Un escenario optimista, la columna de David Rivera
Un escenario optimista, la columna de David Rivera
David Rivera

Por más discrepancias, desagrado o rechazo que nos puedan haber generado los sucesivos gobiernos que hemos tenido desde el 2001, se podría afirmar que cada uno de ellos ha terminado siendo el mejor escenario posible en cada momento. Si revisamos las segundas vueltas, lo han sido Toledo en el 2001, García en el 2006, Humala en el 2011 y lo es Kuczynski ahora.

Los tres primeros terminaron con gobiernos debilitados y sin un futuro promisorio para sus partidos políticos (al menos en el corto plazo). El destino no tendría que ser diferente para Pedro Pablo Kuczynski. Sin embargo, PPK cuenta con una ventaja que podría jugar a su favor. A diferencia de sus antecesores, será el primero sin una rencilla personal ni política de fondo con alguno de ellos, un aspecto que resulta relevante si recordamos la que existió y persiste entre Toledo y García y entre García y Humala. En ninguno de estos casos, la disputa provenía de discrepancias ideológicas. Incluso la posibilidad de la reelección conyugal fue sobre todo un arma para continuar con una guerra que dejó heridos de muerte al gobierno y al Apra.

No es ni será el caso de PPK, motivo por el cual resultará bastante evidente si el fujimorismo en particular pretende hacer una oposición irracional. Lo cual no implica descartarla. Pero sí que ya asimilada la derrota, exista la posibilidad de que la bancada naranja en el Legislativo opte más bien por ser una oposición responsable. Por mero cálculo político. Por mero instinto de supervivencia.

Esta posibilidad aumenta si consideramos que la mayor parte de legisladores de Fuerza Popular son invitados, que para ellos el dolor de la “derrota” pasará más rápido, que para no pocos una confrontación a muerte puede resultar incómoda e incluso terminar siendo contraproducente para sus intereses personales, políticos, regionales, los cuales entrarán a tallar más temprano que tarde. Dependerá de la habilidad política del gobierno para aprovechar este contexto, a lo cual ayudaría contar con buenos operadores en el Congreso y un Gabinete que no solo refleje apertura, sino también cuyos principales referentes no tengan una disputa abierta con los demás partidos que les son ideológicamente afines. Es cierto, durante la campaña Peruanos por el Kambio no se ha caracterizado precisamente por sus habilidades políticas. Pero si han comprendido cómo fue que llegaron a donde están, deberían ya estar trabajando en convocar a personas que les sumen una capacidad que hoy no tienen.

En este escenario optimista, el frente político en el Congreso podría terminar siendo más manejable que lo previsto hasta ahora. Quedaría abierto el frente social representado en el Legislativo por el Frente Amplio, que, como ya se ha dicho, puede terminar teniendo en las calles a un aliado importante y al principal opositor al gobierno de PPK. Y es aquí donde el gobierno de Kuczynski puede terminar teniendo su talón de Aquiles. Lo mostrado en campaña también debería ser una señal de alerta. Lo dejamos para la próxima semana.

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