"El cambio, que es una ratificación de lo que ya hizo el Congreso a través de su reglamento, debilita al gobierno", afirma Quiroga. (Foto: Víctor Idrogo)
"El cambio, que es una ratificación de lo que ya hizo el Congreso a través de su reglamento, debilita al gobierno", afirma Quiroga. (Foto: Víctor Idrogo)
Diego Chirinos

Para , las modificaciones a la disminuyen la capacidad del Ejecutivo de hacer contrapeso al Legislativo.

— ¿A quién benefician los cambios introducidos en la cuestión de confianza?
Sin duda, al Congreso y a su estabilidad. La constitucionalización de esas modificaciones le permitirá censurar ministros y gabinetes sin consecuencia alguna. La función de la cuestión de confianza era precisamente contrarrestar la fuerza del Congreso, una forma de hacer control político desde el Ejecutivo. Con los cambios, ese instrumento queda vacío de contenido. El cambio, que es una ratificación de lo que ya hizo el Congreso a través de su reglamento, debilita al gobierno.

— ¿Las modificaciones trastocan, en su opinión, el equilibrio de poderes?
Los cambios modifican por completo el equilibrio de poderes. Más que una reforma pensada, es una respuesta coyuntural del Parlamento para evitar que el presidente de la República disuelva el Congreso. El cambio constitucional se proyecta para empoderar al Legislativo y debilitar al Ejecutivo. De alguna manera, el presidente Martín Vizcarra fue por lana y salió trasquilado, ya que el Congreso aprovechó sus reformas para constitucionalizar esta restricción.

— ¿La constitucionalización de estos cambios bloquea los efectos de un eventual fallo del TC?
Al elevar las modificaciones a nivel de la Carta Magna, el fallo del Tribunal Constitucional sobre el cambio reglamentario perdería sentido. Independientemente de lo que diga el TC, las nuevas reglas de juego permanecerán en la Constitución. Lo hecho por el Congreso es una forma de vaciar también un eventual fallo adverso. Constitucionalizar las modificaciones hace que el TC ya no las pueda revisar, las hace más rígidas. Ahora, solo el Parlamento podría corregir la situación y mediante un proceso de reforma constitucional.