(Foto: Facebook)
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Fernando Vivas

Por: Fernando Vivas con la colaboración de Alexander Villarroel y Carlos Peña.

Un viejo partido como el , que ha vivido las fortalezas y debilidades del poder, sabe lo crucial que es conocer los conflictos sociales que pueden jaquearlo. No para azuzar la conflictividad per se, pues es un partido que ha sido dos veces gobierno y aprecia la estabilidad; pero, sí, al menos, para que la explosión no los coja desprevenidos y los efectos, en lugar de golpearlos a ellos, golpeen a los rivales. O, también, en el mejor de los casos, para participar en la solución y capitalizar sus buenos oficios de mediador.

El congresista , aprista de dos gobiernos, sabe de poder y de conflictos sociales. Incluso, se especializó en el asunto cuando fundó, en el 2011, apenas dejó de ser congresista, la consultora Diálogo y Soluciones. Pero, volvamos atrás. En el gobierno de 1985 a 1990, no estuvo en la cúpula, pues fue alcalde de Lima.

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Luego, Del Castillo vivió intensamente, desde la oposición, el auge y caída de Fujimori. En el 2006, ahora sí, le tocó ser el segundo de Alan García y tomar las riendas de la PCM. Como bien saben, el papel de bombero de conflictos, es una función primordial del primer ministro y Del Castillo fue celebrado como tal. De saque, tomó en sus manos la negociación con el gremio minero, para, entre otras cosas, elevar el canon y las promesas de obra pública y descentralizada en las regiones mineras.

La conflictividad, en ese gobierno de crecimiento sostenido en buena parte gracias a los precios de los minerales, tuvo un pico alto en la tragedia del ‘Baguazo’, ajena a la minería y a Del Castillo, que ya no estaba en la PCM. Salió de ella por su responsabilidad política en las intrigas reveladas por los ‘petroaudios’ y por sus visitas inoportunas al controvertido empresario dominicano Fortunato Canaán. Distanciado del gobierno, se mantuvo discreto en su curul, salvo cuando se ofreció de mediador en el conflicto que la minera Doe Run de La Oroya, con el respaldo de sus trabajadores, mantenía con el Estado y los exigentes estándares ambientales.

Una vez que confirmó que no sería congresista durante el gobierno de Humala; Del Castillo se dedicó casi por completo a sus actividades privadas. No sabríamos mucho de ellas sino fuera porque en enero del 2015, la revista “Correo Semanal” reveló que él y otras figuras ajenas al humalismo, eran víctimas de reglaje de la DINI (Dirección Nacional de Inteligencia). Como prueba de la denuncia, la revista presentó fotos de Del Castillo hablando con personas ligadas al mundo de la minería e, incluso, con funcionarios del Ministerio de Energía y Minas (MINEM).

El informe de la DINI, citado en el reportaje, decía: “Los diversos actores (…) que se han reunido con Jorge Del Castillo hacen de este último el lobbista minero energético por excelencia del PAP [APRA] que pretende acumular poder económico, político y legal para sí y para otros”.

Citamos el informe, no por avalar las hipótesis tremendistas que suelen contener los reportes secretos de inteligencia, sino porque muestra que Del Castillo estaba muy al tanto del sector más conflictivo. Él mismo lo confirmó cuando protestó airado y con todo derecho contra el reglaje, y explicó que, al no ser congresista, se dedicó, a título personal no partidario, a legítimas actividades de asesoría a empresarios mineros.

Otro reglado fue el ex ministro del Interior, Miguel Hidalgo, desde entonces un personaje muy ligado a Del Castillo y a otra de las áreas de versación del congresista: los asuntos de seguridad interna. Hidalgo tiene, con familiares suyos, una empresa que brinda servicios, entre otros, al sector minero, y ha hecho algunos trabajos en conjunto con Del Castillo. Según reveló el reglaje del que fue víctima, junto a Hidalgo, estuvo en una reunión entre personajes ligados a la Southern y funcionarios del MINEM, en fechas en que se tomaban decisiones cruciales para el proyecto de Tía María.

El otro lado de la mina

En el 2015, a Del Castillo le renació el afán por volver al Congreso. El APRA, en alianza con el PPC, logró saltar la valla y él consiguió curul en el 2016. Desde un inicio, fue consecuente con su vocación por los asuntos mineros, inscribiéndose de accesitario en la Comisión de Energía y Minas.

