MARIELLA BALBI

— ¿Qué función cumplen programas como el Vaso de Leche, los comedores populares y Qali Warma? Ninguno tiene relación con la desnutrición infantil. No se ocupan de niños de 0 a 3 años. El Vaso de Leche tiene filtraciones, es urbano y no está focalizado en niños de 0 a 3 años.

— ¿No hay nadie en el Midis interesado por la desnutrición infantil? La política social la asumen varios ministerios. No se puede tener un supraministerio de política social.

— ¿El Midis no funciona? Sus pares no siguen sus directivas. En el gobierno anterior, esa función la cumplía el primer ministro, que tiene injerencia en todos los ministerios. Por eso se redujo la desnutrición infantil considerablemente. Además, se usó el presupuesto por resultados. Por eso yo tengo esperanza en este primer ministro.

— ¿Por qué? Porque redujo la pobreza en San Martín trabajando en forma articulada. Él (César Villanueva) entenderá bien el problema de la desnutrición y la forma integral de tratarla. Que tienes que desparasitar, dar agua potable de alguna manera, aunque sea con una cocina de dos hornillas, que es necesario un programa de lavado de manos en las escuelas.

— ¿Si el primer ministro le solicita una asesoría, aceptará? No contestaré esa pregunta. No estoy en política. Vamos a lo real. El único programa para niños de 0 a 3 años es Cuna Más, pero atiende a 56 mil niños, para una población de un millón y medio. Es un programa excluyente, crea más inequidad. Al lanzar un programa se debe tener la seguridad de que atenderá a toda la población. Así eres inclusivo. La desnutrición crónica se incrementó. Al desactivar el Pronaa se le quitó a la familia la alimentación a los niños de 0 a 3 años. El Programa Integral de Nutrición tuvo el aval internacional, un plan piloto y contribuyó directamente a bajar la desnutrición crónica.

— ¿Fue un error desactivar el Pronaa? Tenía mucha experiencia y eso no se desperdicia. Todo es perfectible. Todos criticaban, pero se llegaba. Hay que ver qué se sacrifica, lo último deben ser los niños de 0 a 3 años. Se desactivó durante 8 meses el reparto de chispitas nutricionales indispensables para nuestros niños que comen poca proteína. Son económicas, cuestan S/.2,50 mensual. El desayuno escolar cuesta S/.35 a S/.40 por niño en 200 días. Se volvió a repartir pero solo hasta los 3 años, por qué no cubrir hasta los 5. Una limitación sin sentido. En las zonas altoandinas la madre gestante no recibe chispitas que previenen el labio leporino y otros problemas.

— ¿Juntos funciona adecuadamente? Su avance, lamentablemente, ha tenido efectos perversos. Fomenta el embarazo adolescente, que aumentó 13,5%, encima del promedio latinoamericano, pues así reciben el subsidio y se independizan. Propuse al comité de Juntos modificar la ley y entregarlo a partir de los 18 años, pero no lo contemplaron. Ahí hay un representante de la CGTP, no sé para qué. Educación no coordina con Salud, no hay articulación. Llevas al chico al colegio, pero hay un profesor para 70 niños, en la posta solo hay un técnico en enfermería y paracetamol. No hay capacidad para analizar sus propias deficiencias. Se pueden hacer más cosas si se tiene claro el objetivo.

— ¿Qué objetivo tiene Qali Warma en su opinión? No se sabe. Por lo pronto, no es bajar la desnutrición ni enfrentar la anemia en niños de 7, 8 años. Es solo alimentación, pero le dan lo mismo que a lo mejor el niño come en casa. No tiene incidencia directa en la calidad del ciudadano del 2025. El desayuno escolar es un programa muy antiguo, falla su implementación porque hubo apresuramiento de hacerlo en dos meses. No hay coherencia. Para hacer un programa social debes ver la superposición con el Vaso de Leche, los comedores populares. ¿Qué es lo que dará la rentabilidad a Qali Warma?

