Durante todo julio, coincidentemente el mes de la patria, la familia Humala había adoptado un perfil bajo y sus dosis de críticas al presidente Ollanta Humala habían descendido. Sin embargo, el miércoles los padres del nacionalista, Isaac y Elena, volvieron a aparecer y dejaron palabras que reavivaron el conflicto entre ellos y su hijo mandatario.

A raíz de estas críticas, entre ellas que no fueron invitados a la Parada Cívico Militar y que el jefe de Estado ha “roto el espíritu la familia”, el diario estadounidense The New York Times realizó una radiografía que pinta por completo al clan Humala y al presidente, de quien señalaron que para su familia “puede ser el líder del Perú, pero solo es una decepción”.

El medio afirmó que casi todos los presidentes del mundo son criticados por sus electores, pero el mandatario peruano puede ser el único que tenga “como sus más feroces detractores a su propia carne y sangre”. En ese sentido, recordó las declaraciones y acciones de su padre y hermanos.

Detalló el escándalo generado por la aparición de imágenes del encarcelado Antauro Humala fumando marihuana en el penal de Piedras Gordas y el viaje a Moscú hecho por Alexis, donde presuntamente negoció contratos sin ser funcionario público con empresarios rusos.

El diario estadounidense también compara las pugnas en el clan Humala con la serie “Dallas”, en la que una familia de Texas se enfrasca en un conjunto de enfrentamientos en busca del poder y la avaricia.

“LA VERSIÓN ANDINA DE LOS ADDAMS” Consultado por “The New York Times” sobre la tensa relación entre el presidente y sus padres y hermanos, el sociólogo Nelson Manrique afirmó que para él, “la familia Humala es la versión andina de la familia Addams”. El analista político, agregó, que “nunca se sabe lo que va a salir” de la familia del jefe de Estado.

Finalmente, el artículo del medio internacional cierra con una cita de Isaac Humala que expresa por completo su pensamiento: Ollanta debe ser el próximo Gobierno legítimo después de Atahualpa, casi 500 años más tarde, pero él no es (…) Él está preso en el Palacio, en las manos de los descendientes de Pizarro.

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