Desde el 2011, Pachacútec tiene un colegio remozado, donde adolescentes como Nayelly estudian felices.
Desde el 2011, Pachacútec tiene un colegio remozado, donde adolescentes como Nayelly estudian felices.

ESPACIO PROINVERSIÓN

Nayelly se acuerda muy bien del salón donde estudiaba: un aula del colegio Jorge Portocarrero hecha con paneles de madera y techo de calamina por el que se filtraba la humedad y la garúa. Un aula sin carpetas suficientes, sin puertas, sin luz eléctrica, donde los perros callejeros podían irrumpir en medio de la clase. Un aula levantada en medio del arenal de Pachacútec, a más de 20 km de Lima, sin posibilidad de protegerse de los vagabundos que merodeaban cerca.

Nayelly, de 11 años, estudiaba así hasta hace un tiempo, dice, porque era la única opción que podía ofrecerle Cahuachi, un asentamiento humano de Pachacútec, esa ciudadela levantada sobre el desierto de Ventanilla hace más de 20 años, a punta de invasiones.

Contra la precariedad de esos días, el colegio Jorge Portocarrero, al que Nayelly y su hermano asisten desde pequeños, ya había recibido varios premios en concursos de conocimiento y desfiles escolares. Una vez, por ejemplo, ganaron unas computadoras, pero nunca pudieron usarlas. No tenían donde conectarlas.

Proinversión colegio
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Lecciones de inversión
Un día de 2010, hartos de esta situación, la mamá de Nayelly junto a otros padres de familia y maestros preocupados se unieron para hacer algo al respecto. Levantaron un cerco perimétrico con ladrillos y cemento. Organizaron brigadas de vigilancia y marcharon hasta la sede del Gobierno Regional del Callao para exigir la construcción de un colegio nuevo.

Los reclamos hicieron efecto: el Gobierno Regional buscó una solución. Con la asesoría de , convocó a la empresa minera Volcan para que, a través del mecanismo Obras por Impuestos, construyera el colegio que las familias de Cahuachi esperaban desde hace 14 años.

Volcán invirtió más de S/ 6 millones en la construcción de la nueva infraestructura, a pesar de que Pachacútec no se encuentra en su zona de influencia (Volcán opera en Pasco y Junín).

“El Gobierno Regional nos propuso construir dos o tres escuelas. Visitamos esta y nos pareció que aquí tendríamos mayor impacto, pues esperaba ser remodelada desde hacía 15 años”, dice Juan Manuel Fernández, asesor ejecutivo de la minera Volcán.

Escuela nueva
En 2011, mientras se levantaban nuevas aulas, las clases se trasladaron a una casa a pocas calles de allí. Durante el tiempo de reconstrucción del colegio, Nayelly solía decir a su mamá: “Ya no va a pasar la lluvia por el techo, ya no nos vamos a embarrar”.

Proinversión colegio
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Cuando el colegio Jorge Portocarrero volvió a abrir sus puertas ocho meses después, ninguna de las dos lo podía creer. Nayelly y sus amigos corrieron por las graderías nuevas, se metían a los baños nuevos, a la sala de computo con Internet, a los salones de cemento y ladrillo, con pizarras nuevas y carpetas para todos.

“Si hubieran visto esto antes…”, dice Nayelly, orgullosa y divertida, porque pronto terminará la primaria. “Antes no había pistas; en mi colegio no había ni luz ni agua. ¡Ahora mira cómo ha cambiado todo!”. Y sonríe.

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