Alejandra Garboza

Más de 20 años cumpliendo sueños. Eso es lo que ha logrado la con la carrera de gastronomía, en la que han visto pasar a miles de alumnos de pocos recursos que hoy se han convertido en grandes exponentes del rubro y que han permitido que la comida peruana siga ganando protagonismo.

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“Nosotros empezamos a construir el campus en octubre del 2002 y en 2004 empezamos la operación. Actualmente, contamos con tres niveles de estudio: educación básica, educación técnica productiva y el instituto, que además está licenciado, lo que asegura el nivel de confiabilidad y que estamos haciendo las cosas bien”, detalle para Provecho, Alexis Pancorvo, director académico.

Encuentra aquí hasta 50% de dscto. en los mejores restaurantes como Embarcadero 41, Barbarian, Jose Antonio y más.

Es importante mencionar que todos los servicios ofrecidos en la Fundación, son subvencionados, el estudiante paga un 20% o 30%. “El 100% de los estudiantes reciben esta subvención. Y, ¿cómo lo hacemos? A través de la forma de trabajo que tiene la fundación, que es con el socio estratégico, que nos brinda básicamente cuatro cosas: conocimiento de mercado para actualizar y lanzar los planes de estudio, docentes, inserción laboral y el aporte económico”, asegura Pancorvo.

El sueño de ser cocinero

Tras la relación de la Fundación Pachacútec con Gastón Acurio, la carrera de cocina ha sido la más buscada. “Gastón es uno de nuestros grandes embajadores y evidentemente nos ayuda en muchos aspectos, inclusive con otras carreras, con contactos y beneficios para toda la comunidad educativa”, asegura Pancorvo.

Lo que sucede con la carrera de cocina es algo que sorprende, los alumnos vienen de la zona de Callao, Lima e inclusive otras partes del país, es por esto que el ingreso es un proceso bastante riguroso porque hay muchos jóvenes intentando cumplir un sueño y lo que busca fundamentalmente la Fundación es que los alumnos culminen sus estudios. Entonces, el primer paso es un examen escrito, enfocado en comprensión lectora, razonamiento verbal y matemático. Luego, los primeros puestos pasan una entrevista y finalmente un test vocacional.

Karina Montes es la Directora del Programa de Estudios de Cocina y la persona que ha visto el crecimiento de la escuela, que además es una familia para ella. “La escuela se creó por este boom gastronómico que estábamos atravesando en el Perú y que se ha mantenido con los años. Hoy hay muchos alumnos llenos de ilusiones porque son muchachos que han pasado por muchas etapas en sus vidas y para ellos la cocina ha sido su escape y ahora, su pasión”, explica.

Definitivamente, los alumnos que llegan a la Fundación tienen un vínculo particular con la cocina, siempre empírico, pero que los ha motivado para querer estudiar y a buscar ayuda para cumplir un sueño y seguir su verdadera vocación.

“Todos vienen con una mochila cargada de muchas ilusiones, de mucha expectativa, su referente suele ser Gastón Acurio, para ellos es una figura súper importante y quieren ser como él. Es más, en sus propias entrevistas dicen que quieren tener una cadena de restaurantes, entonces aquí se les alberga como una familia”, cuenta Karina.

Y eso es Fundación Pachacútec, una familia que enseña, no solo cocina, sino también otras herramientas porque son consciente que no solo basta tener buena sazón y saber cocinar para tener una oportunidad, sino también ser empático, saber trabajar en equipo, tener comunicación asertiva.

“Yo siempre he dicho que no se trata de sacar solamente buenos profesionales, sino también buenas personas, con ética, con moral y básicamente eso es lo que tratamos de trabajar aquí, siempre hemos dicho que Fundación Pachacútec es una familia y nuestro objetivo principal de todas las personas que trabajamos aquí es hacerlo por los menos favorecidos”, asegura Kelly.

Los más de 20 años ya han dado resultados y los alumnos de Fundación se han convertido en grandes exponentes de la cocina peruana en el país y en el mundo. Por ejemplo, uno de los alumnos es Alan Larrea, quien hoy es dueño de Percado, hay otro gran grupo de alumnas en Dubái y Catar, más de diez alumnos en Brasil y más de cinco en Chile. Sin duda, la internacionalización ha sido inevitable y en países como Estados Unidos, España, Luxemburgo, Alemania, Noruega, Polonia, Tailandia y Paraguay siempre se podrá encontrar algún alumno de Pachacútec. En Perú, además, los alumnos se encuentran en restaurantes del grupo Acurio, pero también en Central con Virgilio Martínez.

Karina está comprometida con la causa y no duda en mostrar su emoción con sus más de 700 egresados que han aprovechado la oportunidad y que han explotado su talento, innovando, siendo dueños de sus propios negocios o trabajando en reconocidos restaurantes a nivel mundial.

La Fundación Pachacútec tiene dos ingresos anuales y no duda en seguir trabajando para que la cocina peruana siga creciendo a nivel mundial.