Pablo de la Flor indicó que del presupuesto total para la reconstrucción, unos S/5.446 millones se emplearán para labores de prevención. Además, S/450 millones se usarán para fortalecer las capacidades de las entidades responsables de la implementación del plan de reconstrucción. "Buscamos reconstruir mejor, hacerlo de manera más rápida y, sobre todo, hacerlo transparentemente", destacó el funcionario. (Foto: El Comercio)
Pablo de la Flor indicó que del presupuesto total para la reconstrucción, unos S/5.446 millones se emplearán para labores de prevención. Además, S/450 millones se usarán para fortalecer las capacidades de las entidades responsables de la implementación del plan de reconstrucción. "Buscamos reconstruir mejor, hacerlo de manera más rápida y, sobre todo, hacerlo transparentemente", destacó el funcionario. (Foto: El Comercio)
Diana Seminario

En Lima es común calificar a las personas de “provincianas” por diferentes motivos, que casi en la mayoría de casos tienen que ver con la ignorancia, lentitud o “falta de calle”. Siempre me he rebelado ante esto, no solo por el sentido peyorativo que implica, sino porque –lamentablemente– es una concepción de país.

Ejemplos podría poner muchos, pero dada la coyuntura lo primero que viene a mi mente –y porque me afecta como piurana y provinciana– es la desidia en la .

Han pasado ocho meses del desborde del río Piura. Sus aguas llegaron hasta la mismísima Plaza de Armas. Los damnificados siguen sufriendo las consecuencias de haberlo perdido todo.

Tras este desastre, se decidió que la reconstrucción sería “con cambios”, y se nombró a , otro “profesional de lujo” que se unía al “gobierno de lujo”, y a quien había que agradecerle por el “desprendimiento” de dejar la empresa privada para “sacrificarse” por la nación.

Cinco meses después, De la Flor se va sin resultados. Piura sigue igual, ¿o peor? La ex autoridad de la reconstrucción –haciendo gala de centralismo puro– pronunció una fatídica frase que lo dejó fuera. “El principal obstáculo son las capacidades instaladas en los gobiernos regionales y locales que supuestamente iban a ser los socios en la reconstrucción. Tienen brechas e incapacidades que están dificultando los avances en la reconstrucción”, dijo en entrevista a este Diario.

Más allá de las deficiencias que pueda haber, De la Flor se enfrentó a las regiones desde una supuesta “superioridad”, de quien tiene la sartén por el mango y para quien todos los demás son ignorantes.
Los conocimientos y experiencia de los profesionales de la Universidad de Piura y de la Universidad Nacional de Piura ni siquiera fueron tomados en cuenta ‘porque son provincianos, pues’.

Pero vale la pena saber que un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura desarrolló un proyecto para implementar un radar que mide la formación y ocurrencia de lluvias. El primero de su tipo en el Perú que contribuirá a prevenir inundaciones. Los meses pasan y las autoridades volverán a acordarse del norte cuando ocurra la primera lluvia. La PCM nombró a Édgar Quispe, quien trabaja en el sector público desde 1994 y cuyo último cargo fue viceministro de Promoción del Empleo y Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo (2011-2014).

Tras el debate mediático de la reconstrucción, volvimos a los enfrentamientos inútiles, a discutir la pena de muerte que no es la solución para acabar con los violadores, a abordar de nuevo el tema del indulto a Fujimori sin resultados concretos. Nos siguen tratando como la última rueda del coche. Solo servimos para la foto en campaña, con un sombrero de paja y un poto de chicha de jora en la mano; y porque mientras tengamos autoridades centralistas, siempre hablaremos de reconstrucción y nunca de construcción.

Quizá nuestra suerte cambie el próximo año, cuando los partidos limeños no tengan otra alternativa que mirar a las provincias porque ya no podrán hacer alianzas con los movimientos regionales, porque ahora tendrán que buscar su propio espacio y votos. ¡Ahora pues!