La izquierda tendrá que ver qué rumbo toma el gobierno de Castillo, estando atenta a los eventuales arrebatos autoritarios. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
La izquierda tendrá que ver qué rumbo toma el gobierno de Castillo, estando atenta a los eventuales arrebatos autoritarios. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
José Carlos Requena

Es muy probable que en breve se confirme a , de Perú Libre, como el presidente que iniciará su gestión el 28 de julio próximo, comenzando así la tercera centuria del país. No será un encargo llevadero, sobre todo por la persistencia de miradas que se han instalado: fotos distintas, intransigentes e inalterables para reflejar una sola realidad. Donde los observadores describen decisiones que cuentan con “las garantías del debido proceso” (OEA, 24/6/2021), un grupo de actores políticos ve “indicios de fraude”.

El fin de semana ha sido bastante gráfico en esta mirada de una realidad paralela. El economista Daniel Córdova, vocero de esta posición, admitió no tener pruebas, aunque se reafirmó en la existencia de una “presunción de fraude” (“Cuarto poder”, 27/6/2021). Un voluntarioso grupo, del que el propio Córdova formó parte, para solicitar la implementación de una auditoría por parte de la OEA, un pedido que resulta extraño cuando la misión de dicho organismo aún permanece en Lima. Se quiere ver una realidad similar a la correspondiente a Bolivia del 2019, pero son numerosas y claras las diferencias.

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Mientras ello pasa, un audaz Castillo anuncia su , algo que debe haber sorprendido a sus aliados provenientes de Juntos por el Perú. Velarde ha respondido que evaluará el pedido, seguramente a la espera de ver mayores señales, como el nombramiento que se realizaría en el MEF. Este gesto puede ser visto por los votantes de Castillo, según donde se ubiquen, como una sensata concesión pragmática o como un apartamiento de las líneas centrales de sus propuestas económicas, sobre todo de aquellas terroríficas que se planteaban en primera vuelta.

En medio de dichos posicionamientos, la derecha y la izquierda políticas tendrán que esperar los primeros pasos del nonato gobierno para terminar de ubicarse. Es evidente que la derecha —sobre todo la extrema, que ve comunismo en todos lados— presenta una actividad que hasta hace poco era vista solo para asuntos sociales. Su desempeño en el frente parlamentario mostrará si mantiene su intransigencia o si va moderando su discurso, con la expectativa de romper su creciente aislamiento.

La izquierda, en tanto, tendrá que ver qué rumbo toma el gobierno de Castillo, estando atenta a los eventuales arrebatos autoritarios. Además, verá cómo conviven los voluntariosos y estridentes actores, como Vladimir Cerrón, con los sectores más moderados, agregando al grupo a los compañeros de ruta que tomaron el lápiz en tiempos recientes, como Daniel Salaverry o los paisanos de Castillo.

A la espera de la proclamación de resultados, es necesario mirar las imágenes varias veces. El debate permanece poblado de fotos de variada nitidez e interpretación, que reclaman ser reflejo de una coyuntura frágil y que hacen abrigar cierta expectativa: un proceso electoral que —con sus pasivos a cuestas— conduce a un recambio democrático.

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Jorge Luis Salas Arenas, presidente del JNE, rechazó que se hable de fraude en las decisiones del ente electoral. (Fuente: JNE)
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