El canciller peruano Rafael Roncagliolo afirmó hoy que la posición del Perú ante la Corte de La Haya ha sido sostenida de manera contundente y coherente, en el sentido de que no existe un tratado de límites marítimos entre el Perú y Chile.

Corresponderá a la corte establecer el límite marítimo de acuerdo al derecho internacional, o sea siguiendo el método de la equidistancia desde el punto Concordia, subrayó Roncagliolo, quien recordó que dicho punto fue establecido en el Tratado de Lima de 1929.

El canciller afirmó que la práctica de los estados, de conformidad con el derecho internacional y con la jurisprudencia de la corte, no sustituyen la ausencia de un tratado de límites marítimos.

Hemos insistido en solicitar que la corte reconozca al Perú los derechos que le corresponden en el triángulo externo ubicado dentro de nuestras 200 millas y fuera de las 200 millas, señaló en conferencia de prensa luego de que hoy nuestro país culminara su participación en la fase oral ante dicho tribunal.

Hemos respondido debidamente a la pregunta formulada por los jueces, la misma que destacó la importancia de ubicar la Declaración de Santiago en su contexto histórico, dijo.

Además reiteró lo dicho por Wagner y los abogados peruanos en su presentación de hoy. Que en 1952 ambos países no hubieran podido delimitar una frontera marítima de acuerdo al derecho internacional.

La posición del Perú ha quedado muy clara: la Declaración de 1952 estableció una política marítima internacional conjunta que contribuyó a la formación del nuevo derecho del mar. Agregó que entonces la preocupación era proclamar límites exteriores con el fin de proteger los recursos en esa área, y no establecer límites laterales.

EJEMPLO DE BUENA VECINDAD El fallo de la corte, agregó, pondrá fin a una controversia jurídica entre dos países unidos por un conjunto de intereses compartidos.

Nos permitirá continuar construyendo una relación bilateral fundada en el respeto mutuo, el derecho internacional, la cooperación y la voluntad de integración para enfrentar los problemas comunes del siglo XXI, expresó.

Por ello dijo que debemos esperar con serenidad la culminación de este proceso y recibir con madurez el fallo que emita la corte. De esta manera el Perú y Chile darán a toda América Latina un ejemplo de buena vecindad y apego al derecho internacional.