Si el ministro del Interior, Carlos Morán, tuviese la delicadeza de revisar las cifras, tal vez notaría que la cantidad de denuncias con respecto al total de venezolanos que han llegado al país representa apenas el 1,2%. Es decir, el 98,8% de los migrantes venezolanos no ha delinquido.(Foto: Mininter)
Si el ministro del Interior, Carlos Morán, tuviese la delicadeza de revisar las cifras, tal vez notaría que la cantidad de denuncias con respecto al total de venezolanos que han llegado al país representa apenas el 1,2%. Es decir, el 98,8% de los migrantes venezolanos no ha delinquido.(Foto: Mininter)
Maria Alejandra Campos

La xenofobia vende, es popular. Sin duda es mucho más fácil echarle la culpa de todos nuestros problemas a la novedad de la migración que hacer una crítica estructural de los pesares de nuestro país. El más reciente ejemplo de este fenómeno es la errónea vinculación que se hace entre los venezolanos y el crimen. Así, en lugar de ser empáticos y solidarios con los miles de migrantes que vienen al Perú huyendo de las carencias generadas por el régimen de , la xenofobia allana el camino para la hostilidad y la indiferencia. Es un problema de percepción que requiere ser combatido por los medios de comunicación y el Estado.

Sin embargo, el Gobierno parece haber entendido su rol en este tema al revés. En lugar de asegurarse de que la xenofobia no sea un ítem que se venda impunemente, ha decidido ponerla en oferta. La creación del equipo especial de la policía contra los delincuentes extranjeros es su más reciente vehículo de promoción del miedo irracional contra los ciudadanos de una nacionalidad particular, que aportan muy poco a aumentar la inseguridad en el Perú.

De hecho, si el ministro del Interior tuviese la delicadeza de revisar las cifras, tal vez notaría que la cantidad de denuncias con respecto al total de venezolanos que han llegado al país representa apenas el 1,2%. Es decir, el 98,8% de los migrantes venezolanos no ha delinquido. Los que sí lo han hecho representan a su vez la paupérrima cifra de 1,8% del total de denuncias. El producto nacional sigue liderando por amplia ventaja los asesinatos, robos, secuestros, violaciones y demás males de nuestra sociedad. Todo ello según datos oficiales de la propia PNP del 2019.

Un ciudadano poco atento podría pensar que al pobre ministro no le va bien con la aritmética y que por eso ha tomado la desatinada decisión de crear la brigada ‘antivenezolanos’. Sin embargo, eso sería menospreciar al productor de grandes escenas de la xenofobia nacional como ‘conferencia de prensa para botar a 20 venezolanos del país I’ y ‘conferencia de prensa para botar a 20 venezolanos del país IX’.

En palabras del propio Morán, la justificación es la siguiente: “Con esto vamos a atacar un problema actual, que es la migración delictiva que ha llegado al país y que está generando mayor zozobra, mayor impacto noticioso”.

Lea con cuidado estas palabras: “Mayor impacto noticioso”. “¿Los venezolanos me van a dar ráting? Ah, pues, haberlo dicho antes. A asegurar las cámaras. ¿Qué tal un equipo especial –que suena tan bonito– antivenezolanos? Cañón”, debe haber pensado Morán en su oficina.

Qué habrían dicho los que hoy lo aplauden si en Chile hace 30 años, cuando los peruanos huían en masa del terrorismo y la hiperinflación, se creaba la ‘brigada antiperuanos’. Seguro todos hubiesen gritado al unísono: “Racistas”, “insensibles”, “promotores del miedo”.

Si alguien tiene la autoridad para detener el discurso xenofóbico de Morán, es .