Los primeros meses del gobierno de PPK, coincidieron con una escalada de conflicto en la zona de que costaron la vida de un comunero, Quintino Cereceda, el 15 de octubre del 2016. En un informe del enviado de El Comercio a la zona, Miguel Neyra, del 18 de octubre, hay un breve diálogo con los controvertidos Frank y Jorge Chávez Sotelo, entonces abogados de las comunidades de Pumamarca, Choqueca y Quehuira, donde estos dicen: “Pedimos que [el conflicto] lo vea Jorge Del castillo porque fue el único congresista que recibió a los comuneros”.

Revisamos el registro de visitas a congresistas de aquella época y encontramos que, en efecto, el 25 de agosto del 2016, los Chávez Sotelo ingresaron al despacho de Del Castillo junto al abogado Iván Ovalle y a dirigentes de comunidades apurimeñas.

(Fuente: El Comercio)
(Fuente: El Comercio)

Unos días después, el 31 de agosto, se repitió la visita de los Chávez Sotelo con un grupo similar, algunos más, algunos menos, que el del 25.

(Fuente: El Comercio)
(Fuente: El Comercio)

Esta segunda visita tuvo una peculiaridad. Los visitantes ingresaron a las 12:24m y se retiraron a las 17:16pm, pero Del Castillo figura en la 2da sesión de la Comisión de Energía y Minas, que empezó a las 14:14pm. Allí, su presencia fue notoria, pues llevó y presentó al gobernador de , Wilber Venegas, cuya intervención -según leemos en el acta- parecía alineada entonces con los reclamos de los comuneros sobre la vía sin asfaltar que sigue siendo el eje del conflicto. Por cierto, Venegas es aprista y candidateó antes a nombre del partido, salvo la última vez, que lo hizo con un movimiento independiente. Luego del conflicto del 2016, y hasta el fin de su mandato en diciembre del año pasado, Venegas se ha mantenido de costado a las tensiones. El actual gobernador, Baltazar Lantarón, parece seguirle los silenciosos pasos.

Consultamos con Domingo Drago, vocero de MMG Las Bambas, respecto a si Del Castillo fue visitado por representantes de la mina, o él los visitó, o tuvo alguna presencia en el diálogo para resolver el conflicto. Queríamos verificar si el legítimo interés político de Del Castillo era oficiar de mediador en temas que conoce muy bien. La respuesta de Drago fue negativa.

Esta vez, el bombero de conflictos pasados, no ofreció sus buenos oficios para apagar nada. Tampoco podemos decir que azuzara algo, pues no lo hemos visto arengar la protesta. Sin embargo, dejamos constancia que la tercera y última visita registrada de los Chávez Sotelo al despacho del congresista, se produjo el 7 de setiembre del 2018. Unas semanas antes, el 15 de agosto, se habían producido las primeras protestas que escalaron hasta el clímax de abril último.

(Fuente: El Comercio)
(Fuente: El Comercio)

En esa reunión de setiembre, según vemos en el registro de visitas, estuvo el cogollo de la protesta: Frank y Jorge Chávez Sotelo; Carlos Arizabal Vargas, abogado que también fue detenido junto a los primeros; Gregorio Rojas Paniura, el ya célebre líder de Fuerabamba, junto a otros dirigentes de la zona.

Nota aparte merece la presencia de Luisa Sotelo Luna, dirigente aprista de Abancay que postuló más de una vez al Congreso, sin éxito, en la lista aprista. Tenemos registradas por lo menos otras 18 visitas suyas a Del Castillo, pero sin los Chávez Sotelo. Algunas veces fue sola y Del Castillo, cuando se lo consultamos, nos dijo que no hablaban del tema de Las Bambas, sino de un interés especial de ella en un proyecto del Colegio de Enfermeras, cosa que tiene asidero, cuando vemos que en la última visita que le hace, está acompañada de una representante de ese colegio profesional. Pero, Del Castillo olvidó su presencia en la reunión del 7 de setiembre del 2018. Allí estuvo entusiasta pues colgó en su Facebook dos fotos donde se la ve con el congresista correligionario, con los comuneros y, en una esquina de la escena, con Jorge Chávez Sotelo.