— Se resalta que Qali Warma llega a dos millones y medio de niños. Mire las cifras. Pronaa llegaba a 3’800.000 beneficiarios, 600 mil menores de 3 años. Los beneficiarios de 3 a 12 años eran 2’900.000 y 300 mil gestantes. El presupuesto era de S/.700 millones y S/.15 mensuales por beneficiario. Qali Warma tiene un presupuesto de S/.1.069 millones, atiende a 2’634.000 niños y el costo promedio por niño es de S/.40 mensuales. No hay menores de edad ni gestantes. Su distribución es deficiente y debe tener objetivos claros. No se desarrolla un programa porque a mí se me ocurre. Hay que saber si se quiere desarrollar las comunidades altoandinas, disminuir la desnutrición, incorporar al Perú en el mundo globalizado con mayor capacitación tecnológica. No hay un modelo coherente. Ninguno de los programas alimentarios sociales busca disminuir la desnutrición y así tendremos muchísimos niños necesitados de protección de acá a diez años.

NO HAN FORTALECIDO PROGRAMAS DE SALUD Y EDUCACIÓN — Hillary Clinton anunció en una reciente reunión de las Naciones Unidas la duplicación de la distribución de cocinas mejoradas, impulsadas por los mercados de carbono. ¿En qué favorece esto al Perú? En el 2010 las Naciones Unidas lanzaron la Alianza Global para construir 100 millones de cocinas mejoradas en el mundo. Una meta ambiciosa, pero siempre relacionada a la disminución de contaminación medioambiental. El 25% de las emisiones de carbono deriva del uso de combustibles sólidos: leña, carbón y estiércol o champa. No olvidemos que el siglo XXI es el del cuidado del medio ambiente, del calentamiento global…

— ¿No se pensó en las ventajas para la salud del ser humano? Se centró en el medio ambiente, no en el efecto positivo para la salud de las personas. Nosotros lo tomamos desde este segundo punto de vista. Por eso insistimos en que la cocina tuviera dos hornillas, para que en una se pudiera hervir agua, evitar la parasitosis y, en buena cuenta, la desnutrición infantil. Somos el primer país que suscribió esta alianza y nuestro modelo de dos hornillas ha sido adoptado.

— ¿Cuántas personas cocinan con leña o carbón en el mundo? Tres mil millones. En el Perú son dos millones y medio de familias, mayormente usan leña; y en las alturas, estiércol. En zonas altas la oxigenación es difícil. El humo tiene partículas muy tóxicas que se alojan en los pulmones y bronquios, y disminuyen la oxigenación de adultos y niños. A la larga causa dilatación cardíaca, cataratas (las partículas de carbón rayan el ojo) y, sobre todo, enfermedades infecciosas del aparato respiratorio. Por eso el Perú planteó cubrir los dos objetivos: medio ambiente y salud. La cocina mejorada disminuye el uso de leña a la mitad. Ahorra casi el 60% de la leña.

— ¿Qué significa eso? Tres toneladas menos de CO2 al ambiente, cada año, por cocina. Esto permite que se puedan vender las cocinas mejoradas por bonos de carbono a los mercados especializados. Se venden a un precio mayor porque tienen un fin social. Sembrando es la primera institución en el mundo en vender cocinas mejoradas por bonos de carbono. Recibimos el doble del precio de la cocina (cuesta 50 dólares) a lo largo de 10 años, permitiendo tener lo que todo programa social ansía, sostenibilidad en el tiempo. El comprador supervisa cada seis meses su buen funcionamiento. Lo importante es que el año pasado la Alianza Global construyó ocho millones de cocinas, la mitad producidas por los bonos de carbono, en el 2010 fueron cuatro millones. En total son 12 millones de cocinas de los 100 millones a los que nos comprometimos en 20 años. Es un modelo que ya funciona.

— Por qué el Estado no construye cocinas, las vende, gana… Hicimos una alianza con el gobierno anterior, con el primer ministro Yehude Simon para construir 500 mil cocinas. Se hizo la mitad. No hubo tiempo para programar más porque el Estado es lento. Por eso presentamos un proyecto de ley para que los gobiernos regionales compraran cocinas mejoradas con dinero del canon, cosa que la ley prohibía. El uso de la cocina a leña coincide con las regiones con canon. En este gobierno, en diciembre del 2011, el Congreso aprobó la ley por unanimidad, ni un voto en contra. Pero el presidente Humala y el Midis, con la ministra Trivelli, la observaron.

— ¿Cuál fue el argumento? Un tema sencillo, dijeron que la focalización no estaba hecha en base a la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).

