Frepap propone renuncia y revocación de congresistas para evitar transfuguismo

La bancada del Frepap el día de la juramentación. (Foto: Congreso de la República)

10/04/2020 10H05

Los escándalos y denuncias protagonizadas por congresistas a los largo de los años ha puesto -insistentemente- sobre la mesa de debate dos temas: el mal uso de la inmunidad parlamentaria y la vigencia de la prohibición constitucional para que renuncien al cargo. Con estos antecedentes, la bancada del Frepap presentó ante el nuevo Legislativo un proyecto de ley con el que buscan establecer que el mandato congresal es renunciable y revocable.

La iniciativa legislativa 4859/2020 apunta a modificar el artículo 95 de la Constitución para permitir estos dos mecanismos.

Durante la campaña electoral, este grupo ya había adelantado que en su agenda parlamentaria del 2020-2021 incluirían la revocatoria y renuncia de congresistas como propuestas para el debate.

“Hay que devolverle la facultad de control a la ciudadanía para que si elige a los congresistas y estos no cumplen con sus funciones puedan revocarlos inmediatamente”, dijo la actual parlamentaria María Cristina Retamozo (Frepap) durante la campaña.

Además de esta bancada, Somos Perú planteó durante uno de los debates electorales insertar la misma propuesta. “Desde Somos Perú creemos que debemos darle a la población medidas para que puedan sentirse representadas y haya legitimidad. Presentaremos la propuesta de revocatoria de congresistas”, dijo el ahora congresista Guillermo Aliaga.

¿En qué consiste la nueva iniciativa?

Para elaborar su propuesta, el Frepap sostiene que la renuncia sería un mecanismo alternativo para evitar el transfuguismo en el Parlamento. Recordemos que el 2018 el Tribunal Constitucional emitió una sentencia en la que determinó que los congresistas renunciantes a sus bancadas por razones de “conciencia” pueden conformar nuevos grupos parlamentarios o pasar a otros.

Debido a que hay un tema pendiente en su regulación, sugieren la renuncia como un camino para aquel congresista que considera que el partido político por el que fue elegido “no está cumpliendo con su agenda legislativa o plan de gobierno”, así como variaciones ideológicas que pueda haber, o que “aspira a postular a otro cargo público representativo, por lo que debe optimizarse el principio de neutralidad”. Además, que sería una salida para el parlamentario que considera “que se le ha iniciado un procedimiento disciplinario injusto o arbitrario” en su bancada.

Respecto a la revocatoria, argumentan que debido a que está prohibida la reelección inmediata para el cargo de congresista, los electores no tienen un “mecanismo de evaluación, control” y una suerte de “sanción política” para los parlamentarios que no hayan cumplido con sus propuestas o se “alejaron” de la ideología de la bancada.

El Frepap propone la revocatoria como un mecanismo para medir la legitimidad democrática en lugar de, por ejemplo, la renovación parcial o por tercios del Congreso. “Ello solo incide en la legitimidad democrática de origen, mas no de ejercicio, de los congresistas (salvo que se permita a los congresistas postular en el proceso electoral que se genere como consecuencia de dicha renovación parcial)”.

Según la bancada, ni la renovación ni la disolución del Congreso identifican a los congresistas que no cumplieron con una buena gestión parlamentaria. “(...) Ninguna de ambas figuras se activa como consecuencia de la decisión del pueblo”, precisan.

La bancada expone que sean los legisladores quienes establezcan los requisitos para solicitar la revocatoria o prever periodos cortos para reunir firmas y adquirir los kits electorales, tal como se hace para revocar gobiernos subnacionales. Otra alternativa podría ser establecer un tope máximo de congresistas sobre los que se pediría la revocatoria (un cuarto, un tercio o mitad de integrantes del Congreso).

Análisis: ¿Es factible el impulso de este proyecto?

Tres abogados constitucionalistas consultados por El Comercio consideraron que, en el caso de la renuncia, hay más aspectos a favor que en contra. Mientras que sobre la revocatoria, como lo plantea el Frepap, tendría que ser reformulado, no se debería permitir esta posibilidad y es considerada una propuesta polémica.

