"El desastre del 2021 puede ser mucho peor que el que ya estamos padeciendo". (Foto: Presidencia)
"El desastre del 2021 puede ser mucho peor que el que ya estamos padeciendo". (Foto: Presidencia)
Diana Seminario

El terremoto de ayer en Yurimaguas ha hecho sonar todas las alertas. Desde la ya consabida pregunta de si estamos preparados para un sismo de esta naturaleza hasta la capacidad de nuestras autoridades de reaccionar ante un desastre de esta intensidad.

El presidente viajó a Yurimaguas a las pocas horas de haberse producido el terremoto, en tanto el primer ministro Salvador del Solar voló hasta Tarapoto. La situación así lo ameritaba.

Si bien esta vez la emergencia fue un sismo de magnitud 8 que ha dejado un muerto, 55 damnificados y varias vías dañadas, vale la pena preguntarnos: ¿acaso nuestro país no se encuentra hace tiempo en estado crítico?, y no nos referimos únicamente a la terrible desgracia de ayer, sino a nosotros como nación.

Hace rato hemos perdido el respeto por quien piensa diferente o no se alinea al llamado ‘pensamiento único’ impuesto desde un sector de la izquierda autoproclamado como la reserva moral del Perú y que no se ha salvado de la corrupción que aquellos tanto critican en otros.

El sistema de justicia hace rato que ha colapsado. Mientras Keiko Fujimori está presa sin sentencia por 36 meses por el caso de los cócteles y por supuestamente obstruir a la justicia, a la ex alcaldesa Susana Villarán le dieron 18 meses de prisión preventiva, alegando que, dado que las pruebas del ilícito que cometió (recibir 10 millones de dólares para dos campañas a cambio de darle una millonaria concesión a sus aportantes) están a la vista, no demorarán mucho en realizar la respectiva acusación.

El grupo que rodeó a Villarán y que estuvo al tanto de este soborno no ha sido calificado de “organización criminal”, a diferencia de los partidarios de Fuerza Popular, que por cierto nunca llegaron a gobernar. Además, nos enteramos de los correos electrónicos de Augusto Rey pidiéndole dinero a la gente de la brasileña OAS sin rubor alguno, además en una de las comunicaciones los brasileños le piden darle seguimiento al acta, que no era otra cosa que el documento que necesitaba OAS para vender. ¿Por qué esta diferencia en el tratamiento?, ¿será por qué no se apellida Fujimori y no milita en el Partido Aprista?

El presidente, su primer ministro y el ministro de Justicia van hasta un Parlamento autónomo a decir que aprueben sus reformas sí o sí y como están. “Si no hubiera nada que hacer en el Ejecutivo, podría resultar entretenido ver estas gimnasias gestuales”, ha escrito ayer acertadamente Federico Salazar en su artículo “El gran show”.

Hacen un concurso para la Junta Nacional de Justicia, y como el que resultó obteniendo el primer puesto “no piensa como yo”, “es fujimorista”, “es un trol”, tiene que cancelarse el concurso, pese a que el tan criticado profesional ha pedido disculpas por sus excesos en redes. Que quede claro que los únicos que tienen derecho a cometer todo tipo de excesos en redes son los “políticamente correctos”.

Estamos advertidos. Así como el terremoto de ayer nos debe hacer reaccionar como país, las otras emergencias claman por nuestra atención. El desastre del 2021 puede ser mucho peor que el que ya estamos padeciendo.