Silencio. Es eso lo que mantiene como lo ha hecho en reiteradas ocasiones ante situaciones polémicas el presidente Ollanta Humala tras los ataques de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, contra el canciller peruano Rafael Roncagliolo. Tampoco se ha pronunciado sobre la gresca protagonizada por el embajador ecuatoriano en Lima, Rodrigo Riofrío, y dos connacionales en Magdalena.
Ante esta situación que ha sido criticada por legisladores de la oposición, la congresista y vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, sostuvo que será la Cancillería la que actuará mediante las vías democráticas. Y en declaraciones a Canal N, mandó un mensaje a sus colegas:
“Que se calmen, que se tranquilicen, que se tomen una pastilla de tranquilizante. Ellos no van a poner a hablar al presidente cuando ellos quieren. Ya el presidente hablará cuando corresponda, pero no involucren al presidente cuando ellos quieren en determinado momento”, manifestó.
Más temprano, el legislador Teófilo Gamarra, también oficialista, argumentó que si el jefe de Estado guarda silencio es por un comportamiento de estadista.
“El presidente se está comportando como un buen estadista, porque en estos casos no se deben emitir opiniones apresuradas. Hay políticos que han querido que el presidente ‘pise el palito’ y que salga a emitir declaraciones que podrían ser interpretadas de modo tendencioso”, indicó a la prensa.