Beatriz Ramírez, abogada constitucionalista, considera que tanto la renuncia como la revocatoria son reformas posibles porque nuestra Constitución garantiza a todos los ciudadanos el derecho a participar en la vida pública a través de mecanismos como la revocatoria de autoridades, pero ese derecho se regula conforme a la ley, y se enmarca a gobiernos subnacionales (municipios y gobiernos regionales).

En este mismo sentido opina la constitucionalista Milagros Revilla Izquierdo, quien precisa sobre los derechos fundamentales y políticos que ampara la Constitución. “Esto corresponde a la facultad que tienen los ciudadanos en participar a la vida política del país. Eso lo recoge el proyecto de ley. En el proyecto se toma la renuncia y revocación cuando los dos son institutos jurídicos diversos”, dijo a El Comercio.

En marzo del 2008, el excongresista Javier Valle Riestra (Apra) presentó su renuncia al cargo y el Congreso de entonces no aceptó esta decisión. Sin embargo, cinco años después, el Poder Judicial le dio la razón –aunque para entonces ya había acabado su periodo parlamentario- al admitir en parte la demanda de acción de amparo. “Dejó un mensaje: nadie puede ser obligado a permanecer en un cargo”, mencionó Rospigliosi.

A continuación, presentamos un cuadro con las opiniones de los tres constitucionalistas sobre la renuncia y la revocatoria de congresistas:

Sobre la renuncia

Milagros Revilla Izquierdo	Alejandro Rospigliosi	Beatriz Ramírez
La renuncia, al hacerse ante el mismo Congreso, generaría un mecanismo que en democracias maduras no tendría que llevarnos a mayor peligro porque estamos demostrando que tenemos 25 años de recorrido constitucional. Considero que este proyecto toma en consideración lo mismo que estaban planteando en anteriores oportunidades. No tengo mayores inconvenientes al decir que bien podría plantearse en una democracia que está dando muestras de madurez. Invita a los congresistas a que, en razón de sus motivaciones, actuar en libertad. Después de 25 años de vida democrática no vería inconveniente a que se discuta la renuncia considerando que lo que estamos protegiendo es la libertad y no se pondría en riesgo la autonomía del Parlamento.	Estoy de acuerdo en que se permita la renuncia al cargo de congresista porque de acuerdo con los derechos humanos nadie puede ser obligado a permanecer o ejercer un trabajo que ya no quiere. Es insólito que el presidente de la República pueda renunciar y no lo puede hacer un congresista. La renuncia de los congresistas es algo que debe hacerse porque, no hacerlo, es conservar una figura arcaica. Está bien enfocada. Uno puede renunciar y punto. ¿Por qué se renuncia? Depende la subjetividad de cada persona. Abres una puerta importante para aquel que quiera evitar el transfuguismo. Si mi bancada ha cambiado su filosofía, renuncio, ya no formo una bancada paralela. La renuncia de parlamentarios promueve la decencia y docencia política.	Sobre la renuncia, tiene más pros que contras en la medida que nadie debería estar obligado a ejercer un cargo público para el que no tiene la voluntad de hacerlo. Quizás puede haberlo tenido, pero en un determinado momento ya no. Hay una consecuencia fácil que es el reemplazo por parte del accesitario. Habría que mirar que en el Congreso pasado se había trabajado en base a renuncias. Esa es una iniciativa que tiene tiempo dando vueltas, más de una década, pero el tema de la revocatoria no es algo que se haya trabajado porque inclusive en el nivel subnacional tiene muchas discrepancias. El gran legado de este Congreso deberían ser algunos artículos de reforma política, es un periodo muy corto el que tendrán. Entonces, parte de la reforma política es la regulación del mandato congresal y las propuestas hay que debatirlas. Me parece que más viable es introducir la renuncia. Y, la revocatoria es algo a que más le veo inconvenientes técnicos.

