Avelino Guillén asumió el Ministerio del Interior a inicios de noviembre del año pasado en reemplazo del cuestionado Luis Barranzuela, exabogado de Vladimir Cerrrón.
César Campos/ Grupo El Comercio
Avelino Guillén asumió el Ministerio del Interior a inicios de noviembre del año pasado en reemplazo del cuestionado Luis Barranzuela, exabogado de Vladimir Cerrrón. César Campos/ Grupo El Comercio
/ Cesar Campos
Rodrigo Cruz

El ministro del Interior, , presentó el viernes su carta de renuncia en Palacio de Gobierno. Era un escrito que tenía preparado en la cabeza desde hace varios días, pero esperaba que el presidente se pusiera de su lado y terminase con la crisis en su sector, tal y como se lo había pedido la noche del viernes 14 en una reunión privada en su despacho. Sin embargo, pasaron los días y esto nunca sucedió. Guillén, entonces, tomó ese silencio como una señal de que no tuvo el respaldo del mandatario.

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El ministro solicitó a Castillo que pasara al retiro al comandante general de la PNP, Javier Gallardo, porque consideraba imposible seguir trabajando con él. Además de las denuncias por presunta corrupción en los ascensos a generales y en los cambios de puesto del personal, Guillén tenía claro que ninguna política o iniciativa que quería impulsar –como la declaratoria de emergencia en Lima y Callao– era viable si Gallardo seguía como jefe de la policía.

En vista de que el presidente no le respondía ni daba señales de haber tomado una postura, la noche del jueves Guillén decidió que era momento de presentar su renuncia. Lo hizo el viernes a primera hora.

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Como Castillo estuvo en una visita oficial en Áncash, el ex fiscal supremo dejó el escrito en un sobre para que fuera entregado al jefe del Estado a su regreso. “O se va Gallardo o nosotros”, dijo una fuente del Ministerio del Interior.

Añadió que al mandatario se le dio el tiempo necesario para que decidiera, pero él optó por no hacer nada. “Todo tiene un límite”, indicó la fuente.

—El camino de la crisis—

Este Diario ha reportado desde hace varias semanas sobre la crisis en el sector Interior y cómo se ha ido recrudeciendo. El primer choque entre Guillén y el jefe de la PNP se dio cuando Gallardo quiso pasar al retiro a generales que el ministro consideraba que debían seguir en actividad. Es el caso, por ejemplo, de los generales Óscar Arriola y Vicente Tiburcio, de la Dircote y Dirincri, respectivamente.

El ministro no aprobó la lista que le presentó el comandante general hasta que se hicieran las modificaciones. Superada esta etapa, llegaron las asignaciones de cargos para los generales, que a la fecha no se han publicado.

Gallardo quería colocar, por ejemplo, en direcciones estratégicas a dos generales que previamente –cuando postulaban a sus ascensos– se reunieron con el entonces secretario general del Despacho Presidencial, Bruno Pacheco, en Palacio. Se trata de Nicasio Zapata Suclupe y Manuel Rivera López. El jefe de la policía pedía que estos asumieran las direcciones de Anticorrupción e Inteligencia, respectivamente.

Otro cambio propuesto por Gallardo –que no fue discutido con ningún alto mando ni sustentado– era enviar al jefe de la Diviac, Miguel Cayetano, al Frente Policial Tumbes. De igual modo, planteó que el director de la Dirandro, Raúl del Castillo, pasara a una secretaría ejecutiva sin mayor trascendencia.

En cambio, quería designar a Segundo Mejía, natural de Chota, como Pedro Castillo, jefe de la Dirección de Lavado de Activos. El partido de gobierno Perú Libre es investigado por esa unidad especializada.

Guillén se negó a respaldar esa propuesta. Ante la insistencia del comandante general, le envió la relación de asignaciones al presidente para que tomara una decisión: o respaldaba a Gallardo o a él.

Pero eso no fue todo. En una sesión de la Comisión de Defensa de la semana pasada, Guillén hizo públicas las diferencias: dijo que no era conserje ni mesa de partes del jefe de la policía para aceptar una lista sin pedir modificaciones.

Hasta el cierre de esta edición, Castillo no informó si había aceptado la renuncia del ministro. No es la primera vez que el mandatario enfrenta una situación de este tipo.

A inicios de noviembre, la primera ministra Mirtha Vásquez amenazó con renunciar debido a la demora del jefe del Estado para separar del Gabinete al entonces ministro del Interior Luis Barranzuela. Al final, Castillo respaldó a Vásquez y nombró a Guillén en esa cartera.

Al respecto, el general en retiro de la policía Edgardo Garrido dijo que la situación en el sector Interior es insostenible desde hace dos semanas y que Guillén debió presentar su renuncia desde la primera muestra de insubordinación de Gallardo.

Guillén asumió el Ministerio del Interior a inicios de noviembre del año pasado en reemplazo del cuestionado Luis Barranzuela, exabogado de Vladimir Cerrrón.

Denuncian injerencia de Palacio

El exsubcomandante de la PNP Javier Bueno se presentó ayer en la Comisión de Defensa del Congreso y afirmó que Palacio de Gobierno, a través del exsecretario Bruno Pacheco, tuvo injerencia en el proceso de ascensos al grado de general en su institución.

Bueno remarcó que en sus cuarenta años de carrera policial no había visto que coroneles que estaban postulando a un ascenso visitaran Palacio, como el caso de Manuel Rivera López y Nicasio Zapata Suclupe. Además, recordó que el presidente Pedro Castillo visitó las instalaciones del Ministerio del Interior el 12 de noviembre cuando se estaban dando las evaluaciones. Ese día, el mandatario pidió reunirse con el jefe de la policía, Javier Gallardo.

El ex número 2 de la PNP indicó también que en los círculos de oficiales se comenta que se hicieron pagos de entre 20 mil y 25 mil dólares para que procedieran los ascensos. Pacheco habría sido uno de los beneficiados, según la versión que maneja Bueno.

Congreso de la repúblicaExsubcomandante de la PNP se presentó ayer en el Congreso.

MÁS INFORMACIÓN

  • El jefe de la policía ha visitado por lo menos 15 veces al presidente Pedro Castillo en Palacio.
  • El sábado pasado, Javier Gallardo reunió a todos los generales de la PNP para defender su gestión y darles a entender que cuenta con el respaldo de Castillo.
  • Además, pidió a los oficiales que informaran con anticipación sobre las operaciones que efectuarían las unidades que dirigen.
  • Este pedido causó extrañeza y preocupación en los generales presentes.

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