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La noche del martes, el presidente Pedro Castillo tomó juramento de un cuarto Gabinete; esta vez compuesto por solo tres mujeres. En la nueva conformación del Ejecutivo se mantienen en sus puestos las ministras Dina Boluarte (Midis) y Betssy Chávez (Trabajo), y se integra la activista Diana Miloslavich al frente del sector Mujer y Poblaciones Vulnerables.
En términos de representación de mujeres, el equipo ministerial liderado por Aníbal Torres (PCM) coloca al Perú en la posición 13 de 18 países de América Latina. Los que conservan Gabinetes cercanos a la paridad son los centroamericanos Nicaragua, Costa Rica y El Salvador. Además, al final de la tabla, se encuentran Argentina, República Dominicana y Guatemala, con menos de 10% de participación femenina en la alta esfera de gobierno.
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Anteriormente, en el breve paso del Gabinete de Héctor Valer, hubo cuatro mujeres. Sin embargo, la titular designada en Energía y Minas, Alessandra Herrera, fue sustituida por el actual ministro Carlos Palacios. De otro lado, el equipo de Mirtha Vásquez, quien precedió a Valer en la PCM, tuvo cinco ministras, incluyendo a la cartera de Cultura, que hoy es encabezada por Alejandro Salas. Cabe recordar, además, que durante la designación de Guido Bellido, el primer presidente del Consejo de Ministros de la era Castillo, la cifra de mujeres en ministerios solo era dos.
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Retrocesos
En un informe anterior, la politóloga Paula Távara había remarcado que la presencia de más mujeres en los equipos ministeriales peruanos ha ido posicionándose como una demanda de representación y de reconocimiento a los liderazgos técnicos. Es por ello que una reducción significativa, como en el anterior Gabinete de Guido Bellido, se entendió como un retroceso de 15 años. Con el Gabinete de Aníbal Torres, el país se vuelve a acercar a ese piso.
“La política no tiene por qué masculinizarse, tomando además en cuenta que las mujeres son la mitad de la sociedad y las hay muchas perfectamente capacitadas para la alta función pública. La paridad, que ya incluso se ha regulado para contextos electorales, o la suma de mujeres no debería interpretarse como una imposición o una contradicción a la meritocracia. Es, más bien, un tema de coherencia e inclusión”, dijo.
El pasado Gabinete de Mirtha Vásquez había significado un ascenso en representación femenina. La propia Vásquez, además, se había convertido en la sexta mujer al frente de la PCM en toda la historia republicana. (Foto: Presidencia)
/ Cesar Fajardo Ahora, de los 19 sectores del Ejecutivo, 16 son liderados por varones. La especialista señaló que esta alta cifra tiene, en general, un componente de “círculo” en lo social, académico y político, pues las agendas de contacto de los gobernantes y su entorno no se han diversificado. Esto, sumado al hecho de que una mayoría de mujeres se enfrenta a los llamados ‘techos de cristal’ cuando aspira a ascender, a la discriminación horizontal entre sus pares, y a la todavía vigente y desigual carga doméstica.
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En lo que va del 2022, el presidente Castillo solo ha convocado a dos nuevas profesionales mujeres para que integren el Ejecutivo: Alessandra Herrera (efímera gestión de siete días en Energía y Minas) y Diana Miloslavich (actual titular de la Mujer):
La también politóloga Belén Elías señaló en este otro informe que romper con la tendencia de designar a mujeres en sectores ‘menos feminizados’ es también un indicativo de retroceso frente a causas ya conquistadas, como la paridad que mediante norma se viabilizó en el Legislativo. Siendo los puestos ministeriales puestos de confianza, se torna más evidente la poca referencia o voluntad de apertura para el ingreso de mujeres profesionales al Ejecutivo.
“En cuestión de representación política, el gabinete ha sido un espacio bastante importante para conseguir cierta paridad, con la designación de mujeres en ministerios con mayor visibilidad mediática y de manejo de recursos. El mismo problema de subrepresentación está en América Latina y en el mundo. El tema es que esto deja un mensaje desde los gobiernos sobre su proximidad y su voluntad de incluir mujeres con capacidades para ejercer cargos de esa envergadura, que las hay”, comenta Elías.
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