(Foto: AP)
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Diana Seminario

¡Es un escándalo la compra de televisores por los congresistas!, ¡Los parlamentarios quieren ver el Mundial con nuestros impuestos!, ¡Aún hay esperanza de que Paolo juegue el Mundial!, ¡Faltan 20 días para Rusia 2018! Podríamos seguir enumerando las noticias que vienen impactando en los últimos días. Sin duda todas importantes, aquello que nos da tema de conversación en el micro o en la oficina por varios días.

Pero hubo otra noticia que quizás pasó desapercibida –es que estamos tan preocupados con la suerte de nuestro capitán–:

y lograron recusar a la Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional. Es decir, se bajaron a la sala completa. Los jueces son: Octavio César Sahuanay, Iván Alberto Quispe y María León Yarango. En agosto del año pasado, estos tres magistrados declararon infundado el recurso de apelación presentado por la defensa de Humala y Heredia contra la prisión preventiva impuesta por el juez Richard Concepción Carhuancho.

En términos sencillos, recusar significa que son apartados del proceso. La defensa de los Humala alegó falta de imparcialidad de los jueces.

La “pareja presidencial” sustentó el pedido de apartar a los jueces del proceso en el fallo del Tribunal Constitucional que los liberó.
Para el coordinador de las fiscalías de lavado de activos, Rafael Vela Barba, esta estrategia de recusar a cuanto juez no sea de su agrado tiene por objetivo alargar el proceso.

Pero eso no es todo, la próxima víctima de los Humala sería el juez Concepción, el mismo que los mandó a la cárcel.

Todo apunta a que Concepción correrá la misma suerte que sus colegas de la segunda sala, pues quienes dieron luz verde a esta recusación serán los mismos que tendrán que evaluar su caso. De ser así, los Humala se librarían de que Concepción continúe al frente del caso de aportes irregulares de campaña.

Mientras seguimos contando los días para debutar en el Mundial, nadie se indigna por las argucias legales de los Humala, por su intento de escapar de la ley a como dé lugar. Ellos no afrontan la ley, lo suyo es evadir.

Además, ya lo dejó escrito la propia Nadine Heredia en sus célebres agendas: “El juez se puede escoger”. Y razón no le falta, ella sabe de lo que habla.

Esperaremos sentados una marcha a favor de valientes jueces que no se dejan amedrentar por presiones de todo tipo. La autodenominada “reserva moral” del país no enfilará toda su batería contra el ex presidente y su esposa, tampoco veremos campañas en las redes sociales; y mucho menos sesudos artículos cuestionando la validez de esta medida. Esas opiniones prefieren calificar de “mequetrefe” al juez que encarceló a Ollanta y Nadine. Así estamos.

Lo mejor para los defensores de los Humala es hacerse de la vista gorda y fijarse un objetivo común a sus intereses. No vale chocar con sus engreídos, tampoco admitir que, al fin y al cabo, el gobierno de la gran transformación fue solo una gran farsa.