El congresista Kenji Fujimori dijo el lunes ante el fiscal que desconoce si el partido de su hermana Keiko tuvo vínculos con Odebrecht. (Foto: Archivo El Comercio)
El congresista Kenji Fujimori dijo el lunes ante el fiscal que desconoce si el partido de su hermana Keiko tuvo vínculos con Odebrecht. (Foto: Archivo El Comercio)
Pedro Tenorio

Más allá de la suspensión de del Congreso, su sanción marca un divorcio definitivo entre él y su hermana . Si bien las discrepancias afloraron durante la campaña electoral del 2016 y se agudizaron hasta propiciar un pacto entre Kenji y Pedro Pablo Kuczynski para indultar a su padre, Alberto, las diferencias escalaron y hoy tienen a ambos hermanos distanciados y enfrentados.

¿Qué viene ahora? La disputa de un espacio político fujimorista donde Keiko ha creado un partido e intentará nuevamente alcanzar la presidencia apoyada en una red parlamentaria disciplinada (que arrinconó en su momento a PPK y define la agenda pública desde el Congreso), pero que no cuenta con el apoyo del fundador de la dinastía, como sí ocurre con Kenji, quien fuera del Parlamento movilizará a los simpatizantes del albertismo –y los suyos propios– a fin de negociar con otros sectores con miras al 2021. Sin tiempo para inscribir un partido propio, no faltarán quienes quieran pactar con él y diputar así espacios a Keiko. Si en el 2016 ella perdió por poco, no deja de ser una amenaza en ciernes.

Kenji no pasa por su mejor momento. Tras los ‘mamanivideos’ su aprobación pública se desplomó y resta saber qué sucederá con Alberto Fujimori cuando se conozca la opinión de la CIDH sobre su indulto. Empero, restan tres años para la próxima campaña presidencial y bien puede él –¡y vaya que querrá!– convertirse en la principal piedra en el zapato para los afanes presidenciales de su hermana mayor.