Cotler: "Esta es una de las sociedades más débiles de América"
Cotler: "Esta es una de las sociedades más débiles de América"
Fernando Vivas

En noviembre del 2015, cuando los candidatos a la presidencia estaban en el partidor, publicamos en El Comercio nuestra última entrevista a . Dejó a todos los aspirantes sin cabeza. Su legendario pesimismo era, de alguna manera, su esperanza; porque sólo a través de ese análisis casi quirúrgico, podía vislumbrar las claves para seguir entendiendo al Perú que fue su gran y querido objeto de estudio. Esa vez nos recibió con una gran sonrisa porque acababa de ganar un reconocimiento al pensamiento social elevado a la categoría de obra cultural. En su caso, era un arte. Que descanse en paz.

Aquí la entrevista:

De tripas, análisis. renueva –con humor que se pone de manifiesto cuando uno lo mira a los ojos– su pesimismo penetrante justo cuando las encuestas hacen reaparecer los sueños y fantasmas del Perú. No hay, aún, candidatos ganadores para Cotler; solo “una sociedad débil” que volverá a jugársela en el 2016.

Lo felicito por el Premio Nacional de Cultura. Es estupendo que la reflexión académica sea patrimonio cultural.
Es una sorpresa, un halago; estoy contento de que las ciencias sociales sean consideradas cultura y no solo lo sean la literatura y la poesía.

Usted suele decir que es difícil articular intereses en un país donde más de las ¾ de la economía y la ciudadanía es informal. ¿Siente que los candidatos se preparan para ello?
Uno diría que están interesados en articular alrededor suyo segmentos particulares de la sociedad, pero son segmentos que están aislados unos de otros. Digamos que en el Perú la conectividad es muy baja.

¿Keiko es quien más éxito ha tenido en esto?
No es una espontánea. Ha venido haciendo lo que otros no han hecho. Además, viene con los cuadros y operadores del padre, tiene una ‘buena herencia’. [...] No sé si [Alberto Fujimori] es un operador suyo, pero opera como si lo fuera. No sé si va a tratar de marcar distancia [con él], pero de lo que estoy seguro es que no se va a poder separar.

O sea, no es lo que quiera, sino lo que pueda.
Claro, ella como todo político no hace lo que le da la gana. En el Perú, se dice que toda la política es personalizada, y eso es efectivo; pero esa política está amarrada a intereses y personas alrededor suyo. No veo cómo va a poder desprenderse de Martha Chávez, de Luz Salgado.

¿Cree que estarán en su lista?
Van a estar y Martha Chávez va a querer ser ministra de Justicia. El fujimorismo va a tener una representación importante. Y eso puede ser mil veces peor con lo que vemos hoy de corrupción, frivolidad, vanidad. Y no por ella, ah. No sé cómo es ella, pero todo lo que está alrededor es espantoso. Es el mundo de la informalidad, y no hablo en términos laborales, sino de normas republicanas.

El Congreso es una representación de todo eso.
Lo es. Hasta el día de hoy estaba controlado por el Ejecutivo. Con Toledo, Dañino y Kuczynski más o menos lo controlaban en lo que se refería a cuestiones económicas, que era lo importante, pues no había interés en la política. La despolitización de la economía y de la sociedad es lo que ha permitido esto.

La bancada nacionalista ha sido la más volátil.
Es que ahí no hay organización. Lo primero es cómo una persona como Ollanta Humala llega a ser comandante y a dirigir una corriente de opinión. Probablemente, el hermano [Antauro] y los etnocaceristas sembraron esa corriente y él casi por casualidad apareció allí y a falta de Antauro logró conquistar la representación. El etnocacerismo no es una organización, alguien lo tipificó como un ‘cholofachismo’.

¿Cómo explicar el poder de Nadine Heredia?
Llegó a tener 70% de aprobación. Cuando alguien tiene demasiado apoyo, hay que tener miedo. Es la misma cosa que le sucedió a Alan. Llegó a tener 95% de aprobación. Y se es joven y se cree que se puede hacer todo. “If you have the will, you have the way”. Recuerda esa historia de los romanos que cuando alguien regresaba vencedor le ponían a alguien que le susurraba “acuérdate que eres un ser humano”.

Y a los Humala le faltan esos apuntadores.
Por supuesto. Le faltaron a Alan García, que no hizo caso a las advertencias de su propio partido y se desbocó. Caballo loco. Y a Nadine Heredia le faltó alguien que le dijera “aguántate”.

¿PPK y su sancochado?
Es el que puede articular intereses. Desde las altas finanzas hasta sectores de las clases medias que son intereses muy claros, mientras Keiko es entre asistencialismo y promesas para los empresarios emergentes. La vez pasada también estaba entre el 15% y el 20%. Es un poco el PPC. Ha reconocido que tiene que entrar a los sectores populares. No tiene antecedentes allí. Y tiene que competir con una Keiko que tiene muchos puntos por delante y tiene operadores hasta en el último pueblo del país y cada uno está esperando “ahora cuando tú subas me va a tocar a mí” y no los puede defraudar.

Pasemos a Acuña. ¿En sus universidades estudian los hijos de esos sectores diversos? Ahí hay un espacio de conexión.
Es lo que está haciendo. Acuña es un empresario político en el sentido neto de la palabra. Tiene una organización, tiene jerarquía, tiene recursos, maneras de llegar. Es una novedad absoluta en el caso peruano. Sabe usar la conectividad formal y la informal. Y además es muy claro en términos de asistencia. Está la historia de que todos los que entran a la universidad saben que tienen futuros empleos. Los profesores ocupan un rango y los alumnos otro como operadores políticos.

