El Perú ya envejeció, por Federico Salazar
El Perú ya envejeció, por Federico Salazar
Federico Salazar

La planificación familiar es una pésima idea. No digo que decidir sobre el tamaño de la familia sea malo. Digo que es muy malo cuando el Estado toma esa decisión o favorece, de cualquier manera, su idea sobre el tamaño de las familias y la población. 

El caso de  debería bastar para convencernos. Luego de 35 años de estricto control de la natalidad, el Partido Comunista Chino de tener más de un hijo por familia. 

China no puede crecer más porque no ingresan a la fuerza laboral suficientes jóvenes para sostener a los viejos. Hoy, a pesar de la liberación, ya las parejas no quieren tener más niños. La única salida será atraer migración. 

La idea del Partido Comunista Chino de controlar la natalidad era muy sencilla. Eran 900 millones en 1979. Si cada familia tenía 4 hijos, aumentaría la población en 300 millones, aproximadamente. No habría comida para tanta gente. 

Tal razonamiento solo es posible bajo un esquema de planificación económica compulsiva. Solo si evito que la gente produzca para sus familias según sus propios objetivos y posibilidades, puedo pensar que aumentar la población equivale a reducir recursos. 

Lo que ha sucedido en la historia es exactamente lo contrario. Cuando los recursos aumentaron, aumentó la población. Y cuando aumentó la población, aumentó la producción. Con más población siempre hubo más inventos, más arte, más soluciones y más de lo que hacen los seres humanos: civilización. 

Si hubiéramos aplicado la planificación familiar en el Paleolítico, hoy seríamos unos pocos millones de personas en el mundo. Quizá no tendríamos luz eléctrica, autos, computadoras, teléfonos celulares. Para todo eso se necesita consumo masivo; o sea, mucha gente, no poca gente. 

El sentido común dice que si hay más bocas y no hay más panes, habrá hambre. Pero el sentido común se equivoca, porque son los seres humanos los que hacen el pan. Por supuesto, si organizamos la economía con planificación central, habrá pocos panes y entonces, y solo entonces, habrá hambre. 

En el Perú enfrentamos también el fantasma del envejecimiento de la población. En 1995 el grupo de edad de 0 a 4 años era de 3,0 millones y el de 60 a más años, de 1,6 millones. Para el 2025 solo habrá 2,7 millones de niños de 0 a 4, y habrá 4,3 millones de adultos de 60 y más. 

Se puede decir que la del Perú es, ya desde ahora, una población envejecida. ¿Cómo nos pasó esto? ¿Acaso somos un país europeo? Estuvimos bajo la influencia de las ideas planificadoras. 

Todavía hoy sigue el debate en torno a la política demográfica durante el gobierno de Alberto Fujimori. Se llegó entonces al extremo de promover la esterilización, en poblaciones con información unilateral (solo gubernamental). 

Adicionalmente, tuvimos un proceso de urbanización desordenado. Este continúa, pero se puede dar un giro de timón en cuanto a las ideas sobre población. Basta con observar lo que ocurre en China y en el mundo entero.

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