Fuerza Popular convocó a la prensa para una conferencia de la bancada a las 7:30 p.m. del viernes. Ante los medios estuvieron Úrsula Letona, Segundo Tapia (izq.) y Miguel Torres (der.). (Foto: César Campos)
Fuerza Popular convocó a la prensa para una conferencia de la bancada a las 7:30 p.m. del viernes. Ante los medios estuvieron Úrsula Letona, Segundo Tapia (izq.) y Miguel Torres (der.). (Foto: César Campos)

La detención preliminar de su lideresa y la renuncia del congresista Francisco Petrozzi han vuelto a poner en evidencia una línea que divide a . Una línea que pareció superada cuando lograron la expulsión de Kenji Fujimori y la reducción de los disidentes ‘avengers’.

Ahora la bancada insiste en un mensaje de unidad, pero cada vez se le hace más difícil ocultar las diferencias internas.

En la semana, la cúpula de la bancada conformó un comité de crisis integrado por la vocera, Úrsula Letona, junto con Luis Galarreta, Karina Beteta, Luz Salgado y Miguel Torres. A Galarreta se lo vio en los medios acusando una “persecución política” y a Torres en la prefectura, incluso llevando planchas de papel higiénico para su lideresa.

Antes de la liberación de Keiko Fujimori, fuentes de dicho comité aseguraron a El Comercio que evaluaban diversos escenarios. Para ellos, la medida judicial era parte de una estrategia que llevaría a la disolución del Congreso.

“No habría problema, se convoca una Asamblea Constituyente, entraría un Congreso más legitimado y nosotros meteríamos congresistas de mayor peso para plantar cara al gobierno”, destacó una fuente.

Daniel Salaverry, desde su postura de presidente del Congreso, solo escribió dos tuits de respaldo a Keiko. Al frente de la Mesa Directiva, Salaverry ha hecho todo lo posible por diferenciarse de sus antecesores: Galarreta y Salgado.

Esto ha producido una serie de discrepancias con las voceras de su bancada. Si bien lo respaldaron en el caso de la demora del envío del expediente de César Hinostroza al Ministerio Público, los miembros del comité no ven a Salaverry como “un presidente de Fuerza Popular”.

También se ha comenzado a especular sobre sus ambiciones políticas: hay quienes lo creen capaz de renunciar para emprender un proyecto propio. En Trujillo, Daniel Salaverry fundó en el 2014 un movimiento con sus iniciales DSV (Democracia, Seguridad y Valores). En el local de Morochucos hubo molestia por la última encuesta de El Comercio-Ipsos en la que Salaverry obtuvo tres puntos más de aprobación que Keiko Fujimori, 16% frente a 13%.

—Línea trazada—
En su primer trimestre de gestión, Salaverry ha logrado crear un círculo de confianza. Y en esta última semana convirtió en oportunidad un problema que tuvo con la demora en la tramitación del expediente Hinostroza: despidió a funcionarios que heredó de la gestión de Galarreta.

Además, sumó a su equipo al principal asesor de la bancada, Víctor Medina, quien estaba enfrentado con la vocería. La relación entre Salaverry y las portavoces es cordial pero distante.

Por otro lado, fuentes del entorno del titular de la Mesa Directiva niegan que haya cortado comunicación con Keiko Fujimori. Con quien sí cerró los canales de contacto fue con Ana Hertz y Pier Figari.

La tensión con ellos llegó a tal punto que Salaverry pensó en renunciar al partido si se bloqueaba el compromiso que asumió para aprobar las cuatro reformas del Ejecutivo para el 4 de octubre.

El primer objetivo que el congresista de Fuerza Popular ha planteado a su equipo es elevar la aprobación del Congreso (creció cuatro puntos en la última encuesta El Comercio-Ipsos). El segundo es que bajo ningún motivo se disuelva el Congreso durante su gestión. Parte de la estrategia para lograr esos objetivos ha sido tender puentes con el Ejecutivo.