¿Qué le queda a Toledo?
Forma parte de los que van a empezar a salir de la escena. Toda la frivolidad, todas las bromas que se hicieron de él fueron devastadoras.

¿La imputación de frivolidad puede ser más lapidaria que la de corrupción?
Por supuesto. Además, frivolidad y ridiculez es una sumatoria excesiva.

Para Nadine ha sido lapidaria.
Y las ganas de acabar con ella es una cosa impresionante. La venganza es dulce. Alan no perdona [sonríe]. En la campaña, va a tratar de demoler a Acuña y va a sacar las historias de su mujer, de sus hermanos.

¿Cree que con Alan funcione lo de “lo malo conocido” y recupere su intención de voto?
Alan es un político perversamente hábil, que sabe por dónde matar a la gente y echarle en cara cualquier cosa. Pero creo que Kuczynski va a estar muy por delante de él.

Usted habló de una “trilogía del mal” con Alan, Fujimori y Abimael Guzmán.
Destruyeron el país. Cada uno a su manera. La gente sigue sin tomar en cuenta cómo el país se ha destruido. Lo que no deja de sorprenderme es la capacidad de recuperación. Porque lo que tenemos viene de ahí. En los años 70 teníamos sindicatos, federaciones, asociaciones. Desapareció todo de un tajazo. Esta es una de las sociedades más débiles de América Latina.

¿No será que hay mutaciones, nuevas instituciones que no somos capaces de ver?
Por supuesto, hay otras cosas diferentes, la música, la gastronomía, pero eso no tiene consecuencias de carácter político. Lo que tenemos es ‘bullying’, extorsión, narcotráfico y, después de eso, la indiferencia colectiva. ¿Dónde están los jóvenes que desde los años 20 fueron la vanguardia del país? En los últimos momentos de Fujimori, lavaban la bandera. Eran pocos, pero eran.

Salieron con la repartija, luego con la ley ‘pulpín’.
Pasó. Lo que tenemos son momentos de eclosión que pasan hasta esperar el próximo fenómeno. Las redes son las que mandan y como yo no estoy en ellas [ríe] me lo pierdo.

¿Cómo ve este proceso de elecciones abiertas que hizo ganar a Verónika Mendoza?
Que hubiera un proceso electoral ya es un gran avance para las izquierdas. El problema es su plataforma. Que hay explotación y desigualdad en el país, ¿y? No pueden ser simplemente una organización de protesta. La gente quiere soluciones y no proyectos utópicos.

Usted dice que el individualismo no es el problema, sino que no respete la ley.
Un individualismo sin responsabilidad social. El que puede, puede. La historia de cómo se maneja, no hay que ir más lejos.

Pero funciona.
Pero claro. “Eppur si muove”. La fascinación que tengo es que puedo hablar que el Estado es así o asá, pero funciona. Cuando yo hago el recuento, educación pésima, salud mira cómo está, al final uno se pregunta, ¿cómo subsistimos? 

¿Somos muy pesimistas desde las ciencias sociales?
Un intelectual que no sea pesimista es una contradicción [ríe].Un intelectual peruano, con la tradición que tenemos, tiene que serlo mucho más. Tenemos una aspiración de una sociedad que está muy lejos del Perú, entonces nos proponemos proyectos irrealizables. Hay que avanzar con proyectos concretos. Ayer me contaban que el Perú es de los tres o cuatro países del mundo que han reducido más la mortalidad infantil. Cualquier gobierno saldría a vanagloriarse de eso.
​¿Por qué no lo hace? Porque saldría Mulder a decir que los números están falsificados.

Estoy imaginando la respuesta de Abugattás.
[Ríe] Hay muy poco sentido republicano. Se está pensando en cómo destruyo al otro y no en cómo le reconozco mérito para llegar a un acuerdo.

¿El problema son los informales o los formales que contribuyen a la informalidad?
Elmer Cuba dice que la tercera parte del sector formal trabaja en el sector informal. La fragmentación en el mundo del trabajo es impresionante. Por eso no hay huelgas. No es un problema de costos de formalización, sino de estructura productiva y de la forma en que las empresas registran a sus trabajadores.

Si algo se ha mantenido en los últimos gobiernos, es el poder de la tecnocracia.
Sí, claro. El problema es que hay una ideología tecnocrática en educación. Capital humano. Productividad. No están interesados en ciudadanía. ¿Cuál es el elemento de la prueba Pisa que mide el aprendizaje ciudadano? Por eso Vergara y Meléndez insisten en que esto es un modelo que da impulso al consumidor en desmedro del ciudadano. Un Estado débil va asociado a actores sociales débiles. Cuando tienes esa situación, es fácil que aparezca un núcleo que captura el Estado para sus intereses particulares y ahí tienes a los tecnócratas. Durante 25 años el aparato del Estado ha funcionado en base a ellos. Yo siempre digo que los tecnócratas se parecen a los estalinistas. La estructura económica es la que manda y la superestructura es una derivación que automáticamente se adecúa a los hechos.

¿Alguna sorpresa?
No creo. Keiko va a ser una populista que me voy a reír a muerte de todos los que están pensando que va a ser la salvación. En el beneficio de la duda, pienso que si es honesta e inteligente como dicen –cosa que no lo sé–, está atrapada por los peores elementos del fujimorismo, que no es únicamente Alberto Fujimori, sino la cultura fujimorista, que es la cultura combi, la cultura chicha, la informal en última instancia. La cultura informal no es únicamente la que desconoce las reglas legales, sino las normas convencionales, esas normas que te enseñaban en la casa cómo se come, cómo se saluda a la gente. Ahí se pierde la vergüenza, que es la última trinchera del control social. Eso es lo que se viene.

Qué difícil será votar.
Yo ya no tengo que votar [ríe].