El presidente Martín Vizcarra participó en el lanzamiento de una campaña para promover la venta de camisetas en apoyo a la selección peruana fabricadas por mypes. (Andina)
El presidente Martín Vizcarra participó en el lanzamiento de una campaña para promover la venta de camisetas en apoyo a la selección peruana fabricadas por mypes. (Andina)
Diana Seminario

En plena fiebre del Mundial y con una derrota a cuestas, no hay peruano que no se haya referido a Christian Cueva y a ese extraño poder que tenemos los peruanos de sacudirnos de los malos momentos y encarar el futuro con valentía.

Fue realmente conmovedor el abrazo de los futbolistas peruanos al compañero que perdió la oportunidad de asegurarnos los tres primeros puntos en un Mundial después de 36 años de ausencia. No hubo reproches, solo consuelo y abrazos.

Si algo sabemos los peruanos es enfrentar la adversidad y seguir adelante. El sábado lo decía el propio presidente : “Selección peruana, ustedes nos han demostrado que ante la adversidad no se rinden. Desde el Perú reciban toda la energía para el siguiente encuentro. Arriba, siempre arriba, Perú”.

Vaya que Vizcarra ha experimentado cómo caer de pie ante la adversidad. ¿O es que ya nos olvidamos de que el primer vicepresidente asumió la jefatura de la nación luego de que se revelara que el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski hacía contratos privados con la misma empresa que licitaba para el Estado mientras era ministro de Economía y primer ministro, y que tal transición democrática no se vio empañada por ninguna convulsión social?

Ahí está Vizcarra, quizás tratando de aplicarse a él mismo la frase que les dedicó a los dirigidos por Gareca, intentando no rendirse ante la inminente huelga de maestros que hoy se inicia, tratando de por fin anotar ese gol soñado afrontando con seriedad la lucha contra la corrupción para tener finalmente resultados tangibles y pasar del mero discurso a los hechos.

La reconstrucción del norte, frenar la anemia que ataca a nuestros niños, gobernar por convicciones y no por cálculos o intereses particulares. Ese es el partido más difícil que deberá enfrentar su presidencia.

No dude en convocar a los mejores para su equipo, los necesitamos. Recuerde cómo el profe Gareca apostó por los jóvenes y le dio oportunidad a los nuevos talentos: el único requisito es estar comprometido con el objetivo.

Póngase una sola meta. Decida pasar a la historia por algo concreto que lo enorgullezca. Infunda confianza en la población, no se deje abatir por las criticas, que serán muchas y variadas. No todos coincidirán con la manera en que plantea el partido, pero nadie tendrá cómo refutarlo si nos muestra resultados.

Ahora que las encuestas le dejaron de sonreír, quizás pueda sentir que va perdiendo el partido. Entonces es cuando resulta necesario replantear la estrategia y salir al contragolpe. Sorprenda al rival, no le deje espacios. Gánese a su hinchada con gestos reales. Jugar para la tribuna no siempre asegura un buen resultado.

Si tiene dudas, consulte con su comando técnico y tome una decisión firme. No vale titubear. Arriesgue.

Señor Martín Vizcarra, está jugando el partido más importante de su vida, pero no está solo. A diferencia de los 11 peruanos que están dando la batalla en Rusia, la suya es una de largo aliento y de sus decisiones depende el futuro de millones.

Y no lo olvide. #PreparadosParaTodo.