(Foto: Facebook)
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Estallado en el último verano el paro que se enervó con la prisión preventiva de Gregorio Rojas, de los Chávez Sotelo y del abogado Carlos Vargas, bajo los cargos de haberse asociado para alentar a la violencia y extorsionar a la empresa minera; Del Castillo no apareció ni para resolver ni para complicar ni para mediar en el conflicto.

(Fuente: El Comercio)
(Fuente: El Comercio)

La versión del mediador frustrado

Llamamos a Jorge Del Castillo para preguntarle por su participación, y nos dio su versión, incluyendo documentos de respaldo. En primer lugar, admitió que sí tuvo relación con los comuneros, y que ello fue del algún modo fruto del trabajo previo con su empresa Diálogo y Soluciones (que cerró cuando candidateó al Congreso el 2016). Nos dio una carta, fechada el 25 de agosto del 2016, en la que los presidentes de 4 comunidades le piden que interceda en la exigencia que estos hacían al MTC para que declarara sin efecto la declaración como vía nacional, de la carretera de la discordia. Esto coincide con la primera visita de los Chávez Sotelo, registrada el mismo 25.

Comuneros solicitan formalmente a Jorge del Castillo interceder por ellos ante el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Comuneros solicitan formalmente a Jorge del Castillo interceder por ellos ante el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

Por esos días, recuerda el congresista, lo llamó el entonces ministro de Transporte, Martín Vizcarra. Se presume que Vizcarra había recibido el pedido de los comuneros demandando la presencia de Del Castillo para reabrir el diálogo en la localidad cusqueña de Tincuy el día 28. Viajó acompañado del ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo. Nos envió, incluso, una copia de su pasaje a Cusco.

Luego de ello nos dice que no volvió a intervenir en el tema, pero le hicimos recordar la visita de setiembre del 2018, y admitió que se limitó a recibir a abogados y comuneros que, en su entender, es probable que visitaran a otros congresistas. En realidad, eso no es muy probable, pues los otros dos congresistas por Apurímac, que hubieran sido los primeros interesados en oírlos, no tenían mucho de que hablar con los Chávez Sotelo.

Dalmiro Palomino, de Fuerza Popular, es cercano a MMG Las Bambas pues la empresa de su familia, Wari Palomino, da servicio de transporte a la mina. Richard Arce, de Nuevo Perú, no simpatiza con ellos y lo dice sin empacho. Lo llamé y reconoció su lejanía con los Chávez Sotelo. Y agregó una reflexión, muy válida por cierto, sobre los foráneos que se acercan a los comuneros con propósito no ambiental, ni reivindicativo, sino crematístico. Recordó con nosotros, incluso, el caso de los ‘lentejeros’, como se llamó a personajes que intentaron mediar de mala forma en el conflicto pasado de Tía María.

A los Chávez Sotelo, al líder de la comunidad de Fuerabamba, y al abogado Carlos Vargas les levantaron la prisión preventiva. Pero no a todos los liberaron. Frank Chávez Sotelo, tenía una prisión suspendida por un caso de falsificación de documentos y, al considerar que el problema que protagonizó en Las Bambas era una violación de sus reglas de conducta, le convirtieron la pena suspendida en efectiva.

El diálogo continua, a trompicones, pues los comuneros demandan que se les cierren todos los procesos que han acumulado de anteriores protestas y eso excede a la voluntad del Ejecutivo. Cuando le preguntamos a Del Castillo si estuvo cerca a los protagonistas cuando el conflicto escaló, nos dijo que no, pues no media donde no lo llaman. Las malas relaciones de la oposición y, en particular, de su partido, con el gobierno, no lo hacían, ciertamente, el mejor mediador. Le daban, en todo caso, un móvil para azuzar un conflicto mayúsculo y desestabilizador justo cuando al líder de su partido, lo perseguía la justicia. Por supuesto, Del Castillo rechaza estas últimas especulaciones.

Tengamos en cuenta que la identificación de Del Castillo con las angustias de García, no era tan profunda como la de otros apristas, pues solían discrepar en como encarar la oposición. Queda abierta, por otro lado, la especulación sobre la trama de intereses personales, no partidarios, que Jorge Del Castillo tejió en los últimos tiempos en el millonario y explosivo sector minero y podrían haberlo llevado a recibir, por lo menos en tres ocasiones registradas, la visita de los abogados codiciosos. El tiempo pondrá en su lugar las especulaciones, los móviles y la legitimidad política del congresista y ex primer ministro Jorge Del Castillo, en el caldero de los conflictos sociales.