La tremenda corte, la columna de Cecilia Valenzuela

Escribo estas lneas en actitud contrita. El Tribunal de tica del Consejo de la Prensa me ha sancionado. Mis 25 aos de periodismo no me alcanzarn para arrepentirme por no haber paporreteado una frase pronunciada por la vicepresidenta del nacionalismo y reelecta congresista por el partido de Csar Acua, Marisol Espinoza.

Tampoco me servirn para resarcirme por no haber transcrito, a pie juntillas, el texto redactado por la fiscal arequipea Mara Alejandra Crdenas para acusar a los responsables, entre ellos los activistas de las ONG Red Muqui y Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, de las vctimas provocadas por los espartambos; aquellos que, a punta de huaraca, intimidaron a todo un pueblo en el sur de nuestro pas.

El ltimo 30 de marzo, a solicitud de Espinoza, los tribunos reescribieron la historia. Segn ellos, el baguazo comenz y termin el 5 de junio del 2009, por lo que la visita de Espinoza el 5 de marzo, da en el que ella azuz a los apus awajn, no se realiz en los das previos al baguazo, como yo afirm en mi columna de opinin.

Los ilustres integrantes del Tribunal de tica han olvidado que las protestas en Bagua comenzaron en diciembre del 2006; que el 9 de abril del 2009 las comunidades nativas tomaron por primera vez la carretera en el tramo de la Curva del Diablo. Y que despus de transcurridos 50 das de paralizacin, el 5 de junio, recin se llev a cabo la operacin policial que termin en la tragedia. As pues, la visita de Espinoza s se realiz en los das previos a que el conflicto comenzara a hacer crisis.

Pero, adems, los tribunos sostienen que difund informacin inexacta porque traduje a Espinoza y, sin cambiar el sentido de sus palabras, la cit diciendo: En Choropampa cada da muere una persona, cuando ella haba dicho, en medio de una presentacin poltica en la que denostaba la minera y la inversin privada: El derrame de Choropampa, que hoy la gente se est muriendo da a da.

Como en tiempos que pensbamos remotos, la libre opinin vuelve a ser fustigada y perseguida en el Per. La sentencia contra Rafo Len por cochinear a una colega lleg desde un despacho judicial; pero los edictos del pomposo Tribunal de tica del Consejo de la Prensa Peruana contra Juan Jos Garrido, director de Per 21, y contra esta humilde columnista, han llegado desde una asociacin de propietarios de medios.

En el caso de las ONG vinculadas a Tierra y Libertad y a los protagonistas del audio de las lentejas, el tribunal me sanciona porque, segn un documento que le alcanzaron los activistas, la fiscala no refiere exactamente lo que yo escrib. Eso no es exacto, en las pginas 16, 17 y 18 de la disposicin fiscal, en la que se imputan los hechos delictivos que rodearon los sucesos en el Valle de Tambo, la fiscala describe que Pepe Julio Gutirrez y otros dirigentes de las protestas contra el proyecto Ta Mara se vieron beneficiados econmicamente por estas ONG. Como se sabe, estos dirigentes coordinaban directamente con los espartambos.

Siempre he sospechado de los ttulos pomposos. El Tribunal de tica del Consejo de la Prensa Peruana tiene un nombre muy pomposo. Las personas que lo integran pretenden que una columnista de opinin consigne literalmente los datos en los que basa sus anlisis. Como no han ejercido jams el periodismo, creen que los periodistas solo escribimos reportajes. La interpretacin, la observacin, la subjetividad, caractersticas de la opinin que se encuentra garantizada en nuestra Constitucin Poltica, no son consideradas en sus fallos.

Cuidado Su falta de conocimiento ya le abri la puerta a la censura con su fallo contra Per 21. En ese caso el tribunal sostiene que los periodistas no podemos publicar investigaciones fiscales, policiales o de otra ndole que se encuentren en investigacin preliminar, por ms oficiales que estas sean. Entonces, cmo vamos a alertar a la sociedad?

En mi opinin, los dueos de los medios deberan revisar a quines les encargan los asuntos de la prensa.