PPK y la ofensiva chavista, la columna de Héctor Villalobos
PPK y la ofensiva chavista, la columna de Héctor Villalobos
Héctor Villalobos

La historia de amor/odio entre los líderes chavistas y los políticos peruanos es tan antigua como el origen de las aspiraciones políticas de . Esta relación tormentosa se inició con el fallecido Hugo Chávez y continúa hasta hoy con su igualmente verborreico delfín Nicolás Maduro.

Las elecciones del 2006 estuvieron sazonadas por los ataques de Chávez a cualquier rival que osara amenazar las expectativas electorales del líder del nacionalismo. Primero Lourdes Flores y luego Alan García, fueron los blancos de los adjetivos del gobernante venezolano.

En el 2011, Humala decide que un mecenazgo a ritmo de samba le vendría mejor y maquilla sus afinidades chavistas. Oculta estratégicamente a sus aliados venezolanos en el clóset político y muestra en campaña el rostro amable de sus nuevos amigos brasileños. Pese a ello, Chávez lo recibe con los brazos abiertos cuando este visita Caracas como presidente electo, como un padre orgulloso de la hazaña lograda por su hijo ideológico.

Tras el fallecimiento de Chávez, Humala buscó mantenerse en buenas relaciones con Caracas. Fue justamente en Lima, en una criticada cita extraordinaria de la Unasur, en la que se legitimó el cuestionado triunfo electoral de Maduro sobre Henrique Capriles. Sin embargo, el ex presidente tuvo también sus momentos álgidos con el chavismo, como fue aquella crisis que desencadenó la salida del entonces canciller Rafael Roncagliolo. El ministro tuvo la inocente iniciativa de pedir al Gobierno Venezolano que dialogue con la oposición. Tan inocua sugerencia suscitó una desproporcionada reacción de Maduro. “Usted se equivocó, canciller del Perú. Ha cometido el error de su vida, Roncagliolo”, vociferó Maduro. Su amenaza se cumplió. Dos semanas después, el ministro renunció argumentando problemas de salud. Por supuesto que nadie se creyó la explicación.

Los años han pasado. Tenemos un nuevo gobierno, nuevas autoridades, pero las embestidas del chavismo continúan. Esta vez, es el presidente Pedro Pablo Kuczynski la nueva víctima de los ataques de Maduro, fielmente secundado por su canciller Delcy Rodríguez. Con expresiones impertinentes que van desde “cobarde” hasta “perro que le mueve la cola al imperio” la poco diplomática canciller hace eco y hasta trata de superar los agravios de su jefe hacia .

A diferencia de su antecesor, muy elocuente a la hora de hablar de sus opositores pero timoratamente cauto para opinar sobre Venezuela, Kuczynski no ha tenido pelos en la lengua para criticar al chavismo tanto en el Perú como en foros internacionales, algo que en Caracas parecen no perdonar.

Un ataque de un Gobierno extranjero, especialmente por parte de un régimen tan antipático como el de Maduro, puede ser bien capitalizado políticamente por cualquier líder, y puede caer como anillo al dedo a un presidente con una aprobación que está de capa caída. Lamentablemente, a los voceros oficialistas y asesores de la PCM no se les ha prendido el foco y parecen tener la mente ocupada en otros asuntos. Curiosamente, los mejores defensores de PPK en este tema han sido los integrantes de la oposición.

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niega que haya renunciado a MTC — Política El Comercio (@Politica_ECpe)