— ¿La focalización no es en función de quienes usan cocina a leña, carbón? En efecto, es bastante claro, quien manda es la realidad del usuario, que está consignado en el censo del 2007. Enaho no tiene datos distritales y las cocinas son distritales.

— ¿Un pretexto sin fundamento? Un tema político. Se nota porque luego de la observación el gobierno saca un programa para entregar una cocina a gas de dos hornillas y un balón. Es más cara que la cocina mejorada y significa 16 soles mensuales de subvención para la familia. Aun así la cocina a gas ahorra a la familia la mitad que la cocina a leña. No es clara la ganancia del Estado y tampoco la puede vender por bonos de carbono. El gobierno ha entregado solo 56 mil cocinas a gas. Las de leña son dos millones y medio. No es una política pública inclusiva. No abarca ni la desnutrición crónica ni la pobreza extrema.

— ¿Dónde se han entregado? Mayormente en Lima, 25 mil. En Piura 13 mil, Callao 5 mil, Cajamarca 2 mil. La cocina a GLP ahorra al año a cada familia S/.228, la mejorada S/.572.

— ¿No se pudo subsanar la objeción irreal de la focalización? Sí, pero cuando las decisiones son políticas poco se puede hacer. Ahora se discute si primero hay que incluir para crecer o crecer para incluir. Pero una cosa no excluye a la otra. Si el país crece y esos fondos se usan en programas que no retroalimenten el crecimiento, estoy tirando el dinero al agua. Si se aplica una política de inclusión pero sin considerar las necesidades que el país tiene para seguir creciendo, no sirve. Nuestra política económica es clara: crecimiento y mercado internacional. Para ello se requiere competitividad, eficiencia. Esto se logra con tecnología, capacidad y conocimiento. La política económica del Perú te está dictando desde ya la política social que te va a retroalimentar.

— El gobierno pone en práctica esto… ¿Cómo se crean tecnología y capacidad de la gente? Con un buen programa de educación, que es lo que reclaman todos. El investigador Enrique Vásquez señaló que debemos identificar qué inequidades tenemos. Es la frase de Amartya Sen: ¿Igualdad de qué: de ingresos, de gasto, de oportunidades? Qué objetivo persigue el Perú. No está claro. Así ninguna política social dará resultados.

— ¿El concepto de pobreza multidimensional es útil? Es útil, es real y universal. Pero hay que seleccionar bien las carencias que integra. La globalización nos exige competitividad. Para mí, antes que el piso de la vivienda sea pavimentado es más importante que el niño tenga acceso a Internet. Requerimos niños competitivos. Nos saca más de la pobreza el Internet que el pavimento. Obviamente que agua, desagüe, electricidad son básicos y que los programas de salud universal y educación son fundamentales. El SIS tiene un problema gerencial que lentifica el acceso al medicamento en las zonas más alejadas. La deficiencia en Educación es muchísimo más grave.

— ¿Hay más desatención? Todavía tienes escuelas en las zonas altas con un profesor para 70 alumnos en primaria. Máxime si con la transferencia condicionada de Juntos van más niños al colegio, pero no han aumentado los profesores. De 30 niños ahora tienen 70.

— ¿Por qué el sector no repara en ello? ¿Por burocracia? No. Porque la vida arriba es muy inhóspita, pocos quieren ir y no hay incentivos. No se han fortalecido los programas tradicionales (salud y educación) a la par que el impulso dado a los de transferencia condicionada.

— ¿Los tambos inaugurados por este gobierno ayudan? No sé si la presencia del Estado a través del tambo sea necesaria. Corre el riesgo de convertirse en un inmueble sin uso si no responde a las necesidades. Una zona donde hay una cantidad de ingreso permanente necesita el Banco de la Nación. Pero eso hasta el propio mercado lo genera. La gente baja una vez a la semana a la feria porque no solo compra sino vende. Ese día comercia, come rico, toma, baila. De por sí la gente baja a hacer sus gestiones.

— ¿Están cubriendo las necesidades? No sabemos cuál es el objetivo más allá de llevar la administración pública a nivel de la comunidad. Aunque esta baja a la administración pública siempre. Yo voy al Banco de la Nación, este no viene a mi casa.