Aunque está más dedicada a su carrera como abogada que a la política activa, Lourdes Flores Nano sigue muy atenta a la coyuntura. (Foto: Paul Vallejos/Archivo El Comercio)
Aunque está más dedicada a su carrera como abogada que a la política activa, Lourdes Flores Nano sigue muy atenta a la coyuntura. (Foto: Paul Vallejos/Archivo El Comercio)
Fernando Vivas

Esta vez no fue sondeada para ocupar la PCM, así que Lourdes Flores tiene más libertad para contarnos qué es lo que cree que podrá o debiera hacer Martín Vizcarra.

—Las hubo en los primeros tiempos de la República, pero esta es la primera sucesión de un vicepresidente a presidente que vivimos. ¿La satisface?
Nadie puede estar satisfecho de una crisis constitucional, me ha dolido y me ha preocupado. Pero siento tranquilidad porque funcionó un camino constitucional y ha sido pacífico.

—Tan pacífico que no hubo revueltas, la bolsa subió y el dólar bajó. ¿Desafección de la sociedad hacia la política o tiene otra lectura?
Creo que como la crisis ha sido resuelta en corto plazo y por caminos constitucionales, los mercados no han sufrido.

—Querían definiciones y las hubo.
Ha habido un tiempo de enorme incertidumbre. Quien sería designado [como ministro de Economía], el señor David Tuesta, por sus credenciales inspira continuidad en las políticas de largo aliento.

—Los lineamientos económicos están en el plan de gobierno de PPK, que es el mismo de Vizcarra, pero ¿qué cambio de actitud política tendría que encarnar?
Está buscando personas de confianza, no está usando necesariamente otros grupos en el poder. Tiene un primer ministro [César Villanueva] que viene de canteras parlamentarias y de un gobierno regional. Ha planteado algo novedoso: un pacto social, que es todavía una fórmula vacía.

—¿Se anima a dar algunas claves de lo que debe ser su contenido?
Lo más interesante será el contenido del pacto social. ¿Qué creo que debe ser? Una lista de cinco prioridades. En lo económico, los desafíos parecen ser concretos: recuperar crecimiento, reducir gasto, recuperar recaudación, crear un marco de confianza. Lo segundo es el campo de la seguridad. Lo tercero tiene que ver con la reforma política. En el PPC somos partidarios de eliminar el voto preferencial, restituir el Senado, eliminar el financiamiento privado de las campañas. El cuarto es la lucha contra la corrupción. Y lo quinto es lo social: educación y salud. Y decir: “Señores, les pido unidad en torno a esto”.

—¿Qué significa tener un presidente y un primer ministro que han sido líderes regionales?
Me parece muy positivo, es señal de que hay transformaciones en el liderazgo. Probablemente, estamos ante un cambio generacional en la política y esto no tiene que ver con las edades, sino con que son nuevos actores. Eso sí, hay que pedirles erradicar el aventurerismo y el individualismo.

—El PPC cogobernó con Belaunde. ¿Qué ha pasado para que hoy los políticos se asusten de la posibilidad de hacer una alianza?
Sin ningún reproche y sin ningún rubor, te diré que eso es lo que propusimos el Apra y el PPC en las elecciones pasadas y fuimos clamorosamente derrotados [ríe]. Intentamos transmitir ese mensaje y la población no lo vio bien. Lo hacen los regímenes parlamentarios para conseguir mayoría, lo ha hecho Angela Merkel en Alemania. No parece ningún pecado, pero en el Perú sí. El presidente está obligado a tender puentes y no deben ser soterrados, sino por todo lo alto.

—Un ejemplo es no haber convocado a Elmer Cuba, asociado a Fuerza Popular, pues tanto el presidente como el fujimorismo temían ser etiquetados como una alianza.
Reiterando que no conozco a Tuesta, Cuba me hubiera parecido un excelente ministro de Economía, pero desde todo lado hubieran comenzado a gritar que sería una traición. Quizá mañana, no hoy, acabemos en esa dirección [de los pactos]. Tenemos que borrar de nuestra mente el voto por el anti. Hemos construido un sistema basado en eso. La segunda vuelta debiera conducir a hacer coaliciones, aquí es la suma para que el otro no salga y los que votan por el anti no se comprometen, no se sienten partícipes del gobierno. El pavor a las coaliciones, el voto por el anti y el individualismo son expresiones de una democracia adolescente.

—¿Qué piensa de gestos como los de Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea, quienes hablaron de adelanto de elecciones?
Discrepo radicalmente de ellos. Eso suena bien en la calle, interpreta una decepción y frustración, pero el deber de los líderes no es colocarse detrás del tumulto. De esta penosa crisis hay que salir ordenadamente. Si vemos más adelante que no funciona, habrá que tomar otro camino constitucional, pero hoy no es el momento.

—¿Ve a Vizcarra hasta el 2021?
Estamos en Semana Santa. Vamos a pedírselo al Señor con la mejor de las voluntades.

—¿Cómo ve al fujimorismo? Keiko se fortalece en comparación con Kenji, pero la aqueja una crisis interna.
He sido una opositora del fujimorismo en el poder, pero tampoco he estado en estos meses en la línea del ataque frontal para dividir al fujimorismo como única manera de fortalecer al gobierno. Ellos también han estado en actitudes muy inmaduras a veces. Tienen que ser conscientes de que no los aplauden por lo que ha pasado. Deben procesar su problema interno o dividirse si así corresponde, pero ese es su futuro. Ahora tienen que responder a los retos actuales. Parece que sus primeras acciones van en esa dirección. Satisfechos de haber sacado al presidente, hoy anuncian que actuarán de manera más responsable.

—No es elegante hacer leña del árbol caído, ¿pero qué fue PPK?
Con todos sus errores, hay que agradecerle haber querido servir al país. Ha tenido errores de conducción evidentes. Ha sido una demostración más de que se puede llegar al poder con un proyecto individual, pero construir un gobierno a partir del individualismo y del núcleo más cercano no sirve. Y los pocos puentes, si se tendieron, no sirvieron. Se reaccionó con la misma pasión de la campaña. Ni aun en el área económica se han visto resultados que satisfagan. Y surgieron otros problemas que tendrán que investigarse con objetividad. No es hora para hacer una cacería de brujas.

—Horacio Cánepa [árbitro comercial que habría recibido sobornos de Odebrecht] es un pepecista cercano a usted y trascendió que habría dicho que Odebrecht aportó a su campaña del 2006.
Siendo trascendido, lo tomo como tal. [Jorge] Barata ha dicho explícitamente que no ha dado dinero. Horacio Cánepa enfrenta un proceso por un problema personal y entiendo que está buscando ser colaborador eficaz.

—¿Qué le augura a Alberto Beingolea, nuevo presidente del PPC?
El mejor de los éxitos. Hemos batallado un año en el JNE. Hay una generación joven que se prepara para las municipales y regionales, a pesar de que estamos fuera del Parlamento. Hablo de renovación y simultáneamente hay que dar gracias a Dios por tener con vida a Luis Bedoya [99 años], a ese tronco de sabiduría.