Del Castillo también se opone al proyecto sobre la renovación del Gabinete presentado por Mulder. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/ Archivo El Comercio)
Del Castillo también se opone al proyecto sobre la renovación del Gabinete presentado por Mulder. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/ Archivo El Comercio)
Diego Chirinos

Como vocero, llama a rectificar el accionar de la bancada aprista. Se muestra en contra de la iniciativa que busca regular la publicidad estatal, pero no es su única objeción. También rechaza proyectos que recojan “interpretaciones auténticas” del fujimorismo y pide distanciarse del rótulo de “furgón de cola”.

— A pesar de que su bancada criticó la denuncia constitucional contra el fiscal de la Nación, Javier Velásquez Quesquén se abstuvo al votar su admisión a trámite en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. ¿Cómo lo explica?
Se abstuvo porque no se aprobó la cuestión previa que pidió. Fue algo circunstancial. La bancada coincide en que no es viable la acusación contra Pablo Sánchez. Esa es nuestra postura.

— ¿Mauricio Mulder y usted, quienes forman parte de la Comisión Permanente, votarán en contra de proceder con la acusación?
Sí. El fiscal de la Nación no puede ser responsable por decisiones de fiscales inferiores.

— Aun así, Fuerza Popular tiene los votos para continuar hacia una acusación.
Si lo hacen, se verá como un cargamontón antidemocrático contra las instituciones.

— Si la acusación procediera, ¿considera, como ciertos parlamentarios, que se constituirá el camino hacia un escenario golpista?
Esa es una exageración, pero sí sería un contexto delicado. Los fujimoristas deben tener cuidado para no poner en duda su vocación democrática. Y las actitudes recientes de Fuerza Popular recuerdan a los años 90.

— Algunos acusan al Apra de favorecer ese “contexto delicado” por apoyar la denuncia constitucional de un grupo de marinos contra cuatro magistrados del TC por el Caso El Frontón.
Son dos cosas totalmente distintas. Una sentencia es cosa juzgada y ni siquiera ellos pueden cambiar el sentido. Ahí sí hay una infracción. Pero, como bien dicen los magistrados del TC, el tema no está terminado. Si hay un recurso [de apelación] pendiente, que lo resuelvan de acuerdo a su conciencia.

— Para los magistrados, la aprobación de la denuncia los presiona para resolver en determinado sentido.
No. Es el camino que debe tomarse ante una infracción constitucional.

— Si el TC resuelve la apelación antes de que se llegue al final del proceso, ¿evitarían la eventual destitución de los cuatro magistrados?
Podría producirse una sustracción de la materia y, por lo tanto, no tendría sentido avanzar con la acusación.

— Rechazó públicamente el proyecto de ley de su colega de bancada Mauricio Mulder que busca restringir la publicidad estatal en medios privados. ¿Por qué?
Nunca ha existido tal prohibición y, en casos como las campañas educativas o de salud, la publicidad en medios privados es necesaria. Lo que sí se debe establecer son principios de real utilidad en la publicidad estatal.

— Es decir, ¿cree que en algunos casos sí se debe regular la publicidad estatal?
Creo que debe evitarse el despilfarro. Por ejemplo, la televisión cobra una tarifa de Estado que suele ser más alta. Eso no es justo. Dicha tarifa fue fijada hace años, cuando el Estado pagaba tarde o nunca. Hoy paga al contado.

— ¿Regular ese aspecto no atentaría contra la libertad de empresa?
La empresa es libre de fijar sus tarifas, pero el Estado también será libre de tomarlas o no. El JNE pone avisos en televisión que cuestan diez veces más que los de Coca-Cola. Debe haber renegociaciones, no leyes.

— Dijo que el proyecto de Mulder le recuerda a frases de Luis Galarreta, cuando pidió retirar la publicidad a “Caretas”.
Es cierto. Fue un método antidemocrático y una amenaza a la libertad de expresión.

— Bajo esa premisa, ¿la iniciativa de su colega de bancada también lo sería?
El proyecto de Mauricio Mulder sobre publicidad estatal es antidemocrático. Todo ciudadano tiene derecho a informarse. Para ello se necesitan medios privados.

— Para Mulder, usted no entendió su proyecto. ¿Pudo conversar con él?
Tampoco lo han entendido la Sociedad Interamericana de Prensa o el defensor del Pueblo [ríe]. Cuando me enseñaron la iniciativa, dije que no estaba de acuerdo. Después me enteré de que la presentaron con la firma del vocero alterno [Velásquez Quesquén].

— ¿Tampoco le consultaron por el proyecto sobre la renovación total del Gabinete?
Cuando Luis Galarreta hizo una interpretación similar a la de esa iniciativa sobre la crisis total, dije que era la nueva ‘interpretación auténtica’. Prefiero dejarlo ahí.

— ¿Le incomoda que el proyecto de ley de un congresista aprista recoja esa ‘interpretación auténtica’?
Sobre esa iniciativa, nunca me consultaron. Y tampoco la hubiera firmado. Es un claro intento de dificultar la disolución del Parlamento.

— A la luz de los hechos, la bancada aprista parece haber dejado de lado la cohesión que los caracterizaba. ¿A qué lo atribuye?
En la censura contra el ex ministro Jaime Saavedra, dije que el Apra no tiene por qué ser furgón de cola del fujimorismo. Si hay un tema como la prohibición de la publicidad estatal, no tengo por qué ir contra principios democráticos aprendidos precisamente en el Apra.

— Ya que recuerda su frase del “furgón de cola”, ¿cree que de un tiempo a esta parte la bancada aprista alimenta ese rótulo?
El Apra es demasiado importante como para que eso pase, pero sí puede haber esa percepción. Por eso necesitamos ser más claros. Hay que evitar la percepción de ser furgón de cola del fujimorismo.

— ¿Cómo toma las recientes menciones de Marcelo Odebrecht sobre Alan García?
Esperaremos la versión formal. Si no, comentaríamos [sobre] suposiciones o chismes.

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