Entre el lote y las agendas, por Diana Seminario
Entre el lote y las agendas, por Diana Seminario
Diana Seminario

El último viernes, el presidente de la República, Ollanta Humala, observó la ley que autoriza a Petro-Perú explorar el en Loreto. Si bien era una acción esperable del mandatario, antes de que el Parlamento definiera este asunto, él había transmitido algunos mensajes ambiguos.

Finalmente, el gobierno, en el último día de plazo para pronunciarse, anunció mediante un comunicado esta medida.

En paralelo, la primera dama acudía a la fiscalía para ver el tema de las agendas y decir que no son suyas; y el fiscal Ricardo Rojas era removido de su puesto pues, como dijo el fiscal de la Nación Pablo Sánchez, ya no tiene caso. Y no lo tiene porque el Poder Judicial aceptó un hábeas corpus que impide que la primera dama y sus allegados sean investigados por lavado de activos.

Sin embargo, Rojas, en entrevista publicada ayer en este Diario, afirmó que la opinión pública sabe que esto debe ser investigado, y fue más allá al sentenciar: “Estábamos en el proceso de establecer el origen del dinero”.

Pero si Nadine Heredia creía que la tenía fácil, y que con el hábeas corpus y el traslado de Rojas sus problemas habían terminado, se equivocó. Ahora deberá ser investigada por el lavado de activos de los fondos recibidos en las campañas electorales del 2011 y del 2006.

En medio de todo este barullo político, el primer ministro Pedro Cateriano retomó el diálogo con los líderes de la oposición. Cateriano parece ser consciente de que es más bien en la oposición donde podría encontrar la fortaleza que no obtiene del bando oficialista.

Este fue el panorama de la semana pasada: agendas, indagaciones y movidas fiscales que más saben a presión que a un normal procedimiento. Hubiéramos esperado que el Ejecutivo y las distintas fuerzas políticas estuviesen concentrados en un debate de ideas sobre el lote 192, o en los esfuerzos que deben realizar los partidos políticos para que las próximas elecciones, lejos de crispar los ánimos, fortalezcan la democracia.
Lamentablemente esa no es nuestra realidad.

Las versiones no aclaradas sobre el dinero entregado al humalismo para su campaña, las agendas de Nadine Heredia y su contenido explosivo siguen ocupando los esfuerzos de políticos y analistas, pues mientras no se esclarezcan las sospechas y las suspicacias, seguirá siendo el tema que nos ocupe.

Por eso, no le falta razón a más de un líder político cuando señala que el Caso Nadine Heredia ya se ha convertido en un asunto nacional, aunque bien podríamos afirmar que ya es una perturbación nacional.

Le corresponde a la primera dama y a sus allegados dejar de buscar atajos a la justicia. Esa será la única manera de dejar de hablar el tema y a ver si, de una vez por todas, la política se ‘desnadiniza’.

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. : "Estoy de acuerdo con que sea investigada" ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)