Vraem
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Karla Ramírez Camarena

El de los hermanos Víctor y Jorge Quispe Palomino entre enero de 1999 y mayo del 2017, publicado ayer en El Comercio, evidencia, desde las primeras páginas, un claro interés de estos cabecillas criminales por deslindar de Sendero Luminoso y rebautizarse con distintas denominaciones, como el Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP).

Por ejemplo, el 2 de octubre de 1999, al mencionar lo acontecido en la última “mesa de diálogo” con el general EP en retiro Eduardo Fournier, se lee: “Mientras Fujimori y Montesinos soñaban con ser reelegidos […] el Militarizado Partido Comunista del Perú los ha hecho tragar el polvo de la derrota”.

El término MPCP se repite en 81 ocasiones más, siendo la última mención durante el relato de una emboscada en abril del 2016 en Ayacucho: “El Militarizado Partido Comunista del Perú emboscó en Llochegua a tres aerodeslizadores [...] de la Marina de Guerra del Perú para realizar patrullaje fluvial bajo el cuento de combatir al narcotráfico y narcoterrorismo”.

La autodefinición y las acciones de esta facción subversiva, sin embargo, responderían a una estrategia que busca distintas ventajas que van desde el reconocimiento internacional hasta alianzas con las comunidades cocaleras, según advirtieron a este Diario analistas y fuentes militares y policiales.

—Estrategia legal—
El ex presidente de la Sala Nacional Antiterrorista Marcos Ibazeta advirtió: “Al usar otros nombres y sacarse la marca de Sendero Luminoso tratan de evadir la calificación de organización terrorista de las Naciones Unidas”. Explicó que, de este modo, los hermanos Quispe Palomino “van a buscar acogerse, por ejemplo, al Convenio de Ginebra. Así tendríamos que hablar de conflicto armado interno que se financia del narcotráfico, tipo Colombia”.

Para ellos, estos cambios serían convenientes, explicó Ibazeta, porque “no se les podría aplicar la ley de terrorismo que es más drástica”.

Recordó que “la sola pertenencia [a Sendero Luminoso] y la participación en actos de aniquilamiento nos da la pena más grave de 30 a 35 años o cadena perpetua”. En tanto, “al no adjudicarse ser parte de SL, estamos hablando de asesinatos sobre los que se tendría que buscar pruebas concretas con penas de 20 a 25 años”.

—Acercamiento social—
Para el analista Luis Alberto Sánchez –quien obtuvo el íntegro de los diarios de los Quispe Palomino antes de que fueran retirados de Internet– la separación de estos con Sendero Luminoso es real: “En el Vraem nadie los quería mirar, eran un grupo mucho menor, pero cuando crean el MPCP salen de esa imagen”.

Según Sánchez, mientras que Sendero confrontaba a la población e instauraba sus llamadas ‘escuelas’, los Quispe Palomino implementan las denominadas “bases de apoyo con dinero del narcotráfico siguiendo un modelo aprendido durante sus contactos con las FARC de Colombia”.

Advirtió que “las bases de apoyo son campesinos que trabajan para ellos [los Quispe Palomino], también están armados, pero no son parte del grupo. Están dedicados a ser vigías, ser una red de información asalariada”.

—Mercenarios del Vraem—
Sánchez, también director de la ONG de derechos humanos Waynakuna, describió los registros como “los únicos de su tipo en América Latina”, pues en ellos los subversivos detallan de forma pormenorizada la ejecución de 276 atentados en 18 años y el asesinato de 446 personas, entre militares, policías y civiles.

En una de las últimas embestidas, se narra cómo “11 militares quedaron aniquilados (4 muertos y 7 heridos)”, en un asalto a “la Base Contra Terrorista de Ayna-San Francisco-Ayacucho, el 5 de febrero del 2016 […]. Cuando estaban por recibir alimentos, se atacó con ametralladoras y fusiles”.

Dos meses después, se relata un enfrentamiento con oficiales de la Marina que fue reportado por la prensa. “A media hora río debajo de Puerto Amargura, Ayacucho […]. Al primer aerodeslizador se le atacó y destrozó completamente por lo que se hundió porque fue tragado rápidamente por el remolino con todos sus ocupantes y materiales de guerra”. Aquí se define como “particularidad” que “el terreno era favorable para emboscarlos pero no para confiscar las armas”.

Estos documentos reiteran también su clara postura respecto a la lucha contra el narcotráfico. En julio del 2016 se menciona la protección de cultivos ilegales en Llochegua: “Eran tres helicópteros que estaban por asaltar a los campesinos cocaleros. A uno que estaba aterrizando se le atacó con una ametralladora y fusiles […], y al alzar vuelo de manera repentina le hicimos abandonar a 6 PNP más”.

Aquí se enfatiza: “En el Vraem y en las cuencas cocaleras del país, la llamada guerra contra las drogas es pura demagogia y, en verdad, es robo a las pertenencias de los campesinos cocaleros”.

Fuentes del Ejército y Dircote confirmaron a este Diario que el grupo de los Quispe Palomino viene usando la denominación MPCP en el Vraem para cobrar cupos de seguridad a los traficantes de droga, de madera ilegal y de combustible. Un oficial del Ejército también explicó que, por su semejanza ideológica, al ser capturados, se les imputa como si se tratasen de Sendero Luminoso, en la medida en que los términos MPCP o ‘narcoterrorista’ no existen en el marco legal peruano.

Para el ex ministro del Interior Remigio Hernani, Víctor y Jorge Quispe Palomino siguen siendo de SL con la diferencia de que “viven abiertamente del narcotráfico y han evolucionado con los llamados ‘pioneritos’ que a sus 16, 17 o 18 años son los que han comandado los últimos ataques”.

En los archivos hay párrafos que describen el aparente adoctrinamiento a los cuadros subversivos desde sus primeros años: “Los que tienen fusiles tienen un compromiso, caer muertos y no prisioneros”. La captura de sus adeptos es incluso considerada un acto de negligencia y deslealtad. La caída de dos de sus dirigentes en julio del 2015 fue descrita así: “Roberto y Ricardo, cada uno portaban fusil Galil […] y ¿qué hicieron? Nada, ni siquiera enfrentaron y causaron bajas al enemigo [militar]; entonces, lo que sucedió es traición”.

Recompensa
Desde el 2016, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece US$5 millones por Víctor y Jorge Quispe Palomino, ‘José’ y ‘Raúl’, acusados de los delitos de terrorismo, extorsión, asesinato y tráfico de drogas.

Denominaciones
Los hermanos Quispe intentan cambiar el nombre de su facción con denominaciones como Ejército Popular Revolucionario; Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) y Fuerzas Armadas Revolucionarias Peruanas (FARP).

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