.
.

logró postergar la recomposición de las comisiones hasta definir sus nuevas alianzas y así no perder el control en el proceso legislativo y en la elaboración de la agenda parlamentaria.

Tras articular el bloque que ganó la Mesa Directiva, la bancada fujimorista llegó a la mesa de negociación con un objetivo claro: perder cupos, pero no la balanza de los votos en los grupos claves.

Desde enero pasado, en tres oportunidades el ahora expresidente del Congreso intentó definir la recomposición de comisiones, mientras Fuerza Popular afrontaba una seguidilla de renuncias.

La creación de la Bancada Liberal y Cambio 21, que se mostraban opositores al fujimorismo, parecía inclinar la balanza a favor de la estrategia de Salaverry para restarle poder a la mayoría naranja.Pero Fuerza Popular bloqueó la recomposición desde el Consejo Directivo, órgano encargado de la conformación de las instancias legislativas.

La atomización de las bancadas, que en un inicio parecía quitarles poder, hoy los beneficia. El fujimorismo apoyó a (Acción Republicana) para la presidencia del Congreso y articuló una lista con Salvador Heresi (Contigo) y Marvin Palma (Cambio 21).

El giro de Cambio 21, antes opositor del fujimorismo, fue clave. Así, no solo demostró que puede conseguir 76 votos en el pleno, sino que en las comisiones, aún no teniendo al bloque alineado, la balanza juega a su favor.

—Aritmética legislativa—
Fuerza Popular y el grupo que lo respalda lograron que las comisiones principales –como Constitución– mantengan un total de 19 miembros, pese a que el número de bancadas aumentó de 6 a 12 bancadas en el último año.

La propuesta de la izquierda, en cambio, buscaba que los cupos se eleven a 24. Su reclamo se sustentaba en que Nuevo Perú, pese a mantener a sus 10 miembros de la bancada, perdía un cupo, y Alianza para el Progreso también perdía un asiento pese a haber sumado 2 miembros a su bancada.

Con la recomposición aprobada en sus términos, Fuerza Popular solo requerirá de 2 votos entre las 3 bancadas que los acompañaron en la Mesa Directiva [ver infografía].

.
.

La balanza también se inclina hacia su lado si hay empate. Por ejemplo, en el caso hipotético de que el fujimorismo tenga 7 votos, sus aliados no asistan y se enfrenten a otros 7 votos del bloque que se les opone, quien dirime es el presidente de la comisión.

Fuerza Popular mantiene 10 presidencias claves, como la de Constitución, que revisará el proyecto sobre el adelanto de las elecciones generales. En otras instancias, de menor interés para el fujimorismo, sí cedió para que se aumentaran miembros.

—Agenda en sus manos—
La recomposición también le favorece a Fuerza Popular y a su bloque para definir los temas que entrarán al debate en el pleno. Según el reglamento del Congreso, el Consejo Directivo es el encargado de aprobar la agenda de cada sesión plenaria. Los fujimoristas y sus aliados tienen 14 votos, a los que se suman 4 de la Mesa Directiva, con los que llegan a 18 (de 28).

El control de la agenda parlamentaria era algo que Fuerza Popular había perdido bajo la conducción de Daniel Salaverry, quien renunció a la bancada, dejó de responder sus directrices y trabajó en conjunto con el Ejecutivo.

Esto último se vio con el debate de las reformas políticas, al que el fujimorismo intentó poner trabas. Salaverry se valió de un acuerdo aprobado en la gestión de Luis Galarreta (Fuerza Popular) para definir la agenda del pleno en la Mesa Directiva y no en el Consejo Directivo, como señala el reglamento.