El jefe del Estado se ha distanciado del estilo comunicacional de su antecesor. (Foto: Dante Piaggio/Archivo El Comercio)
El jefe del Estado se ha distanciado del estilo comunicacional de su antecesor. (Foto: Dante Piaggio/Archivo El Comercio)
Diego Chirinos

cumple mañana un mes como presidente de la República. En 31 días, además de delinear su primer Gabinete Ministerial, ha intentado esbozar un estilo comunicacional diferente al de su predecesor, .

El gobierno es el mismo, el de Peruanos por el Kambio, pero las coyunturas y los protagonistas marcan, al menos por ahora, códigos distintos.

—Asunción en común—
Mientras Kuczynski asumió el mando del país en medio de una desaceleración económica y ad portas de la explosión del Caso Lava Jato en el Perú, Vizcarra llegó a Palacio de Gobierno después del escándalo ocasionado por una presunta compra de votos para salvar a PPK de una eventual vacancia.

“En esa coyuntura, el diagnóstico de Vizcarra fue que Kuczynski se iba tan golpeado políticamente que era necesario distanciarse de una supuesta continuidad”, afirma el politólogo Martín Tanaka.

El flamante presidente marcó distancia de Kuczynski con discursos más cortos. Un breve mensaje de asunción fijó la tónica de un primer mes lleno de manifestaciones puntuales y circunscritas principalmente a eventos oficiales.

“La coyuntura lo hizo centrar su discurso en la lucha anticorrupción, pero es notorio que Vizcarra aún está buscando una visión más concreta para ‘venderle’ a la población”, sostiene el analista político Enrique Castillo.

En esa búsqueda, el jefe del Estado muestra la intención de conectar con la ciudadanía. Aquella población que en un 30%, según la última encuesta de El Comercio-Ipsos, todavía no se forma una opinión sobre él.

En sus primeras horas como mandatario, Vizcarra optó por visitas inopinadas tanto al Hospital del Niño como al colegio Melitón Carvajal. Y este mes dejó por un momento la Cumbre de las Américas para acudir a un incendio en Comas.

“Hay una intención de crear la imagen de mandatario pendiente de los problemas comunes. Sin embargo, los gestos ayudan cuando hay algo detrás. Se está acabando el tiempo de gestos o declaraciones generales y llega la hora de gobernar”, advierte Tanaka.

—¿Vocero, yo?—
Si bien una de las tareas de un gobernante es comunicar, en el primer mes del período de Vizcarra ha quedado claro que dicha labor recae en el jefe del Gabinete Ministerial, César Villanueva. Esto lo diferencia de la gestión de Kuczynski, quien por momentos parecía asumir roles de primer ministro.

“Sin duda es preferible tener un solo vocero. Pero en el largo plazo puede ser problemático sostenerse exclusivamente en Villanueva. Hay un desgaste natural que no es distribuido porque la bancada oficialista no parece tal y el resto de ministros todavía no tiene un rol comunicacional fuerte”, comenta Castillo.

Mientras el primer ministro Villanueva centraliza las apariciones y el discurso ante los medios de comunicación nacionales, en su primer mes de gobierno el presidente Vizcarra apenas brindó una breve entrevista de diez minutos a Radio Americana de Moquegua.

El primer diálogo extenso del actual jefe del Estado fue con la cadena internacional CNN, con la cual hablará hoy nuevamente. En tanto, en la primera semana como presidente electo, Kuczynski ya había realizado una ronda de entrevistas con los principales medios de prensa escrita, radial y televisiva del país.

“Vizcarra habla ante medios internacionales porque puede moverse en un terreno más genérico ante ellos. Con medios locales tendría que ser más específico y tal vez no esté en condiciones de hacerlo todavía”, analiza Tanaka.

—El Día D—
El segundo mes de Vizcarra en Palacio, sin embargo, empezará con una primera prueba al discurso estructurado del nuevo gobierno.

En poco más de una semana, el 2 de mayo, el Gabinete Villanueva debe acudir al Parlamento para solicitar el voto de confianza. Aunque no se prevé mayor sobresalto, será la primera vez en la cual el Ejecutivo necesitará articular un mensaje extenso, interdisciplinario y con planteamientos específicos.

“Requieren afinar la estrategia para lograr la aprobación del Congreso. Tendrán que ser elocuentes y convencer. Ahí se acabará la etapa de lugares comunes que podía estar bien para un discurso inaugural, pero no para la gestión de largo aliento”, señala Castillo.

Después de ello, un eventual pedido de facultades legislativas permitirá seguir decodificando al gobierno del presidente Vizcarra.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)