Ricardo León

Según una definición suya reciente, el márketing político consiste en “conocer las necesidades del pueblo, elaborar planes de trabajo viables y apoyar a comunicar la propuesta”. Conocedor del comportamiento caprichoso de los consumidores peruanos a través del tiempo, en esta entrevista Rolando Arellano se da licencia para analizar no los mercados y las ofertas de bienes y servicios, sino el escaparate político. La tesis que Arellano plantea implica un ejercicio de autocrítica: no tenemos lo que merecemos, sino aquello que recibimos por no elegir con esmero.