Sobre la revocatoria:

Milagros Revilla Izquierdo	Alejandro Rospigliosi	Beatriz Ramírez
La revocatoria, así como está planteada en el proyecto de ley, debería ser reformulada porque no solo estaría afectando el Artículo 95, sino estaría atentando contra el Artículo 134 que señala de una manera expresa: “no hay otra forma de revocatoria del mandato parlamentario que no sea solo la disolución del Congreso considerando todos los requisitos para que se dé”. Incluso, el Artículo 93, respecto a la prohibición del mandato imperativo y otros, como la inmunidad parlamentaria porque no solamente estamos frente a un escenario de la promoción de la participación ciudadana. A nivel de derecho constitucional comparado hubo informes referente a la praxis de esta revocatoria en otros escenarios y se ha cuestionado qué tanto se puede poner en peligro la garantía de la prohibición del mandato imperativo. Se pone en riesgo y sería motivo para analizarlo de una manera mucho más profunda, si se pone en peligro la prohibición de mandato imperativo. Teniendo en consideración la doctrina comparada hay que discutir qué tanto afecta o no la inmunidad parlamentaria. Es muy discutible y debería profundizarse los alcances e inconvenientes que tendría con la Constitución.	Estoy en contra de permitir la revocatoria de congresistas. La revocatoria existe para los alcaldes y gobernadores. Nunca se ha revocado a un gobernador porque el número de firmas que se requiere es bastante alto. Cuando hay una elección municipal, gana el candidato a alcalde y el que pierde automáticamente ya está listo para juntar firmas y pedir revocatoria. Lo grave estaría en que los congresistas se verían ‘asustados’ de no apoyar o frenar un proyecto de ley populista, demagogo. A la primer que no votan a favor de este, al día siguiente se juntan firmas para su revocatoria. Es peligroso. Los congresistas no estarían votando de acuerdo a su libertad, sino asustados porque puedan ser revocados por determinado sector de la población. Permitir la revocatoria de congresistas es abrir una puerta muy peligrosa. La renovación por tercios es mucho mejor, o que la elección del Parlamento sea en la segunda vuelta, no es la primera. En los cinco años de gobierno hay un desgaste político natural. Creo que la elección a la mitad del periodo sería interesante y daría mayor legitimidad y gobernabilidad. Es más sano y viable que revocar congresistas.	La más polémica es la revocatoria porque la experiencia subanacional nos indica que la revocatoria no ha sido tanto un mecanismo de participación ciudadana, sino del que se han hecho las fuerzas que no ganaron en las elecciones y que al poco tiempo, apenas la ley los autoriza, interrumpen los periodos y se somete a la ciudadanía a tener que elegir constantemente. Los procesos de revocatoria tienen la desventaja que en ese lapso de tiempo quitan estabilidad a la gobernabilidad y someten a las personas a continuos procesos electorales. Si algo nos ha dejado la disolución del Congreso es que la ciudadanía no tiene mucho entusiasmo por los procesos extraordinarios de elecciones, ni subnacional ni nacional. A la gente le ha caído bien la disolución del Congreso, pero no ha estado contenta de tener que votar de nuevo. Eso es un gran contra en el caso de la revocatoria.

Antecedentes

Trece días antes de que el presidente de la República disuelva el Congreso anterior, una iniciativa legislativa que proponía reformar la Constitución para incorporar la renuncia al cargo de parlamentario ingresó a la lista de espera de propuestas a revisar. Por entonces, la cobertura atendía el proyecto del Gobierno para adelantar las elecciones.

Debido a que el mandato congresal es irrenunciable, la entonces congresista Patricia Donayre presentó el 17 de setiembre de 2019 el proyecto de ley 4813/2019 para incorporar la renunciabilidad del cargo de congresista y una nueva causal de disolución del Congreso. Para ello, proponía la modificación de los artículos 95 y 134 de la Constitución.

Además, los proyectos de ley 4651/2019 (agosto 2019) y 4769/2019 (setiembre 2019) también habían planteado la posibilidad de que un congresista pueda renunciar al cargo a partir de una reforma constitucional de los citados y de los artículos 90 y 93 para también incorporar la revocatoria y renovación por mitades del Parlamento. Sin embargo, las iniciativas no llegaron a ser dictaminadas.