Recorrido gastronómico por las cevicherías de Chorrillos.  (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Recorrido gastronómico por las cevicherías de Chorrillos. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Thalía Cadenas

En medio de los ajetreos de la cocina de un restaurante se esconden cientos de historias y tradiciones familiares. Es lo que sucede con tres espacios de comida marina ubicados en , que llevan más de tres décadas deleitando paladares en este distrito de la costa peruana, popular entre los visitantes por sus playas y el Morro Solar. No es para menos. Provecho de El Comercio visitó tres propuestas gastronómicas interesantes en el pueblo de los pescadores. Imposible perderse este interesante recorrido.

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Sonia: mística y sabor

Han pasado 43 años desde que este tradicional restaurante abrió sus puertas en Chorrillos. La historia comienza a finales del año 79, cuando don Freddy y doña Sonia decidieron emprender en el rubro de la gastronomía. Doña Sonia había crecido atesorando en su memoria los secretos culinarios de su madre, a quien acompañaba desde muy pequeña al puesto de comida que tenía en la playa, en el que ofrecía alimento a los pescadores. Cuando la mamá de la señora Sonia falleció a finales de los 90, ella decidió que era momento de crecer como empresaria, así que junto a su esposo abrió este espacio donde al principio solo había cuatro mesas, algunas sillas e implementos de la casa.

Su hija, que también lleva su nombre, recuerda que los primeros clientes del restaurante de los esposos Guardia eran los socios del club Regatas. “Funcionó bien el boca a boca. Mis hermanos y yo apoyábamos a mi mamá en sus ratos libres. Se trataba del único restaurante de comida marina en la zona de Chorrillos, antes estos establecimientos eran populares en el muelle de pescadores”, narra Sonia Guardia, quien lleva las riendas del restaurante desde que falleció su madre.

Sonia Guardia sigue al pie de la letra las recetas de su madre y su abuela. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Sonia Guardia sigue al pie de la letra las recetas de su madre y su abuela. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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Hoy en día, el lugar es uno de los más frecuentados del distrito, al establecimiento llegan importantes personajes del rubro gastronómico, destacados deportistas y clientes del extranjero. Para ingresar se debe hacer una reserva.

¿Cuál es el secreto? “Siempre valoramos la comida tradicional, la comida de pescador. Somos una familia de pescadores. Hemos mantenido las recetas por generaciones y siempre buscamos perfeccionarlas. Somos cuatro generaciones. Mi hija y yo estamos siempre en la cocina. Mis hermanos ven la parte administrativa. La idea es que el cliente se sienta en casa de un pescador y todo está ambientado así. Cuidamos nuestra mística y es lo que queremos que el cliente sienta, que sienta nuestra pasión por lo que somos y lo que hacemos”, responde Sonia.

“Generaciones de clientes también pasan por aquí. Se trataba de un señor que vino con sus hijos. A él lo traía su papá. Mi padre, que todavía está vivo, se sintió muy contento al escuchar esto. Es bonito cuando alguien se queda con ese sabor que te trae a la memoria infinidad de recuerdos y sabores”, agrega.

Sonia Restaurant se caracteriza por sus platos emblemáticos como el Muchame de atún (30 años atrás era de delfín). Además, es reconocido es reconocido por sus pescados que pueden pesar desde un kilo. “Tenemos como estrellas a la chita y el lenguado, luego viene la cabrilla, y, cuando es temporada, tenemos corvina y cojinova. Ahora estamos en temporada de Chita, acaba de iniciar, las nuestras son espectaculares”.

Sonia Guardia afirma que el restaurante respeta las vedas de cada especie y que le enseñan a los clientes a respetarlas y aceptar las variaciones.

Entre sus platos más destacados están el Ceviche de la casa, a base de lenguado, pulpo, langostino y pulpa de cangrejo. Le sigue la Chita al ajo, cuyo precio oscila entre los 108 y 130 soles, dependiendo de la salsa y el tamaño del pescado.

Chita al ajo. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Chita al ajo. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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También ofrecen la Ronda fría, que incluye choritos a la chorrillana, ceviche mixto, tiradito de pescado, pulpo al olivo y conchas negras. Probar esta delicia cuesta 80 soles. Por otro lado, los ceviches fluctúan entre 39 y 52 soles.

Ronda fría. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Ronda fría. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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Las reservas se pueden hacer de lunes a domingo a través del o al WhatsApp 972 219 713. Sonia Guardia señala que las citas para el fin de semana deben hacerse con anticipación por cuestiones de aforo.

El Morocho y su legado

Algo interesante sucede entre Sonia y El Morocho. Resulta que Arturo Guardia, el creador de este espacio, es el hermano de Sonia, la propietaria del establecimiento que mencionamos líneas arriba. Lamentablemente Arturo perdió la vida el año pasado, pero dejó en manos de sus hijos, Jonathan y Fiama, un legado importante.

El Morocho abrió sus puertas por primera vez hace 35 años al frente de la Plaza Matriz de Chorrillos y después se trasladó a la terraza del tercer piso de la casa del mismo Arturo en la avenida Malecón Grau 1191. El restaurante fue creciendo poco a poco y hoy ya cuenta con cuatro pisos y una preciosa vista del litoral peruano.

Aunque el fundador ya no está, Jonathan y Fiama, de 31 y 27 años respectivamente, decidieron honrar su memoria llevando al restaurante a un siguiente nivel. Y saben que con el talento no basta, así que se formaron como cocineros en escuelas como Le Cordon Blue y países como Finlandia.

