Vizcarra: póliza en riesgo, la columna de Erick Sablich
Vizcarra: póliza en riesgo, la columna de Erick Sablich
Erick Sablich Carpio

“Si me pasa algo, tengo dos pólizas de seguro: Martincito y Mechita”. Poco antes de la segunda vuelta, medio en broma y medio en serio, así respondía Pedro Pablo Kuczynski a quienes cuestionaban su capacidad de ejercer la presidencia por su edad.

Destacar a sus más jóvenes acompañantes de plancha constituía un buen recurso para un candidato proclive al desliz comunicacional y cercano a los 80 años, bastante por encima de nuestros últimos presidentes.

La figura de , en especial, representó un activo importante para Kuczynski. Exitoso ex gobernador de Moquegua, se le había voceado más de una vez como ministro de Ollanta Humala, ofrecimiento que habría declinado con buen tino. Su gestión recibió elogios luego de las mejoras obtenidas por los alumnos de su región en las evaluaciones del Ministerio de Educación, por lo que fue reconocido con las Palmas Magisteriales en el 2014.

También logró –en épocas de Congas y Tías Marías que no van– un acuerdo entre ciudadanía y empresa para ejecutar el proyecto cuprífero Quellaveco, cuyo inicio espera expectante el gobierno pues supone una inversión de US$5 mil millones.

Cuando la campaña de Peruanos por el Kambio se sumía en el caos y descendía al cuarto lugar de las preferencias, Vizcarra asumió el timón de la misma y puso algo de orden y cordura. Mérito no menor por cuanto el tiempo ha confirmado una y otra vez que estas cualidades no abundan en el partido oficialista y su bancada congresal.

Una vez en el gobierno, sin embargo, al ministro de Transportes y Comunicaciones le está costando repetir el éxito de su gestión en Moquegua y retomar la serenidad mostrada durante la campaña. Dificultades que enfrenta, en gran medida, al haber sido expuesto de manera prematura y arriesgada por el propio Ejecutivo con la cuestionada firma de la adenda del aeropuerto de Chinchero. Y es que con independencia de la posición que se tenga sobre el proyecto, las marchas y contramarchas del Gobierno en relación con la bendita adenda solo contribuyeron a mellar la imagen de Vizcarra. Lo que podría agravarse si la contraloría plantea objeciones en dicha concesión o algún hecho de corrupción se comprueba en el futuro.

Hoy, Vizcarra se ha enfrascado en un pico a pico con el congresista García Belaunde –quien, por cierto, se ha excedido en sus calificativos– y anuncia que lo denunciará ante la Comisión de Ética. Un error que solo prolongará una disputa que lo desgasta.

La probable interpelación de Vizcarra en el Congreso debilitará aun más a quien debería erigirse como uno de los puntales del Gobierno, y el fantasma de una censura sobre quien también ejerce la primera vicepresidencia de la República debería llevar al Ejecutivo a evaluar sus responsabilidades. Sobre todo si se le ha encargado esa papa caliente y despropósito llamado Panamericanos Lima 2019.

MÁS EN POLÍTICA...

Caso Gasoducto Sur Peruano: fiscal dirigió diligencia en Graña y Montero ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)