(Foto: AFP)
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Redacción EC

Ante el anuncio hecho por el gobierno de de postular para la presidencia del (BID) a un candidato de ese país, los excancilleres peruanos Allan Wagner Tizón, Diego García Sayán, Manuel Rodríguez Cuadros, Oscar Maúrtua de Romaña, Rafael Roncagliolo Orbegoso y Eda Rivas Franchini manifestaron su preocupación y desacuerdo con la propuesta.

A través de un comunicado, indicaron que se adhieren a lo expresado por los expresidentes Fernando Enrique Cardoso (Brasil), Juan Manuel Santos (Colombia), Ricardo Lagos (Chile), Ernesto Zedillo (México) y Julio María Sanguinetti (Uruguay). Las exautoridades indicaron que esta postulación implica una ruptura de la norma no escrita, pero respetada desde su origen, por la cual el BID, por razones –entre otras– de eficiencia financiera, tendría su sede en Washington, pero a cambio siempre estaría conducido por un latinoamericano. “Este fue el espíritu del compromiso del propio presidente Eisenhower en su discurso en las Naciones Unidas en agosto de 1958, cuando dijo: para que esta institución tenga éxito, la función de liderarla debe pertenecer a los países latinoamericanos”, indicaron.

Además, dijeron que esto no es solo una cuestión de alteración protocolar. “Es un quiebre, con obvias derivaciones políticas, en el quehacer de uno de los instrumentos más eficaces para la convivencia hemisférica”.

Indicaron también que “el BID llevó adelante su tarea desde 1960 con diligencia y alta comprensión de las condiciones de la región y las diversidades en su desarrollo. Así lo han hecho sus distintos presidentes: el chileno Felipe Herrera (1960-1970), el mexicano Antonio Ortiz Mena (1970-1988), el uruguayo Enrique Iglesias (1988-2005), y el colombiano Luis Alberto Moreno, del 2005 a la fecha. A su vez, siempre la vicepresidencia ha estado en manos de un ciudadano de Estados Unidos”.

Finalmente, sostuvieron que el nombramiento propuesto de un ciudadano norteamericano en el BID no anunciaría buenos tiempos para el futuro de la entidad. “Respetuosamente exhortamos a los otros socios del BID a oponerse a la acción emprendida por el gobierno de los Estados Unidos, recordando que se han planteado alternativas de la región en una decisión que reclama hacerse con ponderación y realismo”.

“No es hora de complicar aún más el difícil episodio que América Latina y el Caribe enfrentan debido a la pandemia y sus gravísimas consecuencias económicas y sociales. Con esta propuesta, se levanta otro muro en la forma de entender la relación de Estados Unidos con el resto del continente. Aún es tiempo de hacer ver, con argumentos y determinación, la alta inconveniencia de aceptar la imposición pretendida por el gobierno de los Estados Unidos”, agregaron.

Finalmente, reiteraron su convicción sobre la “importancia de las relaciones interamericanas, basadas en los principios del pleno respeto a los derechos humanos y las libertades individuales, el desarrollo económico y social inclusivo, la defensa multilateral de la democracia por medios democráticos, la no intervención y el respeto a la entidad nacional y autonomía de los Estados”.

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