Fue tal la presión, que el ministro de Educación, Daniel Alfaro, optó por anunciar que estos textos serían reemplazados por otros de “Antología literaria”. (Foto referencial: Difusión)
Fue tal la presión, que el ministro de Educación, Daniel Alfaro, optó por anunciar que estos textos serían reemplazados por otros de “Antología literaria”. (Foto referencial: Difusión)
Diana Seminario

Mientras la huelga de maestros continúa con la amenaza de hacerla indefinida y la pugna entre las facciones del sindicato magisterial sigue, pareciera que una sola cosa es importante para algunos: el contenido de los que tiene como objetivo promover el pensamiento crítico en los alumnos.

La semana pasada, con una paralización docente en ciernes, el actual ministro, ex ministros, columnistas, analistas y todos aquellos que se sentían con el derecho a opinar se enfrascaron en acaloradas discusiones de lo que deberían o no deberían leer los escolares.

Lo cierto es que los textos en cuestión ya se encuentran distribuidos en los colegios que forman parte del programa de Jornada Escolar Completa, y fueron elaborados durante la tantas veces bien ponderada gestión de Jaime Saavedra como ministro de Educación.

Llama la atención cómo en nuestro país hablar de castidad a adolescentes se ha convertido en un tema “polémico”, “controvertido” y hasta prohibido para un sector de la opinión pública, y es precisamente este mismo sector el que no se inmuta si en las aulas se promueve que niños y niñas exploren su sexualidad plenamente. Los mismos menores de edad a quienes se les anima a “construir su identidad” dependen de un permiso de sus padres para viajar solos, están prohibidos de comprar bebidas alcohólicas y no pueden obtener licencia de conducir.

Fue tal la presión, que el ministro de Educación, Daniel Alfaro, optó por anunciar que estos textos serían reemplazados por otros de “Antología literaria”. En lo que nadie profundiza aún es que el material de comprensión lectora se distribuye con el objetivo de fomentar la discusión en el aula. La conducción del debate y del giro que este tome depende del maestro.

Vale aclarar que estos textos no corresponden al currículo escolar, dado que la Corte Suprema aún no se pronuncia sobre la apelación presentada por el Ministerio de Educación luego de que la Corte Superior otorgara una medida cautelar al colectivo Padres en Acción (PEA) para que el Ministerio de Educación suspenda la implementación del Currículo Nacional de Educación Básica en lo referido a la incorporación de la ideología de género.

Y cuando estábamos entretenidos con los textos sobre castidad y virginidad, a casi nadie le inquietaron los libros que circulan como parte del curso de Formación Ciudadana y Cívica, los que critican la “ideología económica neoliberal” y los “dogmas neoliberales”, etc. Ayer, en este mismo Diario, el periodista Fernando Vivas, a quien nadie calificaría de conservador o de derecha, escribía que los textos mencionados “tienen un claro sesgo de izquierda en temas de historia del Perú reciente”.

Más allá de idas y venidas del Minedu y de textos ideologizados, la educación de nuestros niños no tiene que ser un campo de batalla con ganadores y perdedores. De lo que se trata es de una educación que busque formar ciudadanos íntegros, con iguales oportunidades para hombres y mujeres, sin machismo ni feminismo de por medio, sino con un claro concepto de persona.

Ministro Alfaro, no es tan difícil. Millones de padres de familia se lo agradecerán.