Desde su celda en la Diroes, el sentenciado ex presidente Alberto Fujimori envió una nueva misiva bajo el título Memorias desde mi encierro 10 esta vez en conmemoración del Día del Padre. Según apuntó Fujimori, pasó la celebración acompañado de sus familiares cercanos en el penal de Barbadillo, lo cual calificó como un acto de unión en las buenas y en las malas. Viviendo aquí en el suplicio de la soledad y el silencio, este último Día del Padre fue especial. Todos unidos en la casa, en Palacio o en prisión, en las buenas y en las malas, anotó.

El otrora jefe de Estado, condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad, recordó que la referida fecha, en años anteriores, era invadido en la cama por sus cuatro hijos con mimos y besos. También días de los años ochenta en que íbamos en familia a comprar leche Enci y pescado. Había que hacer cola para todo o ir al mercado negro para adquirir un producto indispensable pero escaso, señaló.

Además a los chicos había que bañarlos, asistirlos en sus tareas, sacarlos a divertirse, y encima Susana y yo trabajábamos intensamente. No sé de dónde sacamos tanta fuerza y entusiasmo. Las jornadas eran a todo tren, sin pausas ni azuetos, subrayó.

Sin embargo, expresó sentirse muy satisfecho pues consideró que su sacrificio valió la pena. Mis cuatro hijos (Keiko, Hiro, Sachie y Kenji) están realizados y veo en los hijos de estos la prolongación de mi vida. Agradezco al pueblo su respaldo, cariño, y por seguirme con paciencia y comprensión, finalizó Fujimori.