Olaechea se dirigió al presidente Martín Vizcarra en un pronunciamiento público. (Foto: Congreso)
Olaechea se dirigió al presidente Martín Vizcarra en un pronunciamiento público. (Foto: Congreso)
Maria Alejandra Campos

, el flamante presidente del Congreso, ha tomado la sana costumbre de salir a declarar a la prensa luego de cada reunión de la Junta de Portavoces. En los dos mensajes que ha dado hasta el momento, ha salido flanqueado por sus vicepresidentes Karina Beteta y Salvador Heresi. Y en ambos ha ofrecido algunas ramas de olivo al Ejecutivo. Sin embargo, lejos de dejar la impresión de tener una real voluntad de diálogo, ha tenido un discurso, cuando menos, confuso.

En su primera presentación –que estuvo curiosamente redactada en primera persona– afirmaba, por un lado, que “se le otorgarán al Ejecutivo todas las herramientas necesarias para la correcta gestión de los recursos de todos los peruanos” y, por otro, repetía el credo de la defensa a la Constitución cinco veces en un discurso de tres párrafos. Como sugiriendo que esta se encontraba bajo ataque, se podría entender, por parte del presidente .

“Exhorto a los actores políticos, sociales y a toda la ciudadanía a defender la Constitución”, empezó en aquella ocasión. También pudo haber dicho “el presidente no puede hacer cuestión de confianza por reformas constitucionales” y el mensaje hubiese sido básicamente el mismo. Dejó para el cierre la ya conocida frase: “No tenga miedo de gobernarlo [al Perú]”, que generó tal impacto mediático que se vio obligado a salir ayer a aclarar que lo había dicho con buena intención.

Pero, como no hay primera sin segunda, en este nuevo pronunciamiento añadió: “El ciudadano no puede ni debe esperar más el desarrollo y la ejecución de obras, tarea del Ejecutivo”; y agregó: “No tenemos temor a legislar”. Frases que podrían ser resumidas en “hasta las patas el gobierno, muy bien el Parlamento”.

Continuando con el contrapunto de zanahoria y palo, Pedro Olaechea le dijo al presidente que lo invitaban a un “diálogo franco, directo y sin intermediarios” y que no dudaban de sus buenos deseos para el país, mientras le pedía que no dude de los suyos, “como tampoco de nuestro inflexible apego a la Constitución”. Ah, la Carta Magna otra vez.

Si bien el es cuestionable y una eventual cuestión de confianza para obligar a aprobarlo lo sería también, es imposible que surja una mínima oportunidad de diálogo, si el discurso no es sincero. En esa línea, si algo ha aprendido Martín Vizcarra en estos meses de confrontación es que con el Congreso –y con la mayoría parlamentaria en particular– una cosa es el discurso y otra son las acciones.

Casi en paralelo a la conferencia que ofrecía la Mesa Directiva del Legislativo, la Comisión de Fiscalización del mismo órgano –dirigida por Fuerza Popular– aprobaba citar al hermano del presidente, César Vizcarra, por el Caso Conirsa. También se acordó solicitar facultades investigadoras al pleno para seguir este caso.

El resumen de la jornada para los congresistas ha sido, entonces, que el Parlamento es dueño y señor de la Constitución, que Vizcarra no trabaja y que lo primero que van a hacer en esta legislatura es ir por su hermano.

Para Palacio, el mensaje ha sido que, al parecer, la zanahoria del diálogo era de papel crepé y que debajo sigue estando el palo con el que el Congreso se ha acostumbrado a tratar al Ejecutivo desde que empezó el gobierno.