Fiama y Jonathan Guardia, dueños de El Morocho. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Fiama y Jonathan Guardia, dueños de El Morocho. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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“Nuestro padre siempre nos enseñó a trabajar y ser independientes. Nos dijo que nadie es indispensable y nos explicó cada área del trabajo. Entre juego y juego nos dimos cuenta de que esto era lo que hacíamos mejor. Cada uno de nosotros tiene una función en esta empresa. Respetamos las jerarquías y trabajamos en conjunto”, cuentan los hermanos Guardia.

Además del restaurante, los hermanos administran su propia empresa pesquera, cuentan con barcos y están involucrados 100% en la pesca sostenible. Para darse abasto con ambas responsabilidades, ellos están despiertos desde las 4:00 a.m.

“No trabajamos con especies que están amenazadas. Trabajamos con la pesca del día. Pasamos mucho tiempo con el pescador, traemos lo que nosotros mismos hemos visto. Este es un estilo de vida más que un trabajo”, señalan.

Los hermanos sí que se las traen. También fabrican su propia cerveza y están exportando a 14 países sus salsas Uku.

Entre los platos que se pueden probar en El Morocho están el Arroz a lo Morocho, que está hecho a base de zapallo loche. Esta delicia cuesta 33 soles.

Plato de autor en El Morocho. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Plato de autor en El Morocho. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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En la carta también figura el muchame de pulpo y de bonito. Además, se puede pedir el ceviche a lo Morocho cuyo valor es de 98 soles. Asimismo, presentan platos de autor como las conchas a la parrilla con chimichurri, con pimiento morroneado y ají amarillo morroneado.

Conchas a la parrilla con chimichurri, con pimiento morroneado y ají amarillo morroneado. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
Conchas a la parrilla con chimichurri, con pimiento morroneado y ají amarillo morroneado. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
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“En cuanto a nuestra carta de cocteles nos concentramos más en los macerados de pisco. En cuanto a las cervezas, ofrecemos artesanales, comerciales, e incluso las que no tienen alcohol. Tenemos una cerveza sin alcohol hecha a base de hierbas, cumple dos funciones: refresca y ayuda a la digestión”, comentan los hermanos.

El Morocho abre de lunes a domingo desde las 11:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. Sin embargo, quienes manejan bicicleta pueden pasar por su barra cevichera desde las 9:00 a.m. El restaurante trabaja con deliveries como Rappi y Pedidos Ya.

El Encuentro Otani y sus secretos

Otro espacio que viene deleitando paladares por más de tres décadas es El Encuentro Otani. Luego de abrirse camino como cocinero, el señor Takashi Otani (Juan o ‘El loco’, como lo llamaban sus amigos) decidió inaugurar su restaurante en La Campiña, una zona de Chorrillos por donde no pasaba ni un alma. Toda la familia cuestionaba su decisión.

“Al principio todo era muy rústico y nadie sabía que se trataba de un restaurante. Nuestros primeros clientes fueron las fábricas de alrededor. En Surquillo, donde antes trabajaba mi papá, los clientes iban preguntando por mi él y poco a poco iban viniendo”, recuerda Martín Otani, ahora responsable de la cocina del restaurante.

En poco tiempo, la popularidad del espacio gastronómico fue subiendo y empezaron a servir solo platos a la carta. En menos de dos años ya servían ceviches, chicharrones, pescados, y el tacu tacu relleno, que fue inventado por el señor Otani.

Yo aprendí viendo a mi papá, me traía para pelar papas, picar cebolla y yo miraba todo lo que él hacía. El plato bandera es El Encuentro Otani. Lo creó durante una reunión con los amigos, el platillo lleva de todo, pollo, carne, pescado, mariscos, etc., y una salsa especial. Gustó tanto que se incluyó en la carta y hasta ahora es el más pedido”, cuenta el cocinero.

Martín asegura que el éxito del establecimiento se debe a la disciplina y la práctica. Los 35 años que llevan en el mercado gastronómico les ha dejado importantes lecciones y los ha unido como familia, todos los Otani ha tenido el privilegio de trabajar en el tradicional establecimiento.

Somos seis hermanos y los seis trabajamos aquí. Todos los sobrinos han trabajado aquí porque es un restaurante familiar. Dejamos de ser un huarique. Hemos seleccionado al mejor personal. Hemos aprendido a atender. Hemos aprendido a ser más ordenados”, agrega Martín.

La carta es amplia y va desde ceviches que cuestan desde 38.50 soles. Además, sirven platos como el arroz a la chiclayana, chicharrones de pescado o calamar. También hay tacu tacu, carnes y pollo. En cuanto a la carne, solo usan lomo fino.

El Encuentro Otani abre sus puertas todos los días desde las 11:30 a.m. hasta las 5:00 p.m. (los clientes solo pueden ingresar hasta las 4:30 p.m al local). Las reservas pueden hacerse de lunes a viernes a través del número de WhatsApp 999105326. Los sábados y domingos el ingreso es por orden de llegada.

“Lo que queremos es atenderlos bien. El último plato tiene que salir tan bien como el primero”, finaliza Martín Otani.

¿Te animaste a visitar alguna de estas propuestas? Deja tus comentarios en nuestras redes sociales.

ACLARACIONESEste artículo se publicó originalmente en enero del 2022.

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