El suboficial PNP José Millones Velásquez iba a bordo del helicóptero que trasladaba a los suboficiales César Vilca, Luis Astuquillca y Lánder Tamani a realizar acciones contrasubversivas en la selva del Cusco, en Kiteni. Esta mañana, en “Abre los ojos” dio detalles de la operación en que Vilca y Tamani perdieron la vida y que motivó que Astuquillca estuviera perdido en la selva.

Millones, quien recibió balazo en la cara entrada y salida durante el ataque de Sendero Luminoso en que los tres mencionados oficiales descendieron de un helicóptero en la selva del Cusco, contó que habían viajado al VRAE a recibir un curso en la base de Mazamari. Sin embargo, ahí no tenían conocimiento de qué clase de instrucción se les iba a impartir.

Su envío a la base de Kiteni, cuando estalló la crisis por los 36 rehenes de Camisea, los tomó por sorpresa y tuvieron que solicitar más cacerinas de munición (le dieron 4, de las que una no funcionaba). Tampoco contaban con guantes para realizar su descenso por la cuerda rápida del helicóptero: tuvieron que comprar con su propio dinero guantes de construcción para ello.

Indicó que la misión era “limpiar” la zona de Alto Postaquiato donde, ya se sabía, estaban los subversivos bajo el mando de ‘Gabriel’. “Teníamos que ir a acorralarlos”, dijo.

Primero, el helicóptero hizo un sobrevuelo en la zona, solo, luego “hace la primera sombra y escuchamos disparos”: “El helicóptero repele esos disparos, ablanda la zona (efectúa disparos de metralleta desde el aire) y busca un segundo sobrevuelo”. Entonces, prosigue, se lanzó la cuerda de descenso y empezó a bajar Tamani, Astuquillca, Vilca, cuando empezó nuevamente el fuego senderista. Entonces hubo un tercer intento de sobrevuelo para aterrizar en una “pampita”, donde había una casucha de donde salió un desconocido con un trapo blanco, en supuesta señal de paz. Al acercarse al suelo, la aeronave siguió recibiendo balas y entonces hieren a Millones. Ahí abandonan la zona: “Desconozco de dónde provino la orden de retirarse”.

Varios de los efectivos de la patrulla hoy han sido nuevamente insertados en esa zona, la mayoría han sido forzados a ello, porque han pedido vacaciones, dijo Millones.

Denunció además que la Policía no costeó los pasajes y estadía de sus padres, que viajaron de Chiclayo a Lima cuando fue traslado a la capital por la bala recibida. A pesar de que ha sido diagnosticado con un cuadro de “psicosis de guerra” no ha recibido atención psicológica alguna y ha costeado los ungüentos para su rostro. Hoy teme las represalias de las autoridades policiales por su denuncia.