Dirty Dancing. La ambición política de Alan García, candidato de Alianza Popular, entra en tensión con la estructura partidaria aprista, cuya maquinaria electoral está en declive. Lourdes Flores suma su experiencia en l
Dirty Dancing. La ambición política de Alan García, candidato de Alianza Popular, entra en tensión con la estructura partidaria aprista, cuya maquinaria electoral está en declive. Lourdes Flores suma su experiencia en l

Es un mito que el Apra sea un partido fuerte, sentenciaba el recientemente fallecido Agustn Mantilla hace un ao. Para l, uno de los polticos que mejor ha trabajado la maquinaria aprista, el diagnstico resulta vergonzoso. Sin acceso a gobiernos regionales y municipales, la organizacin sobrevive gracias al apoyo de terceros, incluyendo algunos amigos chalacos que no tienen buena fama. Segn un dirigente de bases, la ausencia de recursos para activar las estructuras de movilizacin poltica es dramtica: apenas alcanza para que unos cuantos muchachos cuelguen sus banderolas en la Va Expresa. Si a ello le sumamos el desprestigio pblico el antiaprismo es la identidad poltica ms grande, el Apra atraviesa uno de sus momentos ms difciles. La alianza con Lourdes Flores busca contrarrestar estos problemas.

Un cura que no llama a misa Una premisa fundamental para entender el devenir del Apra en el siglo XXI es la distancia creciente entre dicha organizacin y su mximo lder. Para Alan Garca, los apristas son una carga pesada: escndalos de corrupcin, plagios en todas sus generaciones, mediana intelectual en sus innovaciones programticas. Aunque sabe que no puede presentarse como candidato sin la estrella, se dice que hasta ha evaluado promover listas parlamentarias alanistas con independientes.

En el partido se siente la indiferencia. El Apra es una iglesia y los apristas son los feligreses ms leales, pero el cura no llama a misa, sintetizaba Mantilla. A nivel de bases, la sensacin de abandono de la cpula nacional prevalece. Alan [Garca] sabe que cada cinco aos puede contar con nosotros, pero abusa con su olvido, critica un dirigente barrial. Mantilla fue aun ms duro: Hoy el aprismo no es un partido, es un movimiento, es una identificacin sin estructura.

Garca tiene una visin ms actualizada de lo que debe ser un partido. Para l, nadie afilia sus emociones el mejor partido no necesita cuarteles; en la poltica actual solo necesitas identidad. Por eso se siente satisfecho si un 5% de peruanos se identifica como aprista. En un desierto partidario como el peruano, esta escueta pero leal militancia es un activo para iniciar una campaa. No necesariamente para sostenerla; ello requiere alcanzar sectores independientes, con pocas resistencias al viejo partido.

Apristas no contactados y desconectados Para ganar una eleccin el Apra necesita mucho ms que apristas. Para esta campaa, identificar independientes politizados afines (como el Frente Social del 2006) pareca una misin imposible. No obstante, se contactaron hijos y nietos de apristas, profesionales, que no estaban cerca al partido pero con un vnculo emocional, familiar con la estrella, indica Javier Barreda, uno de los promotores de la iniciativa que coloquialmente llaman apristas no contactados. As, ms de mil jvenes (menores de 35 aos) fueron captados y hoy forman parte de Jvenes con Alan.

Esta renovacin en transicin tiene consecuencias en la correlacin de fuerzas al interior del partido. Jorge del Castillo ha perdido ascendencia a nivel orgnico y programtico. En el primer aspecto, pocos secretarios generales departamentales podran clasificarse como jorgistas ante el avance de la triada de cuarentones formada por Omar Quezada, Carlos Arana y Javier Barreda. (Javier Velsquez pudo dar el salto nacional pero se ha retrado estratgicamente a Lambayeque, su bastin). En el segundo aspecto, el escndalo del plagio del Plan Bicentenario merm aun ms su capacidad de influencia. Ni siquiera su sugerencia para la plancha presidencial el ex ministro del interior Miguel Hidalgo tuvo eco. Hoy se duda si Del Castillo integrar la lista parlamentaria.

En las prximas semanas se llevar a cabo una convencin electoral para designar a los integrantes de dicha lista. Es la primera vez en aos que no se practican elecciones internas para evitar el desangramiento entre compaeros, aade una fuente consultada. Pero para enfrentar una campaa con dos maquinarias rivales ms afiatadas (el fujimorismo y APP), era necesario un pacto mayor capaz de aportar cuadros profesionales y experiencia poltica. La cercana a Chim Pum Callao y otros movimientos regionales (como el de Yvn Vsquez en Loreto) sumaba, pero se requera un shock poltico ante la opinin pblica.

Matrimonio sin hijos En junio de este ao empezaron los acercamientos entre Lourdes Flores y Garca. Debe ser la coalicin electoral que se trabaj con ms antelacin y cuyo fin no se limita a pasar la valla electoral, como azuzan sus crticos. Para Flores, es perentorio que el PPC vuelva a ocupar puestos en la gestin pblica y as dotar de experiencia a sus jvenes cuadros. En trminos ideolgicos, ella fue la primera convencida del pacto institucional, al punto que descart la invitacin de PPK a travs de Susana de la Puente, cuando este barajaba la posibilidad de un frente electoral.

A Garca le entusiasma la idea de un partner poltico ms horizontal, ausente en el Apra, capaz de meterse a la cancha con su misma fuerza y experiencia. Por ello privilegia el trato con Flores sobre el PPC, a pesar de que ella sugiri respetar las jerarquas pepecistas. [Ral] Castro secretario general del PPC no pinta nada para Garca, por eso se le ve siempre tomando caf con Jorge del Castillo, hasta ah noms llega, indica un viejo dirigente pepecista.

Las reuniones entre las cabezas de la Alianza Popular son frecuentes e intensas; se privilegian los entornos personales antes que los partidarios. Flores ha reactivado el crculo de confianza que la ha acompaado en sus aventuras electorales (Xavier Barrn, Carlos Chipoco, Olivia Canova, Jorge Villena y Alberto Valenzuela). Garca, en cambio, luce autosuficiente, aunque al menos en las cumbres se ha notado la participacin de Jos Garca Belaunde. El ex canciller y los ex ministros Ismael Benavides y Luis Carranza forman una suerte de orejones alanistas, a la vez que Fernando de Szyszlo funge de garante. Hugo Otero y Ricardo Ghibellini creatividad y produccin publicitarias, respectivamente gozan de su plena confianza (de ellos, solo Otero es militante).

Cuando se abre la cancha para discutir cuestiones ms generales, entonces s se unen sendas comisiones polticas partidarias. Por el lado aprista, las coordinaciones funcionan como reloj y, en general, celebran el pacto con los socialcristianos. Entre los pepecistas se nota la influencia de la vieja guardia. A Lourdes le falta dar vuelo a sus cuarentones Villena, Valenzuela; no pone en vitrina a sus hijos, a sus herederos; puro viejo noms mete cuchara en las reuniones copartidarias, indica uno de los apristas concurrentes.

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MS EN POLTICA