¿Tiene respaldo esta propuesta en la bancada? Fuentes aseguraron que, en esta semana, unos 30 legisladores de Fuerza Popular –el bloque provinciano, en su mayoría– le expresaron su respaldo en la necesidad de alcanzar consensos.

La cifra fue confirmada por el legislador Juan Carlos Gonzales, quien resaltó la necesidad que tiene su bancada de “ser menos peleones” y “trabajar en una agenda país”. “Ha llegado el momento de tender puentes con el Ejecutivo, es importante hacer un quiebre. El estilo de Daniel, el cual yo apoyo, nos gusta porque hay momentos en que los líderes no pueden pensar solo en su partido, sino en el país, es un líder nato del partido”, dijo Gonzales a este Diario.

El legislador dijo que no cree que exista una persecución política, tal como aseguraron y repiten los portavoces de su bancada. “Los voceros son buenas personas, pero algunos han estado en proceso de aprendizaje. Hay que tomarse un tiempo, se tiene que madurar y ponerse a pensar en la agenda del país”, afirmó Gonzales.

Francisco Petrozzi, quien renunció a la bancada el viernes, también anunció su respaldo a Salaverry. “Tenemos a un hombre joven, con visos de independencia, al frente del Legislativo, que quiere hacer las cosas bien. Lo insto a no dejarse dominar por ninguna cúpula”, señaló en Canal N.

—¿Reconciliación?—
La portavoz alterna Alejandra Aramayo reconoce que Fuerza Popular pasa por momentos adversos, aun cuando su lideresa ya no está detenida.

Para la legisladora por Arequipa, Daniel Salaverry tiene la responsabilidad de construir la agenda legislativa. “Si él cree que es presidente y está desvinculado de la bancada es una ingenuidad. Es presidente de una Mesa [Directiva] fujimorista. Salaverry tiene la responsabilidad de fijar fecha para construir una agenda legislativa propia, con Fuerza Popular y el resto de las bancadas. Cuando no hay agenda, terminas respondiendo a la coyuntura mediática y no cambia nada. Tenemos que pasar de la exhortación al liderazgo efectivo”, dijo a El Comercio.

Aseveró que investigaciones como las del proyecto Majes Siguas II y el aumento de los peajes no tienen la prioridad que debieran.

Para Aramayo, el fujimorismo no afrontaba momentos tan difíciles desde el 2000. Por ello cree que resulta necesario “sintonizar” con personas allegadas a Alberto Fujimori. “Fuerza Popular no tiene ninguna viabilidad si no se busca la unidad con Alberto Fujimori, con Kenji Fujimori, con las bases políticas del fujimorismo. Se da el escenario para una reconciliación de todo el fujimorismo, con mayores propuestas”, insistió.

El reto de la unidad en Fuerza Popular, que pasó de 73 a 61 representantes, seguirá a prueba en las siguientes semanas, frente al pedido de prisión preventiva contra su lideresa y 11 personas de su entorno. Nadie se anima a descartar más renuncias.

Mientras está suspendido del Congreso, Kenji Fujimori funge de gerente de Márketing de una empresa de venta de huevos. (Foto: Difusión)
Mientras está suspendido del Congreso, Kenji Fujimori funge de gerente de Márketing de una empresa de venta de huevos. (Foto: Difusión)

—El otro Fujimori—
Mientras está suspendido en el Congreso, Kenji Fujimori se ha dedicado a recorrer el país promoviendo la agricultura.

También se ha sumado a la empresa Disagro Perú S.A.C. como gerente de Márketing, junto con su amigo Daniel Urbina, gerente de Operaciones. La empresa se dedica a la venta de huevos.

Fuentes de su entorno aseguran que Kenji Fujimori se alejó de Logística Integral Marítima Andina S.A., mejor conocida como Limasa (hoy Integrated Global Logistics S.A.) por discrepancias con su hermano Hiro.

Esta semana dejó de lado las diferencias y visitó en dos oportunidades a su hermana Keiko.