Humala llorará en el río Magdalena, por Cecilia Valenzuela
Humala llorará en el río Magdalena, por Cecilia Valenzuela
Cecilia Valenzuela

En el verano del 2006, en el fragor de las elecciones presidenciales de ese año, llegó a la redacción de “La ventana indiscreta” un hombre pequeño y de mirada desconfiada.

“Me llamo José Ponce Ruiz –dijo–, soy sargento, soy el hombre de confianza que trabajé con , el que cumplía todas las misiones”. Y añadió: “Yo les llamé a ustedes, porque este señor mandó a sus suboficiales retirados a visitar a mi familia, o sea, a mi mamá, mis hermanos. Él busca a mi familia queriendo saber dónde yo me encuentro”.

El sargento Ponce inició así un relato de hechos atroces, según él protagonizados por el ‘Capitán Carlos’. Refirió, entre otros, un suceso en el que un grupo de personas, detenidas en los calabozos de la base militar de Madre Mía, fueron conducidas durante la madrugada hacia una zona llamada La Morada, donde cavaron su propia fosa para después ser sepultadas, vivas, en venganza por la muerte de un oficial de la promoción de Humala que había caído en una emboscada terrorista ocurrida cerca de Madre Mía, entre Tocache y Balsayaco, en la misma región San Martín.

En su memoria, Ponce podía contar un total de 105 muertos a manos del ‘Capitán Carlos’. “Son cuatro fosas que conozco yo”, sostuvo y pasó a detallar “una que está en el río Magdalena, otra está en las cabezadas del río La Morada, hay otra en un riachuelo que está desembocando en unos 4 o 5 kilómetros más arriba de la boca del río Magdalena, y otra en la desembocadura del mismo río”.

El testimonio de Ponce Ruiz fue registrado por el periodista Jerónimo Centurión, pero no fue propalado entonces porque en ese momento no había más testigos que pudieran corroborarlo y porque no se pudo garantizar la defensa legal que un testimonio de esa gravedad necesitaría. Entre otros busqué, personalmente, al abogado Carlos Rivera del IDL para que representara a Ponce Ruiz, pero él se excusó diciendo que si todo era verdad, Ponce también había sido violador de derechos humanos.

Antes de venir a Lima, sin embargo, el sargento Ponce Ruiz le había contado lo mismo al fiscal de Tocache, Arturo Campos, por lo que “La ventana indiscreta” lo condujo al despacho de la fiscal Luz Ibáñez, coordinadora de las fiscalías en Derechos Humanos y Terrorismo. La fiscal Ibáñez ofreció gestionar su inclusión en un programa de protección de testigos que garantice su vida, pero antes de que eso ocurriera, Ponce desapareció sin dejar huella.

En los meses siguientes, los esfuerzos del fiscal de Tocache por verificar la existencia de las fosas fueron en vano: a pesar de que usó un helicóptero asignado a la fiscalía en Lima, no pudo ni siquiera aterrizar en la cabecera del río Magdalena; la zona donde las fosas se encontrarían es lluviosa y de difícil acceso.

Aun así, en agosto del 2006, desde su fiscalía en Tocache, el fiscal Campos denunció a Ollanta Humala por las desapariciones de Madre Mía. Pero en junio del 2007, antes de que pudiera concluir sus investigaciones, el fiscal Arturo Campos fue asesinado en una emboscada dirigida, personalmente, por el terrorista ‘Artemio’.

El testimonio del ex sargento Ponce Ruiz, grabado en el 2006, fue publicado anoche por los periodistas Óscar Quispe y Jaime Chincha y entregado a la fiscal Edith Chamorro, a cargo de las investigaciones del reabierto Caso Madre Mía.

A la luz de las interceptaciones telefónicas, recientemente conocidas y que vinculan a nacionalistas cocaleros del Alto Huallaga y cabecillas terroristas de la zona, la fiscalía especializada en derechos humanos que investiga la muerte del fiscal Campos trabaja una nueva hipótesis: ahora se busca establecer la verdadera razón por la que ‘Artemio’ mató al fiscal que investigaba las desapariciones de Madre Mía.

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