públicos, incorporo la seguridad. Tú no puedes tener niveles de inseguridad como los que tenemos hoy. Si bien hemos avanzado en reforma policial, creer que seguridad es sinónimo de policía es un error. Hay que modificar la institucionalidad y sentar el principio de autoridad. Es la única manera de combatir a la inseguridad. 

—Es extraño que quien se presenta como candidato del partido de gobierno hable de imponer el principio de autoridad. ¿Entonces qué ha hecho el presidente en estos años? 
Lo que se ha hecho es todo lo que es público y notorio. Hace cuatro gobiernos que escucho que se debe eliminar el 24x24: lo eliminamos. Hace cuatro gobiernos escucho que el policía debe ganar un salario digno: en este gobierno el policía gana igual que un oficial del Ejército y va a tener una CTS y un retiro más que digno; hemos comprado patrulleros inteligentes, pero todavía no es suficiente. 

—¿Cree usted que solo exista una percepción de inseguridad o, como dijo el ex ministro Juan Jiménez, una histeria? 
Esto va a ser una prioridad inicial si la nación decide darnos la oportunidad. La casa de mi madre fue asaltada hace unos meses. ¿Cómo voy a decir que es una percepción? 

—Algunos candidatos proponen que las Fuerzas Armadas salgan a patrullar las calles. 
No tiene el menor sentido. Esas son las propuestas que yo nunca voy a suscribir. Un soldado se prepara para la guerra, recibe entrenamiento militar para combatir al enemigo, y combatir al enemigo es matarlo. Poner a una persona con esa formación a combatir la inseguridad ciudadana es una altí- sima irresponsabilidad. 

—Siendo candidato del partido de gobierno, va a cargar con los pasivos del gobierno. ¿Es consciente de eso? 
Sí. Así como hemos hecho del escandalete el tema del día, hemos recibido unos activos maravillosos. Pero uno de nuestros principales defectos ha sido el síndrome de la gallina muda: no hemos cacareado cuando hemos puesto huevos. Y no hemos usado la publicidad para visibilizar nuestros activos. 

—¿Cree que Nadine Heredia debería participar en las elecciones que vienen? 
Vamos paso a paso. Lo primero ha sido aceptar esta invitación y prepararme para ello. Luego viene la tarea de discutir quiénes acompañarían la plancha presidencial, la lista congresal. Recién me estoy inscribiendo en el partido. Sería poco elegante que antes de estar en el partido les diga: “Miren, así van a ser las cosas”. Además, hay que preguntarle también a ella, que es la presidenta del partido, cuál es su intención de futuro y en base a ello tomar una decisión. 

—¿Cómo afrontar los conflictos sociales que generan las actividades extractivas? 
Debemos interactuar de una manera distinta. Muchas empresas entraron a una zona, y lo vimos en Tía María, [a repartir] ‘lentejas’ por aquí, ‘lentejas’ por acá. Creen que así solucionan el problema pero eso es un caldo de cultivo. Primero debemos poner la agenda de desarrollo y asignar tareas a los actores. 

—¿Y en Conga? 
Al tomar la decisión de que tal proyecto “no va”, se está diciendo que los impuestos que se van a recaudar por ese proyecto tampoco van, y los servicios públicos que se van a derivar de esos recursos tampoco van. Y lo que va es dejar a la gente tal como está. Ese es un discurso que no podemos permitir. He estado cerca de algunos conflictos, y lo que la gente quiere es desarrollo. Estas banderas ideológicas de “minería no” son mentira. 

—Siendo candidato del partido de gobierno, teniendo Nadine Heredia problemas con la fiscalía por fondos partidarios, ¿cómo va a financiar su campaña? 
Nosotros no vamos a tomar un sol del tesoro público. Vamos a hacer una campaña muy austera. Hay compromiso del partido de financiar la campaña. Lo que no habrá es plata bajo la mesa. Prefiero perder una elección a utilizar un solo sol que venga de manera no legal. 

—¿Tiene pensado quiénes integrarán su plancha presidencial o sus equipos técnicos? 
Sí. Recuerde que he trabajado la mayor parte de mi vida en el sector público. Y cuando no, en organismos internacionales. He sido parte de un Gabinete de lujo. Tengo el respaldo de personas de mucho prestigio que primero me dicen que soy un loco por meterme en la política, pero hecha la catarsis, me dicen: “Cuenta con mi apoyo”. 

—Usted va a entrar a un partido que ha perdido a casi 20 congresistas. 
Este es un partido joven. Hubo errores políticos que llevaron a que algunos miembros del Congreso dejaran la bancada. Lo bueno es que los que van quedando son gente absolutamente comprometida. Obviamente la lista al Congreso tendrá que ser vista buscando a gente comprometida. 

—¿No cree que lo pueden estar utilizando para que algunos candidatos al Congreso alcancen una curul? 
Mi sueño ha sido trabajar para el Perú. Ingresar a la actividad pública me ha permitido poner mi granito de arena. Si la población decide darme la confianza y votar por mí, serán cerros de arena. Si no gano, en mi conciencia quedará que, por lo menos, di la lucha. 

—¿No teme que le pase lo mismo que a Jeannete Enmanuel y Rafael Belaunde el 2006 y a Mercedes Aráoz el 2011? 
Tengo la invitación personalísima del presidente, del vocero de la bancada y de los referentes del Partido Nacionalista. No tengo ningún temor. Y si por alguna razón hubiera una contingencia en lo que queda, se confrontará en su momento. Pero yo voy con optimismo. Voy a trabajar en una campaña que no sea populista. Por quedar bien con los fulanos de algún sitio, no voy a dejar de decir lo que se debería hacer.

—Cuando usted era ministro aparecieron unos correos que intercambió con Cecilia Blume...
Me decían lobbista. Siendo yo ministro, es un imposible jurídico que sea lobbista. Lo que pasó fue clarísimo: Mucha gente me manda oficios, correos electrónicos para quejarse del mal servicio que da el Estado. El mail de Cecilia fue uno más de muchos reclamos que puse en consideración del directorio. Se habían excedido en más de 300 días el plazo para decidir sobre Fénix Power, porque algún funcionario intermedio de una institución que estaba bajo mi responsabilidad no respondía. ¿Qué le corresponde al ministro?

—¿Presionarlos?
No, pedir celeridad, y que se cumpla la ley. Este fue un tema desagradable. Felizmente tengo una trayectoria: decenas de promociones de chicos que han sido mis alumnos, centenares de personas que han trabajado bajo mi mando. Que alguno diga si alguna vez recibió de mí alguna instrucción para hacer algo que iba contra la ley para decidir a favor de algún interés particular.

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