"En su solicitud, el ex jefe del Estado enumera las veces que desde el Ejecutivo se le ha pedido al fiscal de la Nación dar un paso al costado". (Foto: Congreso)
"En su solicitud, el ex jefe del Estado enumera las veces que desde el Ejecutivo se le ha pedido al fiscal de la Nación dar un paso al costado". (Foto: Congreso)
Diana Seminario

La solicitud de asilo del ex presidente a Uruguay ha sido uno de esos golpes políticos que hace tiempo no veíamos. García Pérez respira política y ayer lo ha demostrado.

Consciente de que calificar de “golpe político” la acción del ex mandatario en un país donde se condena sin pruebas y se encarcela sin sentencia es un riesgo, lo hecho por el líder aprista, más allá de colocarlo en una situación expectante, hará que la comunidad internacional gire su mirada hacia el Perú y cómo se viene ejerciendo la justicia en los últimos meses.

En la carta dirigida al presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, en la que le solicita asilo, García señala que “la justicia en el Perú vive una situación anómala, y la situación jurídica de un dirigente político opositor está gravemente amenazada. No hay fiscales ni jueces naturales o imparciales”.

En su solicitud, el ex jefe del Estado enumera las veces que desde el Ejecutivo se le ha pedido al fiscal de la Nación dar un paso al costado, y cómo el propio primer ministro César Villanueva condicionó el diálogo con el fujimorismo si es que esta fuerza destituía al fiscal Chávarry. Como se ve, las escaramuzas libradas por Vizcarra y Villanueva contra el titular del Ministerio Público han sido hábilmente exhibidas como sustento para demostrar que en el Perú algunos fiscales actúan a gusto del poder de turno, y quien no se somete a este recibe amenazas de destitución y son víctimas de demoledoras campañas mediáticas.

En este contexto llama la atención, pues, cómo en unas acciones que no son frutos de la coincidencia se hacen ‘revelaciones’ que dan pie a una solicitud de impedimento de salida del país para García. Hablando en términos futboleros: el fiscal José Domingo Pérez recibe un centro que lo coloca en posición de gol, situación muy similar a cuando salieron a la luz los chats de La Botica, que a los pocos días fueron usados como alegato tanto del fiscal Pérez como del juez Concepción.

El ex canciller aprista Luis Gonzales Posada justificó el pedido de asilo alegando que había una “celada muy bien preparada” contra García, mientras que el congresista Mauricio Mulder informó que fue el propio Alan García quien le comunicó a la dirigencia de su partido que tenía información clara y precisa que este lunes [hoy] sería detenido, por lo que la organización partidaria le recomendó asilarse.

Si bien García no menciona en su solicitud la situación que atraviesa Keiko Fujimori, es un hecho criticado incluso por connotados antifujimoristas que una prisión preventiva de 36 meses puede considerarse un exceso.

Si Uruguay le concede el asilo político a Alan García, está admitiendo que en nuestro país habría una persecución política, y esto pondría en serios aprietos al presidente Martín Vizcarra y a su gobierno.

Más allá de que si este pedido pueda sonar para algunos contradictorio, García viene demostrando que lo que mejor sabe hacer es política, y los aprendices que pretenden enfrentarlo en este terreno no la van a tener fácil.