El flamante fiscal de la Nación, Pedro Chávarry Vallejos, quiere pasar la página de los audios y plantear su agenda mínima de preocupaciones en el Ministerio Público. (Foto: Lino Chipano/ El Comercio)
El flamante fiscal de la Nación, Pedro Chávarry Vallejos, quiere pasar la página de los audios y plantear su agenda mínima de preocupaciones en el Ministerio Público. (Foto: Lino Chipano/ El Comercio)
José Carlos Requena

La juramentación del fiscal de la Nación, , se dio en medio de numerosas voces que pedían su postergación; entre ellas se incluye la del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva. Tuvo que superar una votación en la Junta de Fiscales Supremos, planteada por el saliente Pablo Sánchez.

Los cuestionamientos no parecen antojadizos. Como se sabe, el jueves 19 se divulgó un audio que contenía el diálogo entre Chávarry y el ex juez supremo César Hinostroza. Si bien no se evidencia algún delito, sí se muestra una cercanía que preocupa.

Al margen del uso recurrente del vocativo ‘hermano’ y su afectuoso diminutivo (‘hermanito’), la conversación presenta un pasaje en el que Hinostroza le dice a Chávarry que otro miembro de su presunta cofradía (“nuestro hermano José Antonio”) dictó “una resolución de archivo para la pericia financiera”. Hace falta conocer en detalle las acusaciones que pesaban sobre Hinostroza y las consideraciones que se tuvieron para archivarlas.

El ministro de Justicia, Vicente Zeballos, ha sido más severo que el jefe del Gabinete. Entrevistado por Canal N, le ha pedido a Chávarry “dar un paso al costado”. Al recién estrenado ministro, Chávarry le “genera desconfianza”.

En cambio, el saliente presidente del Congreso, Luis Galarreta, ha visto en la difusión del audio el accionar de “una maquinaria”, según entrevista brindada a Mariella Balbi (Perú.21, 22/7/2018). “Al actual fiscal de la Nación, Chávarry, le sacaron dos audios para que no jure”, dijo. “A Chávarry no lo conozco, pero no tengo por qué dudar de que hará una buena gestión, imparcial”, agregó.

Si uno se guía por sus declaraciones, Galarreta estaría entre los que ven en la actual coyuntura la renovación de la ya vieja disputa entre fujimorismo y antifujimorismo. Obvia, así, los serios indicios de ilícitos que las escuchas legales desnudan.

El propio Chávarry ha sido muy activo el fin de semana. En una entrevista con Fernando Vivas (El Comercio, 22/7/2018), el recién estrenado fiscal parecía no entender el momento que vive la institución que hoy lidera. Vivas preguntó: “¿Cuál es el principal problema del MP, en un solo concepto?”, a lo que Chávarry respondió: “Organización”.

Vivas insistió: “¿No corrupción?”. Chávarry replicó, como queriendo aminorar el problema: “Hay corrupción, pero es manejable. Se conoce. Eso sí lo puedo manejar porque he trabajado en control interno. Conozco dónde habita la corrupción con malos elementos”.

Lo cierto es que serán los hechos políticos los que terminarán inclinando la balanza hacia la permanencia o la partida de Chávarry al frente de la fiscalía. ¿Su largo pasado en la institución tiene pasajes que podrían ponerlo en problemas? ¿Su débil presente aumentará su tangible aislamiento?

El tiempo y los audios lo dirán. Pero el pasado reciente cuenta la historia de un presidente que prolongó su partida por tres largos meses, a pesar de que su situación era a todas luces insostenible. ¿Estamos ante un fiscal provisional?